Chávez, acérrimo enemigo de Washington
mina impacto de las sanciones a Siria
■ Chávez ignora el repudio y sanciones de Occidente y se está convirtiendo en un extraño proveedor de diesel para la Siria de Bashar Al-Assad y una inestimable ayuda para su gobierno y ejército, en medio de una sangrienta represión de protestas civiles, según reportó hoy, jueves, el diario israelí The Jerusalem Post.
CARACAS/GINEBRA.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, está enviando combustible a Siria, una medida que podría minar el impacto de las sanciones internacionales contra Damasco y apuntalar a un Gobierno inmerso en sangrientos enfrentamientos con manifestantes civiles.
Un cargamento de diésel de bajo azufre a bordo del tanquero Negra Hipólita, de bandera venezolana y operado por una filial de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), tenía previsto su arribo al puerto mediterráneo de Banias esta semana, según dos operadores que prefirieron el anonimato y datos navieros.
De acuerdo con una de las fuentes, se trata del segundo cargamento de combustible que parte de la refinería venezolana Puerto la Cruz con destino a Siria desde finales de noviembre.
“El buque cargó diésel de bajo azufre en Puerto la Cruz hace 15 a 17 días aproximadamente”, dijo un operador relacionado con PDVSA.
La petrolera no estuvo disponible de inmediato para comentar.
Chávez, acérrimo enemigo de Washington, apoyó en reiteradas ocasiones a líderes árabes golpeados por las protestas del último año.
Defendió al ex líder libio Muammar Gaddafi, y apoya al presidente sirio, Bashar al-Assad, y a su par iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quienes enfrentan cada vez más sanciones de Occidente.
Grupos de derechos humanos dicen que cerca de 6.000 personas murieron en ataques de las fuerzas de seguridad sirias contra los manifestantes que se oponen a al-Assad, lo que desató la condena de las potencias de Occidente y de sus vecinos de la Liga Árabe.
Estados Unidos y Europa están presionando a al-Assad para que abandone el poder, aunque Rusia y China vetaron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para pedir la salida del líder sirio.
El jueves, durante una visita del actor estadounidense Sean Penn a Venezuela, Chávez aseguró que su país es “libre” de enviar combustible a quién desee.
“¿Nosotros acaso hemos preguntado qué hace Estados Unidos con el combustible que le enviamos? ¿Acaso hemos aceptado que alguien nos imponga condiciones para venderle petróleo a Estados Unidos? Nadie en este mundo, somos libres. Somos un país libre”, dijo el mandatario socialista.
En jaque:
El buque venezolano fue visto por última vez frente a Chipre, en su camino a Banias, donde tenía previsto arribar el miércoles, según datos de la firma de rastreo de barcos AIS. El sistema de seguimiento satelital fue apagado el miércoles.
Aunque Siria es un país exportador de petróleo y solía autoabastecerse de combustible, ha tenido que importar unos 100.000 barriles por día (bpd) de diésel para compensar el déficit de su circuito interno de refinación y el aumento de la demanda.
Diplomáticos alegan que el déficit de Siria deriva de un incremento de la demanda militar, mientras que el Gobierno dice que los ataques a oleoductos y otras instalaciones golpearon su producción.
“La producción local (de combustibles) está muy baja y el consumo se incrementa durante los meses de invierno”, dijo un operador petrolero, quien pidió no ser identificado por no estar autorizado para declarar.
La petrolera estatal siria Sytrol canceló en noviembre una licitación para vender nafta, en medio del endurecimiento de las sanciones a ese país y del alza del consumo interno, lo que en enero provocó carencia de gasolina en las estaciones.
El ministro de Minas y Minerales, Sufian Al-Allaw, dijo el mes pasado que Damasco buscaba nuevos socios para satisfacer su demanda y que 240.000 barriles de diésel estaban en camino para aliviar un déficit que puse en jaque sus gasolineras.
Venezuela emerge así como una pieza clave para sostener a al-Assad. Caracas y Damasco tienen un creciente intercambio comercial que comenzó en el 2010 con la firma de varios acuerdos, entre ellos uno para proveer 20.000 barriles por día de diésel a Damasco.
El envío de diésel de PDVSA podría enmarcarse dentro de ese acuerdo. La embarcación tiene una capacidad de 47.000 toneladas, que equivalen a unos 50 millones de dólares en mercancía.
Si bien no hay un embargo directo en la venta de combustible a Siria, la petrolera estatal Sytrol, responsable de organizar las importaciones y exportaciones de combustible, está en una lista negra de Estados Unidos y la Unión Europea.
No estaba claro si las recientes transacciones de Venezuela fueron realizadas a través de Sytrol.
La Unión Europea no frenó los envíos de productos por razones humanitarias, aunque la mayoría de las ventas quedaron paralizadas de todas maneras por la reticencia de los proveedores a hacer negocios con Siria.
“El déficit de combustibles podría forzar al Gobierno a depender de costosas importaciones suministradas por un grupo de países aliados”, dijo en un reporte la firma BMI Middle East and Africa Oil and Gas Insight.
Chávez juega con fuego:
Estados Unidos impuso el año pasado un conjunto de sanciones a PDVSA por comerciar con Irán, país al que habría despachado varios cargamentos de gasolina como parte de un contrato de suministro firmado entre Chávez y Ahmadinejad.
Pero las sanciones no se hicieron efectivas, por lo que se interpretaron más como una amenaza que como una intención real de detener las ingentes exportaciones petroleras venezolanas, que en buena parte terminan en Estados Unidos y generan más del 95 por ciento del ingreso de dólares del país sudamericano.
Tal como ocurre con Irán, analistas han advertido sobre los peligros que implica para Venezuela comerciar con países cercados por potencias occidentales como Estados Unidos o la Unión Europea.
“Si se viola alguna de las sanciones impuestas por Estados Unidos, no se puede continuar comerciando con Estados Unidos”, explicó una de las fuentes.
Debido a las sanciones, el barco Negra Hipólita no podría atracar en los muelles de Estados Unidos ni Europa, dijo una de las fuentes, aunque ese no sería un problema para Venezuela, dado que el tanquero, armado en 1996, se usa principalmente para labores de cabotaje.
“Probablemente el buque no podrá tocar Estados Unidos, pero de todos modos eso no sucederá”, dijo una de las fuentes.
Dado que probablemente se trata de una venta CIF (el proveedor asume el costo del seguro y el flete), se desconoce si hay alguna empresa foránea involucrada en el seguro del cargamento que pudiera quedar expuesta a las sanciones.
(Reporte adicional de Jonathan Saul en Londres, Himanshu Ojha en Nueva York y Brian Ellsworth en Caracas. Editado por Juan Lagorio)