“El fuerte” y “la locha”
Hasta hace más o menos unos 35 ó 40 años circulaban en Venezuela, entre algunas monedas, “el fuerte” y “la locha”. “El fuerte” tenía un valor de 5 bolívares o 500 céntimos, y “la locha” tenía un valor de 12 céntimos y medio. En las peleas de gallos, cuando un gallero, estaba seguro de la valentía y la fortaleza del suyo, al momento de lanzarlo al ruedo, decía: “Doy fuertes a locha y voy al mío”. Ese gallero tenía confianza en su gallo porque lo había preparado para ganar.
Nosotros en Venezuela hasta hace poco tiempo comentábamos que en la oposición no había liderazgo. No teníamos un líder, no teníamos un gallo de pelea. Y por eso el gallo del gobierno hacía lo que a bien le daba en gana. Alguien sabiamente diría un día: “sino lo hay, tenemos que hacerlo”. Entonces hubo un acuerdo. Se buscaron a los jóvenes más destacados del país y se le propuso al pueblo para que de allí eligieran al mejor. Este 12 de febrero vamos a escoger a nuestro gallo, al que hemos preparado para ganar.
Hoy, a poquitos días de su elección, podemos decir que su sangre de hombre joven, la enseñanza que recibió en las calles de quienes más sufren y la esperanza que vio en los ojos de su pueblo, son la fuerza de nuestro gallo y es la seguridad que nos ofrece para desde ahora mismo decir: Doy fuertes a locha y voy al mío”. Esa esperanza que vio en nosotros, no sólo la encontró en los hombres y mujeres de la oposición, sino que también la vio en los ojos de quienes no pueden hablar.
El mismo 13 de febrero saldrá al ruedo. Será una pelea larga, donde habrá de privar la resistencia y las condiciones físicas. Los gallos viejos no pueden descuidarse en medio de la fatiga y el agotamiento, porque un “buche sangre” (un espuelazo en la vena) es peligroso, porque entonces tendrían que dar por ganado al otro para salvar su gallo. Podrán surgir complicaciones, pero lo importante es darle apoyo al nuestro, no debemos descuidarnos ni un instante. Hay algunos que se “tapan” (apuestan al nuestro, después que habían apostado al otro). Allí te das cuenta que estás ganando y la apuesta con él es válida.
Ustedes me preguntarán: ¿y cuál será el gallo nuestro? Yo diría: el que ustedes elijan. Lo que si podemos adelantar es que será un demócrata con sentimiento de pueblo. No será un autócrata. Será un gobernante para todos los venezolanos. Será un líder que reflejará en su rostro la paz que nosotros deseamos, nos devolverá la seguridad personal y de nuestros bienes y convertirá al Estado en promotor del desarrollo y del bienestar social de nuestra población. Si no es por el cual votamos, será igual al que deseamos. Así será el gallo.
Preparémonos para votar el domingo de la próxima semana, no sólo para depositar nuestro voto, sino para movilizar a nuestros familiares y amigos más cercanos, porque nuestra participación en esta contienda nos permitirá elegir el candidato presidencial de La Unidad Democrática y al mismo tiempo, alistar desde ahora a los que habrán de ir a la gran pelea el 7 de octubre cuando el mundo sabrá cuál es el gallo que realmente va a cantar en Venezuela después de la pelea. Si votamos, después podemos dar “fuertes a locha”, porque al otro gallo lo conocemos, le hemos ganado las últimas peleas.
Por: Lenín Valero
(Periodista)
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