“En la última milla de la campaña..”
Una jugada política de largo plazo, que garantiza la permanencia de Leopoldo en el juego.
La última milla de una campaña está usualmente llena de negociaciones, reacomodos y alianzas. La noticia estelar de la campaña primaria en este sentido es la declinación de Leopoldo López a favor de Henrique Capriles, un movimiento que sin duda estremece el mercado político opositor.
Es importante resaltar que hay dos tipos de alianzas: las simbólicas y las duras. Las simbólicas se producen con los candidatos minoritarios. Ese tipo de alianzas no se traducen en incrementos de votos, ni en fortalecimiento de maquinarias. Con ellas sólo se ganan centímetros por columna y la posibilidad de crear una matriz artificial de crecimiento y unidad. No es una ganancia menor, pero tampoco substancial. Las alianzas duras, en cambio, se producen cuando el candidato retirado tiene respaldo popular y redes de soporte. Estas son las alianzas más apetecibles y es evidente que la ocurrida entre Capriles y López es la única alianza dura que podía darse en el proceso primario, toda vez que el resto de los precandidatos potenciales a retiro soló podrían ofrecer simbolismos.
¿Por qué se retira Leopoldo? Porque el impacto de las decisiones legales en su contra impidió que pudiera consolidar una mayoría. Con bajas posibilidades de ganar, tenía la opción de ir a la contienda y perder o materializar una alianza política que le permitiera mantenerse en el juego, capitalizar el esfuerzo realizado y compartir el triunfo potencial de un aliado.
Y ¿por qué Capriles? Cuando un candidato decide retirarse y buscar una alianza debe considerar 3 variables:
1) compatibilidad de sus electores.
2) posibilidades reales de triunfo.
3) acuerdos obtenidos.
La compatibilidad de los electores es fundamental porque, como planteó Pablo Pérez, los votantes no son endosables como si de un intercambio de ovejas habláramos (eso vale también para los apoyos del pueblo adeco y copeyano). Eso nos lleva a la conclusión de que para que una alianza sea “dura” se debe producir entre candidatos con seguidores compatibles, para quienes la migración de sus bases sea natural. Las encuestas indican que el 65% de los seguidores de López tenían a Capriles como segunda opción, mientras que 27% prefieren a Pérez. Incluso si López no hubiera acordado con Capriles, la mayoría de sus seguidores hubieran migrado hacia él. El acuerdo entre ellos era el más natural.
Sobre las posibilidades reales de triunfo, es obvio que López no puede asumir riesgos. Su futuro político sigue vivo y su habilitación vendrá después de la elección. Si va a tener una alianza, debe hacerlo con quien tiene mayor posibilidad de ganar. Apuesta a favorito para evitar el riesgo de una derrota más, que podría ser demoledora para él políticamente y juega a compartir el triunfo de su aliado cuando este se produzca. Dentro de apenas días, la mayoría de los electores no recordará que López se retiró sino que su acuerdo con Capriles consolidó el triunfo. Una estupenda manera de limpiar los costos políticos que el Gobierno le imprimió.
Sobre la tercera variable, no me cabe la menor duda de que si Leopoldo hubiera decidido acordar con Pérez, su valor de mercado hubiera sido más alto. Para Pérez esa alianza era vital, mientras que para Capriles es un seguro. No es el cargo de vicepresidente, que probablemente no se dará, lo que motivó a López a apoyar a Capriles, ni la garantía del municipio Chacao, que seguirá en primarias hasta el final y con un contendor muy fuerte, como Ramón Muchacho, que reta peligrosamente al alcalde actual. Es una jugada política de largo plazo, que garantiza la permanencia de López en el juego y que le permitirá mantener la máxima de que este líder dará que hablar… y mucho en el futuro.
Por: LUIS VICENTE LEÓN
Luisvicenteleon@gmail.com
@luisvicenteleon
EL UNIVERSAL
domingo 29 de enero de 2012
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