“Las probabilidades
están cantadas…”
■ Queda una incertidumbre crítica que depende de la abstención que se produzca.
Con las primarias encima, la presión del entorno comienza a ser enorme buscando saber ¿quién ganará? Cuando les contesto la verdad, que las encuestas no son para proyectar resultados sino para fotografiar un momento particular y que son la base para diseñar o revisar estrategias, o cuando les explico que entre el momento de captura de la foto y la elección pueden pasar muchas cosas que cambien lo que hoy luce evidente, la reacción común es: “Este no sabe qué va a pasar y me está mareando”.
En toda expresión popular, siempre hay algo de cierto. No pretendemos competir con los astrólogos y tampoco parece que las encuestas sean tan buenas como las estrellas para proyectar el futuro con datos del presente. Lo que si podemos definir con esta información, son los diferentes escenarios e, incluso, jerarquizarlos según su probabilidad de ocurrencia.
En este contexto, describiremos brevemente los nuestros sobre los posibles resultados de las primarias:
■ 1.-) Triunfo del favorito. Todas las encuestas muestran a Capriles en primera posición. La brecha respecto a su retador más cercano supera los 10 puntos porcentuales. Numéricamente es la cabeza de lista y el favorito para ganar las elecciones primarias de la oposición. Pero, ¿podemos dar por descontado su triunfo? No, todavía. Queda una incertidumbre crítica que depende de la abstención que se produzca en las primarias y la capacidad y la dirección de movilización inducida de su adversario principal, por cierto nada despreciable. Si las encuestas de enero muestran a Capriles aún más separado, entonces su preferencia marcará el resultado a su favor.
■ 2.-) Teoría del segundo: En la segunda posición se encuentra Pérez. Si no hay cambios relevantes en los próximos días y los electores que han manifestado participar lo hacen, el triunfo correspondería al primero. Pero, estamos en presencia de una elección primaria, con riesgo significativo de alta abstención sobre los grupos que se espera voten. En la medida en que la cantidad de electores que participen sea muy inferior a los que han manifestado disposición a hacerlo, la votación será más sensible al manejo de las maquinarias partidistas, que podrían compensar la diferencia en preferencias. Tomando en cuenta que la capacidad de movilización de los partidos que apoyan a Pérez supera a la del grupo que respalda a Capriles, una votación muy pequeña, empujada por maquinarias y no por apoyo espontáneo al candidato, podría voltear la tortilla si la brecha entre ellos se reduce a menos de 10 puntos, un reto aún pendiente para Pérez. En ese caso, las opciones de triunfo del segundo se elevan.
■ 3.-) Triunfo irreverente: La decisión del TSJ de permitir a López participar pero no ejercer la presidencia por una inhabilitación administrativa, afectó su crecimiento en las encuestas. Más allá de lo aberrante, inaplicable e inconstitucional de esta decisión, lo cierto es que una parte de los electores que lo prefieren perciben que el riesgo es mayor y se mueven hacia otra opción. ¿Qué cambiaría este escenario? Nuevas alianzas y recomposiciones de última hora que le den oxígeno a este retador, pudiendo elevarlo o, incluso, despejarle el camino para escalar a la segunda posición y pelear de tú a tú con el favorito en la última milla.
■ 4.-) La sorpresa: Finalmente, queda la posibilidad de alianzas entre precandidatos, retiros o reacomodos nerviosos de apoyos partidistas o algún evento estrambótico e inesperado que mueva a la opinión pública y provoque una migración de votos hacia alguno de los candidatos minoritarios. En ese caso, podría ganar alguno(a) no esperado(a). Sin duda posible, pero sería una sorpresa.
Cualquier cosa puede pasar, pero las probabilidades están cantadas.
Por: LUIS VICENTE LEÓN
Luisvicenteleon@gmail.com
@luisvicenteleon
EL UNIVERSAL
domingo 22 de enero de 2012