Aquí y ahora
Nunca antes Chávez había estado en condiciones tan desventajosas para afrontar un proceso electoral.
2012 no se vislumbra como un año promisorio para el teniente coronel devenido en Presidente. Son muchos y variados los factores que conspiran para aguarle la fiesta. Por eso lo vemos en plan de superhombre para, de alguna manera, tratar de minimizar o disimular esos efectos negativos.
También, quizás, por aquello de que a toda causa le sigue un efecto, nunca antes a la oposición se le ha presentado un escenario tan promisorio para derrotar cívicamente por medio de los votos a Chávez. Claro que, para ser honesto, estos avances también son producto de las acertadas decisiones y el mapa electoral trazado por la Mesa de la Unidad y los partidos que la integran.
Igualmente, es menester reconocer que nunca antes la sociedad democrática había estado tan coherente en cuanto a unidad de propósitos y rumbo de acción. Ya quedaron atrás, ojalá para siempre, aquellas tentaciones voluntaristas con un alto contenido de inmediatez que condujeron a errores que, hábilmente, supo aprovechar a su antojo Chávez para salir triunfante y avanzar en su proyecto político autocrático-totalitario.
Su alocución en la Asamblea Nacional (teniendo como excusa una supuesta “Memoria y Cuenta”), de casi 10 horas, es una demostración palmaria de sus debilidades. Algunas interrogantes se pueden lanzar al voleo: ¿por qué un ser humano se ve obligado a dar demostraciones de fortaleza física hablando por tanto tiempo sin detenerse, ni siquiera, para ir al baño, cuando lo recomendado por los médicos es vaciar la vejiga regularmente? Entonces, ¿es eso normal? Por supuesto que no. A menos que sea pura apariencia.
Así como ese detalle hay muchos otros que se podrían citar, que son señas evidentes de que se trató de presentar al Presidente como un ser sobrenatural que todo lo puede aguantar. Entonces, no es descabellado pensar que fue un vulgar montaje, pues.
Ahora bien, quien permanentemente recalca sus fortalezas es porque, en la realidad, no las posee, o éstas están en franco deterioro. ¿Quién lo sabe?… Esa es la sensación que me quedó luego de ver por partes (obviamente) la interminable perorata presidencial. Para ello no hace falta hilar muy fino y mucho menos tener una vista zahorí muy sensible a las manipulaciones mediáticas y sensibleras de ocasión.
En este momento salud aparte lo que más le preocupa a Chávez es el efecto político positivo que las primarías causarán no solamente en los sectores opositores, sino en la población en general y, peor aún para él, en los votantes.
De allí que, de forma sostenida y desde diferentes ángulos, cuestione los comicios abiertos para la escogencia del abanderado opositor. Hasta ha llegado, incluso, a negar la realización de los mismos.
Igualmente, como un acto reflejo, la cúpula del PSUV hace lo propio. ¿Por qué hacen eso? ¿Qué es lo que tanto les preocupa? Ah…, el envión de optimismo y confianza de la sociedad democrática. De otra parte el contraste de bulto abismal: en la oposición la gente tiene la oportunidad de participar y decidir. Por los lados de la revolución bolivariana, el pueblo chavista está amarrado por el cepo del dedo de Chávez. No hay otra posibilidad.
Los seguidores de la revolución bolivariana no pueden, ni siquiera, designar democráticamente a quienes los van a representar en las elecciones de gobernadores, lo que los convierte en la práctica en eunucos políticos.
Por: FREDDY LEPAGE
@freddyjlepage
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