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Thursday, November 21, 2024
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Andrés Oppenheimer: Obama debe mirar más al sur

Los EEUU sigue siendo el actor más
importante en esta parte del mundo

 

No es un secreto que Estados Unidos ha perdido parte de su influencia política y económica en Latinoamérica en la última década, pero las proyecciones económicas de las Naciones Unidas para el 2020 deberían hacer sonar alarmas en Washington D.C.

Según la Comisión Económica para America Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL), las exportaciones de Estados Unidos a Latinoamerica han caído desde el 60 por ciento de las exportaciones totales estadounidenses en el 2000 hasta el 39 por ciento en la actualidad, y de continuar las tendencias actuales seguirán cayendo hasta llegar al 28 por ciento de las exportaciones totales del país en el 2020.

En lo que hace a las importaciones estadounidenses de Latinoamérica y el Caribe, han disminuido del 51 por ciento del total de las importaciones de Estados Unidos en el 2000 al 33 por ciento en la actualidad, y según la tendencia caerán hasta el 26 por ciento de las importaciones totales de Estados Unidos en el 2020. China se ha convertido ya en el principal comprador de productos de varios países sudamericanos, dice la CEPAL.

“Es muy importante que Estados Unidos vea a América Latina con mayor interés, porque está desalentándose la relación económica”, me dijo en una entrevista la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.

“Hay una percepción en Latinoamérica de que Estados Unidos no incluye a la región entre sus prioridades”, agregó. “Más importante aún, existe la percepción de que Estados Unidos no tiene una visión estratégica de la región”.

En décadas pasadas, Washington tenía ambiciosas iniciativas regionales de comercio y cooperación, como la Alianza para el Progreso, la Iniciativa de las Américas o el Área de Libre Comercio de las Américas. En la actualidad, no existe ningún proyecto de ese tipo, senalo Bárcena.

El presidente Obama tendrá una gran oportunidad para proponer nuevas iniciativas económicas regionales en la Cumbre de las Américas, de 34 países, a realizarse el 14 y el 15 de abril en Cartagena, Colombia, me señaló Bárcena. Entre otras cosas, Obama debería proponer nuevas maneras de flexibilizar barreras aduaneras y crear cadenas de abastecimiento más eficientes dentro de las empresas de todo el continente, agregó.

Los funcionarios de Estados Unidos, por otra parte, dicen que la declinación relativa del comercio de Estados Unidos con Latinoamérica se debe al extraordinario crecimiento económico de Asia en las dos últimas décadas, que ha diversificado los flujos comerciales de Estados Unidos.

Sin embargo, subrayan que Estados Unidos sigue siendo por lejos el mayor socio comercial, y el mayor inversionista extranjero en Latinoamérica. Las inversiones estadounidenses representan el 38 por ciento de todas las inversiones extranjeras en la región, comparado con el 29 por ciento los 27 países de la Unión Europea juntos, y menos del 5 por ciento de China, dicen, citando las propias cifras de la CEPAL.

Y en materia de comercio, Estados Unidos es un socio mucho más ventajoso para Latinoamérica, porque compra muchos más productos manufacturados a la región que los países asiáticos, afirman.

No obstante, la percepción de que Washington no le presta demasiada atención a Latinoamérica ha aumentado desde que el presidente Obama declaró en noviembre que “Estados Unidos es un país del Pacífico”.

En una gira por los países asiáticos, Obama anunció un plan para ampliar drásticamente la Asociacion de Países del Trans-Pacífico (TPP), un grupo de nueve países que actualmente incluye a Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Chile y Perú, y al que están considerando entrar México, Canadá y Japón. Si esa expansión ocurre, se convertiría en el bloque comercial más grande y ambicioso del mundo.

Los funcionarios del gobierno de Obama dicen que la TPP estará abierta a otros países latinoamericanos. “Nuestra opinión es que la TPP es la mejor alternativa de impulsar una nueva oleada de liberalización del comercio en el Hemisferio Occidental, y de reforzar la competitividad global de cada uno de nuestros países”, me dijo un alto funcionario de Washington.

Traducción: No se está trabajando en ningún plan parecido para las Américas.

Mi opinión: Sería injusto culpar al gobierno de Obama de la relativa disminución del comercio con Latinoamérica, ya que esa tendencia se inició una década antes de que Obama asumiera la presidencia. Y la afirmación, tanto de la derecha norteamericana como de la izquierda latinoamericana, de que Washington se ha vuelto casi irrelevante en la región es muy exagerada: por el mero tamaño de su economía, Estados Unidos sigue siendo el actor más importante en esta parte del mundo.

Pero no hay duda de que por primera vez en décadas, no hay ningún plan económico de Estados Unidos para aumentar sus lazos comerciales con Latinoamérica. Es lógico que Obama esté mirando hacia el Oriente, pero también debería mirar al sur. Si no lo hace, las sombrías proyecciones de la CEPAL para el 2020 se harán realidad.


Por: Andrés Oppenheimer
aoppenheimer@MiamiHerald.com
@oppenheimera