Alrededor de 2,000 médicos cubanos
han desertado desde Venezuela
■ Microbióloga cubana pide que su pareja sea acogida en los Estados Unidos.
■ Abandonan la misión “Barrio Adentro”, en busca de libertad y un mejor futuro profesional.
Una microbióloga cubana que desertó de una misión internacionalista en Venezuela solicitó el lunes la ayuda de las autoridades estadounidenses para acoger a su pareja en el programa de refugio para profesionales cubanos de la salud, cuyo ingreso le fue denegado en agosto.
Yunaisy García, de 36 años y que hace un mes llegó a Miami, suplicó la ayuda para su pareja, un ingeniero en telecomunicaciones y electrónica que también cumplía misión internacionalista en Venezuela como especialista en imágenes médicas y cuya identidad pidió no hacer pública para evitar represalias, ya que se encuentra clandestino en Colombia.
“Para Cuba somos traidores a la patria”, dijo García el lunes a El Nuevo Herald. “Por eso temo que mi esposo sea ubicado y deportado, porque en Cuba terminaría preso”.
Julio César Alfonso, presidente ejecutivo de Solidaridad Sin Fronteras, una organización dedicada a la reinserción laboral de profesionales inmigrantes de la salud en Estados Unidos, se sumó al pedido de García y recordó que en anteriores oportunidades el gobierno estadounidense acogió a ingenieros especializados en el campo médico en el programa de refugio denominado Barrio Afuera.
“Nosotros estamos intercediendo ante Washington para que aprueben el caso del novio de Yunaisy”, dijo Alfonso. “El está pasando por una situación muy difícil y merece la comprensión de las autoridades”.
Alfonso confirmó que el novio de García es un profesional que se desempeñaba en la parte informática especializado en el área de imágenes médicas en una misión internacionalista en Venezuela. Agregó que el gobierno de Estados Unidos ha aprobado al menos otros dos casos de ingenieros que participaron en misiones internacionalistas.
En agosto del 2006, el Departamento de Seguridad Interna inició el programa Barrio Afuera para permitir a médicos cubanos en terceros países solicitar una visa en las sedes diplomáticas estadounidenses.
En los últimos cinco años cerca de 2,000 profesionales de la salud se han acogido a este programa, dijo Alfonso.
García escapó con su pareja a Colombia tras cumplir casi cuatro años de misión en el estado Lara, en la región centro-occidental de Venezuela, dedicada al diagnóstico de enfermedades como la hepatitis o cáncer prostático, entre otras. Su pareja cumplió cinco años en una misión en Venezuela.
La fuga fue traumática, dijo García. Relató que ambos fueron detenidos por la policía colombiana cuando se movilizaban en un vehículo que habían contratado. Indicó que a ella la obligaron a desnudarse a un costado de una carretera cerca de Cúcuta y sólo tras sus súplicas y el ofrecimiento de pagar $500 los policías los dejaron ir. Continuaron su camino sólo con un maletín con ropa y una pequeña estatuilla de yeso de Santa Bárbara.
“En un momento temí lo peor, pensé que me iban a violar”, dijo García. “Aunque fue muy peligroso, creo que Santa Bárbara siempre me protegió”.
Una vez en Bogotá, la pareja acudió a la sede consular estadounidense. Allí García recibió el permiso de entrada a Estados Unidos. Luego el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) le otorgó un salvoconducto para abandonar Colombia en 72 horas.
García indicó que aunque las autoridades diplomáticas estadounidenses rechazaron a su pareja una solicitud para incluirlo en el programa Barrio Afuera, estas le dijeron que podría presentar una reconsideración del caso. García agregó que la reconsideración ya fue presentada con documentos y fotografías que prueban que su pareja trabajó durante cinco años en misiones internacionalistas en Venezuela.
García, que dijo no tener familia en Miami, indicó que fue hospedada por amistades de unos parientes en el suroeste de Miami. Agregó que ella y su pareja se animaron a abandonar la misión en Venezuela, en busca de un mejor futuro profesional. Detalló que su salario en Cuba era de poco más de $15 mensuales y en Venezuela de unos $120 al mes.
“Desde hace un mes estoy en este hermoso país y tengo la esperanza que las autoridades ayudaran a mi esposo y le darán la autorización para que venga”, dijo García. “El está escondido en Colombia con nuestra imagen de Santa Bárbara. Sé que ella lo protegerá y nos volveremos a reunir para empezar una nueva vida en este país de libertad”.
Por: Enrique Flor
eflor@elnuevoherald.com
El Nuevo Herald
