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Thursday, November 21, 2024
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ELIDES J. ROJAS: Chávez de despedida

“A menos de un año, más bien meses,
para las elecciones presidenciales”

 

Se puede hacer una revisión muy somera sobre los elementos que más pesan en las posibilidades de triunfo del eterno candidato y eterno presidente, Hugo Chávez, el líder intergaláctico.

Falta, ciertamente, mucho tiempo para el día de los comicios y muchas cosas pudieran suceder, pero no es ocioso intentar una evaluación, superficial y todo, sobre ambas caras de la contienda. Hoy someteremos al escrutinio de los lectores la visión de la oposición, cómo se observa al teniente coronel desde la óptica de sus adversarios. Mañana, cambiando de acera y muy cerca del brinco de talanquera, trataremos las ventajas, que son muchas, que tiene micomandantepresidente para volver a ganar, extender la sentada en el trono hasta el año 2020 y, sin que le tiemble el pulso, terminar de acabar con todo lo que medio esté parado después de los primeros 13 años de tortura chavista.

Chávez es un viejo gobierno anterior. Aunque no lo parezca y su discurso apunte todo el tiempo al futuro, está desgastado. Su tiempo es haremos, trataremos, buscaremos. Nunca hicimos o cumplimos. Y son casi 13 años de fastidioso discurso improductivo, pavoso y repetitivo.

Está suficientemente pillado. Es el presidente más cobero y hablador que ha tenido el país en toda su historia. Las promesas se reciclan, se repiten y son maquilladas con vaselina nueva, pero la oferta es la misma. En cada campaña electoral reaparecen las misiones como si nada. La gente ya sabe de qué se trata la cadenita y el asalto de las televisoras a toda hora: es coba y más coba.

Sus amigos son malandros de reconocida trayectoria. Esto no tiene nombre. Su enfermizo espíritu anti gringo, aunque depende de ellos para comer y endeudarse, lo ha llevado a cultivar la más complicada manada de amigotes que, a fin de cuentas, le generan más rechazos que amores, salvo de los mismos malandros. FARC, ETA, ELN, FBL, todos los grupitos del 23 de Enero, todos lo cabilleros asalariados, motorizados rompe rodilla, asesinos puros y simples, dictadores internacionales de peso histórico, terroristas tipo El Chacal, delincuentes de toda clase. Eso, sin duda, no ayuda a limpiar su cara.

No tiene obra. Más bien micomandante acumula la más poderosa colección de fracasos que se conozca. No construye, pero es capaz de destruir con mucha facilidad. Ni calles, ni autopistas, ni hospitales. Lo poco que hay es por quitárselo a otros. Un claro ejemplo se vio hace poco en la cumbre de los presidentes de Latinoamérica y el Caribe. ¿Por dónde pasearon y dónde durmieron los distinguidos visitantes? Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, autopista Caracas-La Guaira. Teatro Teresa Carreño, Fuerte Tiuna, Los Próceres, La Carlota, hoteles privados. Ni una plaza construida por Chávez qué mostrarle a sus interesados amigos. A sus vividores ideológicos.

Fracasos y fracasos. En los temas que más siente la gente está absolutamente raspado. Construcción de viviendas, sistema nacional eléctrico, servicios públicos en general, inseguridad, inflación, desempleo, vialidad, economía, Pdvsa, producción de alimentos, minimizar la dependencia petrolera, generar seguridad jurídica y confianza para inversionistas locales o extranjeros.

Violador de Derechos Humanos. Varias condenas tiene en organismos multilaterales, cientos de huidos del país y una buena cantidad de presos políticos, entre otros toques de su dedo mágico, acumula en su extraordinaria obra de gobierno, para algunos fundamentada en una relación mágico-religiosa.

Entregar la soberanía y el país. Su extraña política de ganar amigos a punta de billete lo ha llevado a regalar una imprecisa cantidad de dinero, pero seguramente mil millonaria en dólares, a otros países. Ha invertido en refinerías, carreteras y escuelas, pero muy lejos de su país. Los cubanos mandan en las más importantes dependencias del gobierno. Iraníes, chinos, rusos y hasta españoles se llevan una buena tajada, mientras que hasta la carne la compra más cara en Argentina, mientras regatea el precio a los productores criollos.

Se sabe lo que viene. Por si fuera poco, Chávez no oculta el punto final donde quiere llevar al país. Está escrito. El lo llama más socialismo, pero en realidad es más y descarada dominación personalista. Y cubanización.

Esa es su oferta irresistible.


Por: ELIDES J. ROJAS L.
erojas@eluniversal.com
@ejrl
EL UNIVERSAL
lunes 02 de enero de 2012