Piden echarle candela vecinos
abogan por medida desesperada

■ Catia es la zona más afectada por los desechos.

■ En Libertador hay basura acumulada desde Navidad.

■ Aproximadamente 2.500 toneladas de desperdicios por día se producen en promedio en la capital.

■ Lo mismo ocurre en la zona adyacente al Mercado Municipal de Catia, donde la Navidad dejó más desperdicios que juguetes.

Ante la imposibilidad de que las autoridades recojan la acumulación de desechos frente a los talleres del Metro en Propatria, vecinos abogan por medidas desesperadas “porque la isla de basura ya está llegando a la carretera”.

Miles de moscas pululan encima de la basura adyacente al Mercado Municipal de Catia.

Literalmente es una isla: alrededor de los desechos que sacan de los comercios, un pozo de agua estancada sirve de criadero de insectos y es foco de enfermedades.

La Navidad dejó a su paso más que juguetes para los niños en el municipio Libertador.

Después de las fiestas y a causa de la remodelación del mercado el manejo de los desperdicios ha empeorado.

Vecinos y transeúntes habituales ya no recuerdan cómo era el área cuando estaba libre de basura y tampoco tienen esperanzas de que la recojan pronto. “Esto siempre ha sido así”, afirmó José Miguel Peña, vigilante del establecimiento.

En Propatria:

Una acumulación de desechos similar se observa frente a los patios y talleres del Metro. “Hay que echarle candela porque ya está agarrando la carretera”, sostuvo Jesús Durán. Agregó que en esa zona el aseo pasa cada tres o cuatro días: “A veces lo recogen, pero todo el tiempo está así”.

Áreas en las que no había desperdicios ahora sirven para deshacerse de los desechos; es el caso de una de las entradas principales del centro comercial El Lago, localizado en la avenida Simón Bolívar de Catia. Allí, desde hace más de un mes se acumula la basura, ante la mirada incrédula de quienes deben vivir o transitar por el lugar. Verónica Caicedo, vendedora de frutas, afirmó: “Este era un sitio limpio, pero de un tiempo para acá lo agarraron de basurero. Desde entonces en esa esquina no recogen los desechos”.

En La Silsa la situación se repite en pequeña escala. Montones de desperdicios repartidos en cada esquina sirven de guía a quienes se dirigen a la avenida Morán.

Para Antonio Arévalo, habitante del sector Boquerón, de Catia, es frecuente que después del 24 de diciembre la acumulación de desechos en la zona aumente. “Eso se pone feo, y en la parte baja de Boquerón es peor”, sostuvo.

Otras zonas afectadas:

en el centro de Caracas, los comerciantes de la esquina El Chorro se quejan por el estado de las aceras, también por causa de la basura. Antonio Ziade, propietario de un establecimiento, expresó que los vendedores de las dos ferias de comida que están ubicadas en los alrededores no botan los desperdicios en los contenedores dispuestos para ellos por la Alcaldía de Libertador, lo que ha ocasionado el deterioro de la zona.

“Estas son aceras de lujo, hechas con mármol importado, pero los aceites y residuos de comida los han dañado. Es una contradicción que esto ocurra por dejadez de las autoridades.

Lo ideal sería que además de recoger los desperdicios a diario, también lavaran los brocales”, afirmó Ziade.

En otras zonas, como la avenida San Martín y la urbanización El Silencio, sí se ven las calles limpias. En Candelaria los vecinos califican la situación de “regular”; si bien reconocen que el aseo urbano pasa todos los días, afirman que la parroquia no está más limpia por el descuido de los vecinos.

En Caracas se producen en promedio alrededor de 2.500 toneladas de basura por día, según el informe de la Corporación de Servicios Municipales de Libertador.

El 20 de diciembre trabajadores de Sabenpe, empresa encargada de la recolección de los desechos, pararon sus actividades para exigir reivindicaciones salariales. La paralización de esa compañía afecta a 22 parroquias de Caracas.

Reciclaje:

A nivel mundial existe el consenso de que el reciclaje es el único camino a seguir para abordar el tema de la generación de residuos; en Caracas casi todas las iniciativas de reciclaje se dejan en manos de pequeñas organizaciones no gubernamentales que apenas cuentan con fondos.

Y aunque el 90% de los desechos que producimos pueden reciclarse (60% en una primera etapa con poca tecnología), en Caracas se recicla poco menos del 15% de los mismos, y lo que se recupera se hace en un basurero a cielo abierto como lo es La Bonanza, en precarias condiciones de salubridad.

De esta manera se desperdician recursos naturales y oportunidades de generar empresas productivas, además de crear un pasivo ambiental. Para ilustrar toda la energía que se puede obtener de la basura, el ambientalista Hernán Papaterra pone como ejemplo el Metro de Monterrey, México, que se mueve y se ilumina gracias a la energía que producen los desechos de la urbe, con una población semejante a la de Caracas.

David López, quien dirige el Imapsas (Instituto Municipal Autónomo de Protección y Saneamiento Ambiental de Sucre), recuerda que para crear una plataforma de reciclaje se necesita el concurso de todos: gobierno central, estadal y municipal, empresa privada y comunidades. En el caso de Sucre, relata, se llevan adelante varias iniciativas, pero todas tienen un alcance limitado: “Los mochileros de José Félix tienen como meta llegar a recoger 100 toneladas de vidrio por día, pero eso no es ni el 10% de lo que se produce en Sucre. Y Vidrios de Venezuela, además, no cuenta con transporte. Y tenemos una iniciativa de reciclaje orgánico, pero nos limita la cantidad que recibe la empresa”.

Evelyn Pallota, directora de Ambiente de la gobernación de Miranda, cuenta que en vez de facilidades, las iniciativas de reciclaje lo que encuentran son trabas. Relata que a raíz de la expropiación de la empresa Owen Illinois, ahora se piden un montón de requisitos para recibir el vidrio que recogen las comunidades en los proyectos pilotos que tienen en poblaciones de Tacarigua de la Laguna: “aquí todo es al revés, fíjate que mientras en Europa los alcaldes hablan de la basura que se dejó de generar gracias a las iniciativas verdes, aquí se jactan de las toneladas que recogen”.

José Quintero, director de Procatia, organización que ganó un premio del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas por su iniciativa de capacitación ambiental en las comunidades, cuenta que en el municipio Libertador cada vez hay menos interés: “Tenemos un proyecto que hemos expuesto en Panamá, Brasil y Colombia, pero aquí ni caso nos hacen”.

Le parece inaudito que el Ministerio de Ambiente, en vez de diseñar estrategias de reciclaje, se dedique a recoger basura. Cuenta que cuando Faría era ministra de Ambiente y se gastaron 141 millardos de entonces en la compra de equipos, desde Procatia se le dijo que con ese dinero se hubiera podido construir un centro de acopio en cada parroquia de Caracas para recibir material a reciclar.

Daniela Matheus, quien desde Ecoclick realiza jornadas de reciclaje, cree que existe una mentalidad que no favorece el reciclaje: “Somos ricos, decimos, y entonces no importa despilfarrar, enterrar la basura”.

Por: EMILY AVENDAÑO
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