HomeMundo & America LatinaCLAUDIO NAZOA: ¿Feliz año nuevo?

CLAUDIO NAZOA: ¿Feliz año nuevo?

“Nada puede ser más
pavoso que…”

 

-Ir a una fiesta de Año Nuevo en una hacienda y que se nos pierdan las llaves del carro para luego tener que regresar el 1º de enero enratonado a Caracas en un taxi a buscar las copias.

-Chocar faltando media hora para el cañonazo del 31.

-Rascarse y tumbar una ollota llena de hallacas.

-Los hombres que por vestirse apurados, se “muerden” el prepucio con el cierre del pantalón.

-Que un “raro” aproveche el cañonazo del 31 y nos de tremendo jamón.

-Un borracho que faltando tres minutos para las 12:00 se empeña en recitar “Las uvas del tiempo”.

-Ir a una casa muy pobre donde no tienen dinero para comprar uvas y lo que dan a las 12:00 son los mamones del tiempo.

-Las hallacas que quedan mal calentadas: calientes por fuera y heladas por dentro.

-Ir obligado a una fiesta de Navidad, y que al momento de querer agarrar un pedacito de un horrible pernil, que no provoca ni comérselo, alguien diga: “No mucho porque es poquito”.

-Comer bistec de hígado encebollado en la cena de Navidad y que en lugar de vino sirvan chicha andina.

-Ir a un crucero de Año Nuevo y que se hunda el barco.

-Los muchachos de más de 12 años lanzando triqui traqui.

¡Provoca matarlos! -Los muchachos de 14 años que fastidiados porque no los dejan beber, y como las mujeres no les paran bolas, sacan a bailar a un perro.

-Las mujeres que dejan todo para última hora: bañarse, peinarse, limpiar la casa, meter el cochino al horno, pintarse las uñas, desmenuzar la gallina de la ensalada y discutir con el marido.

-Los papás pichirres que le dicen a los niños que el Niño Jesús no va a venir porque es muy chiquito y no puede salir de noche.

-Los padres comunistas que les dicen a los hijos: ¡El Niño Jesús soy yo. No creas en cuentos imperialistas! -La gente que brinda con Seven-up o Chinotto en copas de champaña.

-La gente que tiene la mala costumbre de morirse el 24 o el 31 y le echa a perder la fiesta a sus amigos y familiares. ¿No podían esperar hasta el 1º de enero que es tan fastidioso y no hay nada que hacer? -Pelear con la esposa o novia y cuando vayamos a contentarnos, descubrir que está empatada con otro.

-Que nos inviten a comer una hallaca horrible y comerla por pena.

-Aprovechar la rasca del 24 o del 31 para caerle a golpes a un cuñado que se ganó esos golpes durante todo el año.

-Los vegetarianos que se arrepienten en Navidad y se comen todo el pernil y el pan de jamón de la reunión.

-Los vegetarianos que piden hallacas sin carne y pan de jamón sin jamón.

-Los hijos que a un cuarto para las 12:00 del 31 de diciembre se enteran de que su papá no es el que siempre habían creído que era, sino que es un tío a quien querían como a un padre.

-Las nueces que nos quedaron el año pasado y que ahora, cuando las vamos a comer, están todas picadas de coquitos.

-Encontrar a nuestra hermanita menor en la cocina besándose con nuestro mejor amigo, quien además le lleva treinta años.

-Que le incendien el carro a uno con una luz de bengala.

-Tomar ron y champaña seguido y volverse loco hasta febrero.

-Encontrarse al fastidioso que tiene el reloj atrasado unos minutos y que a la hora del abrazo de Año Nuevo, comienza a gritar: “¡Todavía no, todavía no!”.

-Bailar con música de radio toda la fiesta del 31.

-Abrazar a nuestra suegra, que nos odia, y aprovechar para darle un codazo sin querer y que la señora se ponga a llorar con un ojo morado, y le haga pasar pena a uno porque con cara de víctima sale a decirle a todos que fue a propósito.

-Salir embarazado(a) de San Nicolás.


Por: Claudio Nazoa
Política | Opinión
EL NACIONAL
lunes, 12 de diciembre de 2011