“Nadie conoce tu
seno más que tú”
■ Eva Ekvall y Tania Sarabia dos figuras públicas con diferentes destinos.
■ El cáncer de mamas mata anualmente a unas 3.500 mujeres en Venezuela.
■ Practicarse el autoexamen y la mamografía regularmente, ayuda a frenar este mal a tiempo.
■ A finales de 2010 la modelo y comunicadora social publicó el libro Fuera de foco, en el que compartía su experiencia.
Tenía 27 años de edad y cuatro meses de embarazo cuando notó una protuberancia en su seno izquierdo. No le dio importancia, creyó que se trataba de una acumulación de leche. Seis meses después de dar a luz, el nódulo había crecido, le impedía amamantar y le causaba dolor en la axila. Pese a tener antecedentes familiares de cáncer de mama, no pensó que ella podría desarrollarlo.
“Fueron días muy difíciles: el cáncer se había extendido al ganglio. Mis padres, en un principio, no estaban de acuerdo en iniciar la quimioterapia, pero yo me fui por el medio más agresivo que había para tratarlo”, relató Eva Ekvall, ex Miss Venezuela y ancla del noticiero de Televen, en una entrevista publicada en un diario nacional.
Tras seis meses de quimioterapia, una intervención quirúrgica y la radioterapia posterior, logró recuperar momentáneamente su salud. ¿Lo más difícil? “levantarme los ánimos y mantener la sonrisa en el proceso”, dijo en esa oportunidad Ekvall, quien falleció el pasado sábado 17 de diciembre en la ciudad de Houston en Estados Unidos. A la presentadora de noticias le habían diagnosticado la enfermedad en febrero de 2010.
A finales de ese año, la modelo y comunicadora social publicó el libro Fuera de foco, en el que compartía más que su experiencia. De la mano del fotógrafo Roberto Mata y de la Fundación SenoSalud, la modelo presentó una publicación que daba cuenta, a través de imágenes, de lo que era su vida después del cáncer.
Fundación Senos Ayuda:
Ekvall y la actriz Tania Sarabia son algunas de las figuras públicas criollas que han padecido el mal. Ambas dedicaron parte de su tiempo a promover el diagnóstico precoz del cáncer de mama, a través de la fundación Senos Ayuda, presidida por Bolivia de Bocaranda (esposa de Nelson Bocaranda), que al igual que Sarabia es una sobreviviente de la enfermedad.
Sarabia ha manifestado, en charlas preventivas, la importancia de estar alerta ante este flagelo: “la mujer se ocupa mucho de su belleza física, de lo exterior y deja de lado lo interior, su salud. Por eso yo sugiero que, en vez de estar pendientes de si tienen las lolas caídas o bonitas, piensen en si las tienen sanas. Esa es una mentalidad que ojalá podamos cambiar.”
Regina Emilia Rodríguez, coordinadora de Comunicación de la fundación Senosalud, otra asociación sin fines de lucro dedicada a apoyar a pacientes con esta patología, señala que el cáncer de seno es la segunda causa de mortalidad oncológica en mujeres en nuestro país (la primera es el cáncer de cuello uterino). “Este padecimiento consiste en el desarrollo de un tumor maligno que se caracteriza por una multiplicación anormal, incontrolada, desordenada y progresiva de las células que conforman las glándulas mamarias”.
Rodríguez dice que a diario, en Venezuela, son detectadas nueve mujeres con cáncer de mama, de las cuales cuatro mueren. “Cifra muy alta para una enfermedad perfectamente curable si es diagnosticada a tiempo”, destaca. Anualmente, según estimaciones de la Sociedad Venezolana de Mastología, unas 3 mil 500 mujeres fallecen a causa de esta afección.
Diagnóstico precoz:
“No existe nada que evite que a una persona le dé cáncer de mama, no hay maneras de evitarlo, pero el diagnóstico precoz es la herramienta que nos coloca en ventaja frente al cáncer”, explica Luis Vásquez Millán, cirujano oncólogo de la Unidad de Mastología y Atención Integral a la Mujer, ubicada en Barcelona.
El cáncer de mama tiene una etapa que se considera sub clínica, (la etapa clínica es cuando aparecen síntomas y signos), en la que el tumor crece pero nadie sabe que está allí. “La mamografía es la única forma de identificar esos cambios que no se manifiestan”, indica Vásquez. Pueden pasar entre uno y tres años antes de que pueda tocarse.
Cuando las células anormales se detectan en la fase subclínica, 95% de las pacientes se cura, aunque debe permanecer en chequeo médico durante los siguientes cinco años. Cuando el cáncer está avanzando (ha hecho metástasis) no hay cura, y sólo 40% de las pacientes siguen vivas cinco años después de detectar el mal.
Vásquez considera que las campañas publicitarias de diversas fundaciones que invitan a la mujer a tocarse los senos y a realizarse el autoexamen ha rendido frutos, pues la mujer aprende a conocer su mama. y ésa es la clave. “Nadie conoce tu seno más que tú, y por eso sabrás cuándo hay un cambio y debes acudir al médico”, alerta el especialista que lleva 11 años de labores en la Unidad de Mastología. Sin embargo, insiste en la mamografía como herramienta fundamental en la pesquisa y diagnóstico de la enfermedad.
“A partir de los 35 años, que es la edad en la que se percibe un aumento en la incidencia de cáncer, se debe empezar a realizar la radiografía de las mamas, o incluso antes si hay antecedentes familiares directos (madre, hermanas).
Hay que sacar fuerzas:
Cuando a Ana Sánchez le dijeron que la biopsia no había salido bien, sintió que el mundo se le caía encima. Pensó en qué iba a pasar con sus tres hijos, su trabajo y su familia. “No es fácil escuchar la palabra cáncer”, dice la Ingeniero Civil de 49 años de edad, residenciada en El Tigre.
Desde que cumplió los 40 años, por sugerencia de su ginecólogo, empezó a realizarse anualmente estudios mamográficos. En 2007, luego de descubrir microcalcificaciones en uno de sus senos, le recomendaron hacerse una biopsia, la cual indicó que había una pequeña lesión maligna. Estaba en etapa sub-clínica, “algo muy pequeño que si no es por la mamografía no se hubiese notado”.
Se sometió a una cirugía y a radioterapia. Gracias a ese diagnóstico precoz, hoy goza de un excelente estado de salud.
“Saqué fuerzas para superar esa dificultad. Yo no tenía antecedentes y nunca pensé en que me podía ocurrir, gracias a Dios se detectó a tiempo”.
Sánchez viaja cada seis meses para chequearse en Barcelona con su doctor, quien atiende en la unidad mastológica de Barcelona, la única especializada en cáncer de mamas que funciona en la entidad.
“En el primer semestre de 2011 realizamos 7.515 mamografías, de ellas a 588 (8%) se les indicó biopsia, es decir, se encontraron hallazgos de que algo estaba pasando con sus mamas, y 100 fueron positivas”, detalla Vásquez.
Crisis emocional:
Escuchar la noticia de que se tiene cáncer puede generar diversas emociones en el paciente. Negación, agresividad y depresión, son las más comunes.
Román González, psicólogo y colaborador de la Fundación Samuel Elias de Barcelona, que ayuda a pacientes con cáncer y a sus familiares, explica que esa noticia “descuadra” todo el proyecto de vida de una persona, le atemoriza y, generalmente, atrae otro tipo de problemas y obliga a plantearse algunas interrogantes: ¿De dónde voy a sacar el dinero para el tratamiento? o ¿Quién cuidará de mis hijos?. “Surge una crisis fisiológica, psicológica y espiritual”, dice el especialista.
“El cáncer de mama afecta la esencia de la feminidad, que es el amamantar ¿Por qué las mamas están en el pecho y no detrás de las orejas? Parece un chiste, pero hay una razón: es la distancia más corta entre nutrir a un niño y la mirada de la madre. Allí se establece el vinculo afectivo”, señala González.
Indica que las pacientes pasan por un trance en el que es necesaria la ayuda psicológica, de médicos preparados que establezcan una comunicación efectiva, es decir, amable, sincera y solidaria.
Asegura que la actitud con la que un paciente asume la enfermedad, dependerá de su forma de ser, de cómo ha enfrentado otros problemas en su vida, y de su visión de la muerte, que es el principal temor ante el cáncer.
“Todos somos prescindibles, todos, en algún momento, vamos a cesar de nuestra vida tal como la conocemos. No estamos exentos de morir o de padecer alguna enfermedad. Que todos razonemos sobre estos aspectos ayuda a tener una mejor vida y a vivirla plenamente”, dice el psicólogo, quien tiene experiencia en tratamientos para superar la pérdidas de seres queridos y afrontar las consecuencias de catástrofes naturales (terremotos, inundaciones).
“Hay gente que se deprime tanto con la noticia, que no se muere del cáncer, sino de la depresión severa que le causa. También hay muchos casos en que el enfermo lucha e, incluso, lo toma como un aprendizaje para ayudar a otros, y se involucra aún más”.
Mafalda:
A Liliana Marcano o “Mafalda” , como la conocen los niños en los hospitales que visita a través de la Fundación Doctor Yaso, le detectaron cáncer de mamas en 2007. La portocruzana de 48 años dice que la noticia le cambió la vida.
Viajó a Caracas con su hermana porque querían practicarse una cirugía para aumentar el busto. En la mamografía pre- operatoria la doctora detectó un tumor. Pensó que era una falsa alarma porque era común que a su madre y a sus tres hermanas, se les formaran quistes o tumores benignos en los senos.
“Yo realmente no creía que tuviese cáncer, lo tomé muy a la ligera, pero la doctora me repetía una y otra vez: ‘¡señora usted tiene cáncer!’. Lo más trágico es que a mi hermana la estaban examinando en otro consultorio, y cuando salimos las dos dijimos al mismo tiempo: ¡Tengo cáncer! A ella también le habían detectado un tumor y a ambas nos mandaron a realizar una biopsia”.
El examen resultó positivo para Marcano. Tenía cáncer en etapa III, a punto de hacer metástasis. Para su hermana la advertencia del doctor no pasó de ser un susto.
“Lo único que le pedía a Dios era vivir para ver crecer a mi hijo, quien para ese entonces tenía ocho años de edad”.
Regresó a Puerto La Cruz para recibir el tratamiento pertinente que consistía en ocho sesiones de quimioterapia cada 21 días.
“Cuando llegaba al centro mastológico veía a las demás pacientes totalmente abatidas por la enfermedad, tenían un semblante de desesperanza. Yo me sentaba junto a ellas y, mientras esperaba mi turno, me distraía maquillándolas y arreglándolas. Todo consiste en saber afrontar la situación con la frente bien en alto. A mí, al igual que a ellas, se me cayó el pelo y las cejas, pero jamás dejé que me vieran demacrada”. Y logró mantener el ánimo pese a habérsele practicado una mastectomía radical en el seno izquierdo.
Cuando le detectaron la enfermedad pesaba 72 kilos, luego del tratamiento llegó a pesar 150 kilos. Casi dos años después de sobrevivir al cáncer, decidió realizarse un bypass gástrico (reducción de estómago) porque le era imposible mantenerse de pie. Duró dos meses en silla de ruedas antes de ser operada. En un año logró bajar 80 kilos.
“Ahora veo las cosas de un modo diferente. Aprendí a disfrutar cada momento porque no sabemos hasta cuándo estaremos aquí con nuestros seres queridos. Me siento más humana ayudando a otros a superar sus enfermedades. Hoy, por todas tocó veo las cosas de forma distinta, y trato de no quejarme por nada”.
Indicios:
Si siente u observa alguno de estos indicios en sus mamas, visite inmediatamente a su ginecólogo o mastólogo: Dureza, masa, abultamiento, o tumoración palpable; dolor, inversión o descamación del pezón, alteración del tamaño y forma de la mama, cambios en la piel de la mama (inflamación, enrojecimiento, área caliente con arrugas, hundimiento, picazón o aspecto de piel de naranja), secreción espontánea del pezón, liquido sanguinolento, transparente o verde.
Factores de alerta:
Ningún hombre o mujer está exento de tener cáncer de mama, pero también preexisten ciertos factores que incrementan la posibilidad de padecerlo. Algunos de estos son:
Antecedentes familiares: si un pariente directo (madre, padre, hermanos e hijos) ha sufrido cáncer de mama, se duplica el riesgo. Si el familiar es de 2do orden (tíos, primos, abuelos), la posibilidad de contraer el mal sólo aumenta ligeramente. El riesgo se incrementa si el miembro de la familia desarrolló el cáncer antes de la menopausia.
Sexo: por tener desarrolladas las glándulas mamarias, la mujer es más propensa que el hombre a sufrir la enfermedad.
Edad: el mayor porcentaje de pacientes se ubica en mujeres que superan los 50 años. Sin embargo, cada día aumentan los casos en mujeres de menor edad.
Menstruación:
la llegada del período menstrual antes de los nueve años de edad y/o la menopausia tardía, después de los 54 años, provoca una exposición prolongada a estrógenos endógenos, lo que genera un factor de riesgo.
Embarazo:
la nuliparidad (no haber tenido hijos) o tener el primer embarazo luego de los 30 años.
Mitos:
Falso: ¿Los anti-transpirantes causan cáncer de mama? No se ha encontrado relación entre los desodorantes y esta enfermedad.
Falso: ¿Usar sostén con ballenas puede causar este carcinoma? No hay evidencia científica que lo certifique.
Falso: ¿Tener senos pequeños incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de mama? El tamaño no afecta el riesgo.
Falso: ¿Las prótesis mamarias causan cáncer? Las prótesis no tienen contraindicación para el cáncer de mama. Técnicamente lo que hacen es dificultar un poco el diagnóstico al hacer la mamagrofia.
Disminuir riesgos:
El riesgo de tener cáncer de mama y otro tipo de cáncer, se puede reducir con una dieta balanceada, realizar actividades físicas, mantener un peso saludable y disminuir el consumo de cigarrillos y bebidas alcohólicas. Sin embargo, esto no garantiza no desarrollar cáncer, por eso la importancia de los denominados tres aliados: el autoexámen, la mamografía y la consulta médica.
Por: Nadiuska Cabeza/ Ardentía