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Enrique J. Mundarain Egui: Dictaduras inversamente semejantes


“Si analizamos la historia
detenidamente…”

 

Podemos observar a groso modo, que la gran mayoría de las dictaduras que, desdichadamente ha tenido que vivir la humanidad, siempre vamos a encontrar grandes similitudes.

En efecto, me he tomado mi tiempo, para afirmar que definitivamente hay grandísimas similitudes entre la dictadura nazi de Hitler, con las dictaduras de hoy en día, mucho más cercanas. Por supuesto, con los bemoles de rigor, son dictaduras “inversamente semejantes”, tan opuestas, que parecen iguales, tan distantes que, persiguen fines comunes, tan diferentes, pero tan parecidas.

Y es que, si Hitler buscaba acabar con razas “imperfectas” según su punto de vista, buscando la perpetuidad de una raza y una población, de cierto modo, de una “elite”, lo que es absolutamente macabro y abominable, pero que de una u otra manera, lo ubicaban en una “ultraderecha”, absolutamente distorsionada; estas dictaduras latinas, que más bien forman parte de aquel comunismo que quería acabar Hitler, de una “izquierda” disfrazada de socialista, para imponerse con fines netamente comunistas que, al igual que los nazis, quieren acabar con parte de la población, pero esta vez, a la inversa, ya que se busca desaparecer a las personas un poco más favorecidas económicamente, convertirlos en “lo que no debe ser”, en la “escoria” de esta sociedad y, execrarlos, desterrarlos, ponerles fin…

Si los dementes nazis, monstruosamente esterilizaban a los judíos, homosexuales, afrodescendientes o, personas con defectos genéticos, para que no pudieran continuar reproduciéndose; estos degenerados actuales, buscan “esterilizar” al sector privado, a la empresa privada, para que no pueda seguir operando, para que no pueda seguir moviendo la economía, para que en poco tiempo no quede ningún vestigio de lo que fue una nación pujante y privada.

Porque si Hitler, buscaba doblegar a sus oponentes -que lo eran sin siquiera pronunciarse- forzándolos a penurias y humillaciones en campos de concentración, con hambre, enfermedades, castigos y, exterminio… De igual manera, por estas latitudes y en el presente, se busca doblegar a los opositores a través del terror, de la humillación, las amenazas, de los ataques y flagelos, haciéndolos presos políticos, tratando de desmoralizar. Pero si es que, nuestra vecina isla caribeña, no es más que un inmenso campo de concentración, con otros pequeños campos en su interior. Donde se fusila gente sin hacer preguntas, donde se come y se hace lo que se ordena…

Y así, muchos más ejemplos de “similitudes inversas”, que no caben en éste artículo. Por eso, hay que despertar… ¡que el holocausto sea uno solo y forme parte de la historia!… Porque el odio es el mismo, sea de derecha o de izquierda.


Por: ENRIQUE J. MUNDARAIN EGUI
enriquemundara@gmail.com
@emundara
EL UNIVERSAL
sábado 10 de diciembre de 2011