La UCAB tuvo una audiencia mucho
mayor que la cadena del führer
Es una sensación generalizada de una gran parte de nuestros conciudadanos: estamos en una situación económica, social, política y cultural extraordinariamente difícil que genera incertidumbre, preocupación, temor, en breve, una sensación de crisis, entendida como el cúmulo de contradicciones y conflictos, que es mucho mayor que la capacidad de los mecanismos sociales de resolverlos.
Los hechos que caracterizan esa situación son muy numerosos y están siendo percibidos por cada uno de los individuos y grupos sociales que integramos nuestra sociedad. Se extienden desde la inseguridad personal, pasando por el desempleo y el desabastecimiento de bienes de consumo diario, hasta la extrema polarización, fomentada a diario por las amenazas, los insultos y desprecios que expresan el líder máximo y sus acólitos en sus cadenas y demás manifestaciones públicas. Muchos intentan reprimir sus sentimientos, ya sea a través de lo que se ha dado en llamar el exilio en lo privado, o por asociaciones sociales protectoras.
Teniendo este escenario como realidad cotidiana, la respuesta a la pregunta acerca de adónde vamos se hace muy compleja. Una “salida” es aceptar estoicamente la marcha a la destrucción completa de la república. Es la que el régimen intenta imponernos. Otra es aún más peligrosa para el pueblo: tratar de incorporarnos, vía propaganda y adoctrinamiento, a la masa de súbditos activos y obedientes que Hannah Arendt ha descrito en algunos de sus libros como característica del totalitarismo. Uno de los instrumentos para facilitar esta salida es la unificación de los contenidos de la educación primaria y secundaria mediante la imposición de los libros escritos por los esbirros intelectuales del bolivarianismo con todas las falsificaciones históricas, sociales y culturales imaginables.
La repuesta debe darse en el plano de las ideas y de lo político, y debe ser totalmente adversa a la ideología del proyecto. Esto no significa que debamos responder al radicalismo del chavismo con un radicalismo similar: nuestra guía ha de ser la razón y nuestro instrumento la argumentación racional.
Muchas organizaciones no gubernamentales y otras asociaciones civiles, además de las universidades democráticas, así como la MUD y los partidos políticos en ella representados, están haciendo grandes esfuerzos para sembrar sus ideas, visiones de futuro y propuestas democráticas en todos los estratos de la sociedad. Es y debe ser un esfuerzo mancomunado, esto es: de unidad.
Primeros éxitos han podido registrarse, entre los que quiero destacar la presentación, impulsada por los estudiantes, de los candidatos para las primarias de la alternativa democrática en la UCAB: tuvo una audiencia mucho mayor que la cadena del führer hasta pocos minutos antes del inicio del acto.
Los que hemos ido a urbanizaciones y barrios hemos encontrado receptividad, incluso entre ciudadanos que se autoidentificaban como chavistas. Me parece que nuestros candidatos deberían hacer lo mismo, y transmitir una visión compartida del futuro de nuestra sociedad. Ello implica una alianza entre la sociedad civil organizada y los partidos reunidos en la MUD.
En fin, la respuesta a la pregunta ¿adónde vamos? es aparentemente sencilla: depende de todos los que estamos comprometidos con una nueva visión de futuro de nuestro país. Para lograr darla masiva y comprometidamente hace falta: la unidad.
Por: HEINZ R. SONNTAG
Política | Opinión
EL NACIONAL