“Ataviado de negro y medio escondido
con un negro sombrero..”

Así desde la oscuridad de la media noche, Mario Silva conduce su programa de esbirro mediático por el canal ocho, es decir, por la televisora oficial del gobierno venezolano.

Cualquier ciudadano puede entender, que el tren gubernamental necesita de los medios de comunicación para exponer sus logros en materia de administración de los recursos y el éxito alcanzado en sus gestiones, además de canalizar las informaciones requeridas por las circunstancias en todos los niveles. Naturalmente, que eso sucedería en un sistema democrático y respetuoso.

Cualquier Juan Pueblo se pregunta: ¿Es que no hay profesionales de la comunicación que expongan con altura las ideas políticas del gobierno, sin ofender a la gente?

Pero, un ciudadano común tiene que preguntarse necesariamente, ¿Qué necesidad hay tener en el aire un programa tan agresivo como “La Hojilla?

Mi abuela dice que me quedo corto con el calificativo de “agresivo”. Realmente es una producción repugnante, intolerante y vulgar-me dice la abuela- y el Presidente es un declarado auspiciante de ese programa tan mediocre e inmoral.

Pienso, que mi abuela tiene razón. Mario Silva no tiene nada que lo aminore, si es comparado con los esbirros torturadores de cualquier régimen cruel, de esos que martirizan a un ser humano con torturas, humillaciones, violencia física y psicológica, que durante la historia de la humanidad han existido.

Me dice mi amiga María Celia, quien vive cerca de la planta televisiva, que Mario Silva llega escoltado por un inmenso equipo de guardaespaldas al canal, como si se tratara de un capo de los bajos fondos. Y no es para menos. Este señor ha insultado, vejado, ofendido, insultado a tantos venezolanos de una manera tan ofensiva por la pantalla chica, que muy bien puede aparecer con un “mosquero” en la boca en cualquier cuneta y todos sospecharíamos que fue precisamente, por sus ofensas continuas. Cuando este gobierno fenezca, el señor Mario Silva va a tener que exiliarse o asumir el riesgo de ser golpeado por lo menos, de manos de cualquier parroquiano y acostumbrarse a vivir a lo Juan Charrasqueado…

Ha llegado al extremo de grabar conversaciones telefónicas y hacerlas públicas en repetidas ocasiones. No hay ente que por “noticia críminis”, actúe y exija cordura o suspenda ese bodrio: No lo hay. Mi abuela dice que soy un iluso si creo que van ha apretarle el cinturón a Mario Silva por sus excesos, si el propio Presidente se siente como pez en el agua de ese charco, que existe bajo la complacencia de todos los Poderes del Estado.

Es obvio que existe un trabajo de inteligencia por parte del gobierno, grabando a los políticos de oposición, que facilitan dichas grabaciones a Mario Silva, para que proceda a divulgar una confidencia y exponer al cristiano en desgracia, al escarnio público.

Por lo pronto, hay que cuidarse de hablar por teléfono de esos asuntos tan íntimos y delicados, a los cuales toda persona tiene derecho, incluso con la madre de uno.

Por: Luis Alfredo Rapozo
luisrapozo@yahoo.es
@luisrapozo