El enfermo se horroriza ante
el actual avance opositor
Tiembla ante nuestros aguerridos precandidatos y por eso intenta destruirlos. Pero no podrá.
Cifras más creíbles que las de Jesse Chacón y sus encuestadoras acólitas deben estar llegando a Miraflores, a juzgar por la campaña de desprestigio emprendida por el estercolero nocturno de VTV contra los precandidatos de la oposición, sobre todo contra Pablo Pérez, Henrique Capriles y Leopoldo López. Solo con unos poderes públicos al servicio de un gobierno reñido con la Constitución, podrían existir espectáculos tan denigrantes como los transmitidos por el canal del Estado, hoy convertido en un muladar donde se “montan” hechos falsos y se enlodan reputaciones de personas, instituciones y partidos políticos por considerarlos un obstáculo para la perpetuidad de Chávez en el poder.
El estercolero rojo lleva una semana tratando de convencernos de que Pablo Pérez es un borracho, un tipo violento y un falta de respeto. Que Henrique Capriles es un corrupto, un golpista (las imágenes de la embajada cubana demuestran lo contrario) y Miranda el Estado más violento del país. Que a Leopoldo López no lo salva ni José Gregorio Hernández de seguir inhabilitado, a pesar de la sentencia firme y clara de la CIDH de la OEA. Para ello buscan el refuerzo cantinflérico de la Presidenta del TSJ, quien dice que López tiene sus derechos políticos completos pero que está inhabilitado y que tal medida nadie se la puede “levantar”.
Merced al viejo truco cinematográfico de poner las salchichas persiguiendo a los perros, testimonios cuentan que desde Corpozulia (controlada por el poder central) tendieron una celada a Pablo Pérez, lanzándole piedras y botellas, trastocada luego en VTV con la deformación del sonido y la inserción de una imagen de PP tomada en Cabimas dos años antes, en la fiesta de San Benito, cuando bebía un trago de ron “a pico de botella”, costumbre obligada por la tradición y que repite el pueblo participante. Con tan burdo engaño pretendieron convencer a la audiencia de que PP era borracho y violento.
El hecho de que Henrique Capriles siga liderando una importante intención de voto descompone el ánimo oficial. Los rojos diseminan chismes sobre próximos juicios por supuesta corrupción; repiten escenas trucadas, deforman su cara, su voz y movilizan a chavistas de Miranda para que lo denuncien por cualquier nimiedad, que luego dramatizan en su estercolero. Parecía que a Leopoldo lo habían dejado tranquilo, hasta que una encuesta habló de su ascenso en la aprobación popular. ¡Vade retro! Salió de nuevo la “lugartenienta” justiciera para decir que López “sí tiene derechos… pero no los tiene”.
Repetidos hasta el cansancio por VTV los “vicios” de nuestros precandidatos, solo faltaba la legitimación presidencial. El enfermo se horroriza de las carencias opositoras y de cuánto deben aprender de su sabiduría, de sus buenas costumbres y edificante lenguaje (jamás dio un golpe el 4F, ni dijo “métanse el periódico por el bolsillo”, ni en cadena “espérame mi amor que voy a darte lo tuyo” Jamás ha usado recursos públicos para su campaña, ni regalado ilegalmente nuestro dinero a sus amigotes externos. Quiere que nuestros “descarriados” precandidatos aprendan de él, tan sensible y humano: “no podemos permitir que se atropelle a un venezolano como al mal llamado Chacal”, dijo compungido estos días, mientras condena a muerte al comisario Vivas y al diputado Mazuco, ambos enfermos de cáncer avanzado y sin medida humanitaria alguna. Y se hace el loco ante la brutal represión de su “pana” al Assad, quien ha asesinado a más de 3.500 sirios en los últimos meses.
¿Cómo podrían emular nuestros “ignorantes” precandidatos la política económica de Chávez que castiga a los venezolanos más pobres con una inflación superior al 30%, ha disparado el precio de los alimentos, generado escasez de productos básicos y fracasado en el Plan de Alimentación Escolar, mientras él se hace aumentar 300% los gastos de la Presidencia? Venezuela tiene el faltante de productos más alto de América Latina: el 24% contra el 9% del continente. Que el sabio Chávez se disfrace de Pavo Lucas y busque un kg de leche, o aceite de maíz, o el gran número de medicamentos ausentes. A Chávez no le importan las 19 mil muertes violentas de este año, ni si caen a gas del bueno a quienes protestan pidiendo justicia. Tampoco si Venezuela está por conquistar el quinto lugar como país con más secuestros en el mundo. El del grandeliga Wilson Ramos debe dolerle por la notoriedad que nos coloca como uno de los países más inseguros del planeta. Si le importaran las muertes no habría quintuplicado el presupuesto en compras de armas para una guerra imaginaria y disminuido el gasto para la seguridad personal de los venezolanos. Por eso tiembla ante nuestros aguerridos precandidatos. Y por eso intenta destruirlos. Pero no podrá.
Por: MARTA COLOMINA
mcolomina@gmail.com
domingo 23 de octubre de 2011
