“Quien manipula y miente termina siendo
prisionero de sus propios embustes..”
¿Acaso hay algo más cruel que jugar con las esperanzas de cientos de familias?
Para mentir se debe contar con muy buena memoria, siempre hay detalles que se escapan y nunca falta quien se dé cuenta de ello. Es por esta razón que se dice que las mentiras tienen piernas cortas. Este comentario pudiera parecer que no genera mayores costos en las relaciones humanas. Ahora bien, cuando la mentira se convierte en el principal instrumento de política pública, se termina conduciendo el destino de la nación hacia un despeñadero, situación en la cual siempre los más vulnerables desde el punto de vista socioeconómico son los que asumen los mayores costos.
Cuando se habla del fenómeno de la inseguridad que sacude nuestra sociedad, inmediatamente se contrarresta desde la vocería oficial con una estrategia de menosprecio y supuesta tergiversación de la información a favor de acciones que debilitan al régimen que hoy nos gobierna. Según ellos se distorsiona la realidad para atemorizar al pueblo, la “oligarquía por intereses personales se niega a aceptar que Venezuela es el país más feliz de mundo”.
Otro tema de suprema importancia es la vivienda. Maquetas van y maquetas vienen, una más bonita que la otra, pero maquetas al fin. Lo más cruel de todo este panorama es que hemos llegado al punto de otorgar “títulos” sobre propiedades que no han sido construidas aún y su futuro es incierto. Maquiavélicamente se pretende dar solución a las exigencias de los damnificados con inauguraciones de “primeras piedras fundacionales”, insumos para la cadena del día. ¿Acaso hay algo más cruel que jugar con las esperanzas de cientos de familias cuya única respuesta es la mentira que sale de la boca del rojo burócrata?
Quien manipula y miente termina siendo prisionero de sus propios embustes. Obligatoriamente debo finalizar el artículo tocando, así sea de manera tangencial, el estado de salud del Presidente de la República; cada vez que agarra un micrófono dice que está curado, que ya no hay rastro de malignidad alguna en su cuerpo, pues “Fidel lo dijo”, ojalá sea cierto pues la lucha política se debate en el terreno político, no en el consultorio ni en el quirófano. El estado de salud del Presidente es un asunto de Estado, por ende la ausencia de información oficial, sólo da pie a rumores más dañinos que la propia verdad.
Por: ERNESTO ALVARENGA
Alvarenga4000@yahoo.com
Política | Opinión
EL UNIVERSAL
miércoles 26 de octubre de 2011
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