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Thursday, November 21, 2024
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ZULIA: Piratas dominan en el lago de Maracaibo

Los pescadores prefieren salir a laborar en grupos para reducir el riesgo de ser atacados por delincuentes.

Pescadores salen a trabajar armados
para defenderse de los delincuentes

 

■ Pagan 8.000 bolívares por rescate de equipos.

■ Este año han robado cerca de 250 motores de lanchas en la Costa Oriental y 80 en San Francisco.

René Vílchez, pescador en el municipio Lagunillas, en la Costa Oriental del Lago, cuenta que en una oportunidad salió a trabajar en la noche con su hijo. Mientras tiraban las redes, cuatro personas armadas llegaron en un bote y los sometieron.

“Me dieron golpes en la cabeza, pero a mi hijo no le hicieron nada. Después nos llevaron a una plataforma petrolera abandonada y allí nos dejaron.

Nos quitaron todo, incluida la lancha y el motor. Casi una hora después pasó por el lugar personal de Pdvsa que nos rescató. Sigo en el oficio porque debo mantener a mi familia, pero temo que me vuelvan a atracar”, relató.

En las zonas pesqueras de la región situaciones similares se repiten casi a diario, y responsabilizan a los piratas del lago, que este año se han llevado por lo menos 250 motores en la Costa Oriental -Lagunillas, Simón Bolívar, Cabimas, Santa Rita y Miranda- y 80 en San Francisco, sin contar las lanchas y las redes, señalaron los representantes de las asociaciones en cada localidad.

Los delincuentes generalmente andan en grupos de tres o cinco personas, unos con capuchas y otros con los rostros descubiertos, y portan cuchillos, pistolas y rifles. El modus operandi varía: mientras unos sólo se dedican a robar, otros matan, lanzan los cuerpos al agua y se van.

Salir solo de día o de noche convierte a cualquier pescador en blanco de los piratas, por lo que se han visto obligados a andar en grupos para resguardarse. Algunos hasta llevan armas.

Los que a diario se dedican al oficio están preocupados porque las autoridades no les brindan protección, pese a que la identidad de algunos de los delincuentes es conocida. No se atreven a hacer denuncias porque temen que tomen represalias contra sus familias. Indicaron que se sienten de manos atadas.

Yoel Paz, pescador en el municipio Miranda, expresó que otro inconveniente son los papeles para trabajar. “Hay muchos que no tienen cómo pagar los permisos y entonces, cuando van al lago y los agarra la Guardia, les retienen las lanchas y los motores, o los extorsionan, porque en algunos casos pueden ser confundidos con piratas. Si tienen armas, se los llevan para la Fiscalía y la cosa es peor”. Exige al Gobierno que atienda la situación.

Milicias pesqueras:

Yasluvi Granderson, asesora jurídica de la Asociación de Pescadores de la Costa Oriental, indicó que debido al incremento de los robos introdujeron en el Instituto Socialista de Pesca y Agricultura el proyecto de las Milicias Pesqueras, que propone que la Guardia Nacional adiestre milicianos para que contribuyan con el resguardo de quienes se dedican al trabajo en el lago. Sin embargo, señaló que no han obtenido respuesta.

“Hemos hecho asambleas en el Zulia y nada, el proyecto está parado desde hace un año y continúa la matanza de los pescadores. Gilberto Giménez, presidente de Insopesca desde marzo de 2008 hasta junio de este año, tenía tiempo sin venir a la región. Como él no nos ayudó, le pedimos directamente al presidente Hugo Chávez que resuelva”, expresó.

Winston Medina, de la Asociación de Pescadores del Municipio Miranda, aseguró que el problema se ha transformado en una industria: hay personas que pagan vacunas para no ser atracados, y quienes no lo hacen son sometidos por los piratas y deben pagar entre 7.000 y 8.000 bolívares para rescatar sus implementos.

“Los pescadores saben quiénes son los buenos y los malos. Generalmente, los malos vienen de Insular Padilla y de Santa Rosa”, dijo.

Sin piedad:

Ángel Antúñez, pescador en el municipio Santa Rita, explicó que, antes de salir al lago, los pescadores se organizan en dos grupos: los que trabajan y los que vigilan.

“Cuando un pirata te agarra, lo mejor es quedarse quieto y no mirarlo, porque puede darte un golpe en la cabeza, un tiro en la pierna o matarte.

Cuando los pescadores agarran a los piratas, no se salvan.

Les dan sin piedad para ver si acaban con eso, porque si la Guardia o la policía los captura los sueltan a los dos días y todo queda como si nada, igual si denuncias. No te hacen caso”, contó.

Odalys Caldera, secretaria de Seguridad y Orden Público del Zulia, señaló que la competencia del patrullaje en las aguas corresponde a la Guardia Nacional y a la Armada.

Añadió que, a pesar de que la Policía del Zulia no tiene vehículos para hacer la vigilancia lacustre, están en completa disposición para ayudar a frenar la delincuencia:”Los piratas no siempre están en el lago. Ellos bajan a tierra, se mueven. Allí podemos actuar nosotros”.

Masacre de Lagunillas sin culpables:

Richard Romero, de 29 años de edad; Joel Castellano, de 39 años; Víctor Velásquez, de 37; y Kely Faneite, de 39 años, se desempeñaban como obreros en el sector El Menito de Lagunillas. El 23 de mayo de este año salieron a pescar al lago. Cuando sus familiares advirtieron que no regresaban, acudieron al Cicpc para denunciar su desaparición. Dos días después sus cuerpos fueron encontrados flotando cerca del muelle Sur de Pdvsa. Todos tenían impactos de bala en la cabeza. A cinco meses de la masacre, la policía mantiene la investigación abierta, pero no han capturado a los responsables.

No sólo los pescadores han sido víctimas de los piratas del lago. Un operador de gabarra de Cabimas, que prefirió mantener el anonimato por miedo a ser despedido, relató que hace tres meses le tocó guardia de noche junto con un mecánico, un obrero y el inspector de seguridad en el lago.

Mientras dormían, 11 delincuentes con armas cortas y largas se montaron en la instalación petrolera y los despojaron de todas sus pertenencias, así como de una computadora, tres televisores, una nevera y un radio, y los encerraron en la lancha que servía como remolcador. Al llegar a tierra, Pdvsa les brindó atención, pero no les respondió por los objetos robados.


Por: JOSÉ JAVIER MORONTA
ZULIA | MARACAIBO
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