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SEXO SIN TABÚ: Placer sin zonas de reclamación

Investigación ayuda a mejorar la
respuesta sexual de las mujeres

 

Científicos “fotografían” por vez primera zonas del cerebro que se activan en la estimulación del clítoris, vagina y cuello del útero

Cada vez que los dedos de Miguel retozan por los muslos de Laura, mientras ella duerme, es casi seguro que el juego termine en un intenso orgasmo. “Nada me excita tanto como ese roce de sus manos, al punto que debo hacer esfuerzo para contenerme y llegar al acto sexual”, confiesa la ingeniera zuliana, de 28 años de edad, que luego de sesiones con el especialista supo que no estaba enferma: simplemente posee una zona de alta sensibilidad sexual, diferente a la del clítoris o los senos.

“Hay mujeres que obtienen respuestas sensoriales en zonas distintas de las conocidas para la estimulación genital, y no como resultado del daño de algún nervio o de la grata experiencia que le dejó la primera vez”, dice el sexólogo Pedro Jiménez, que no oculta su alegría por la noticia del descubrimiento del “mapa del deseo”, que ha vuelto célebre a Barry Komisaruk.

Antes de que el lector imagine al neurólogo y profesor de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, como Indiana Jones en busca del arca perdida, valdrá la pena acotar que este investigador de la respuesta neuronal presenció más de 200 orgasmos para poder trazar el primer mapa del placer femenino valiéndose de escáner cerebral, según reseña la revista The Journal of Sexual Medicine.

“En mi caso, me estimulo cuando acarician mis cabellos; incluso, he tenido orgasmos silenciosos en la peluquería, cada vez que me masajean en la zona cerca del cuello”, escribe Franca S., quien pregunta, no sin cierto temor, si se trata de alguna conducta sexual indebida.

Un GPS en mi cuerpo:

La importancia del trabajo del profesor Komisaruk es que cumple la rigurosidad de la investigación basada en observar y comprobar los hechos. Para hacer el mapa del placer femenino, las participantes debieron masturbarse con la mano o vibrador cilíndrico, en movimientos rítmicos suaves o intensos en el clítoris, la pared anterior de la vagina, el cuello uterino o el pecho por separado. Las chicas recibieron instrucciones a través de auriculares que les permitían estar en contacto con los científicos, en ensayos de 5 minutos con 30 segundos de descanso; y otros 30 de autoestimulación, repetidos 5 veces seguidas.

En otra sesión se les pidió tocarse en forma rítmica el pulgar o un pie para establecer puntos de referencia en la corteza sensorial. En el proceso de masturbación se activaron hasta 30 áreas del cerebro, incluidas las que se relacionan con tacto, memoria, la sensación de recompensa e incluso el dolor. Los hallazgos pueden ayudar a reconocer que el orgasmo es un potente analgésico como se ha afirmado.

El estudio pone en tela de juicio la hipótesis defendida por expertos acerca de que mujeres que obtienen placer por estimulación vaginal lo hacen porque el clítoris es estimulado indirectamente. “Nuestros resultados contradicen tal argumento porque, como indica el estudio, la vagina y el clítoris son fuentes directas de placer sexual, al igual que el cuello uterino ya que estas zonas erógenas tienen sus propias terminaciones nerviosas que transportan las sensaciones a la corteza cerebral”, resumió Komisaruk.

Los hallazgos son particularmente importantes, según el autor, para mujeres que presentan disminución de respuesta sensorial a la estimulación genital, tal vez como resultado del daño del nervio o por culpa de una histerectomía (extirpación del útero), dado que podrían intensificar su respuesta genital mediante la adición de la estimulación del pecho, muslos o cuello”.

Komisaruk no está conforme:

Adelanta otro estudio centrado en registrar secuencias de imágenes funcionales de resonancia magnética del cerebro, tomadas cada dos segundos en la autoestimulación genital para tratar de capturar lo que ocurre durante y después del orgasmo.

El trabajo será presentado en la Conferencia de la Sociedad para la Neurociencia de Estados Unidos, que se celebrará en Washington en noviembre.

Asimismo, está analizando la actividad cerebral de mujeres que pueden estimular el orgasmo únicamente con el pensamiento, sin ningún tipo de estimulación física, en comparación con las que aplican estimulación genital.

Bienestar

Cartografía:

Manos. Con las palmas boca arriba, emplear pulgares para frotarlas con suavidad y el resto de dedos para recorrer el lado opuesto de las manos. Succionar los dedos, invitando a ella a que haga lo mismo.

Cara. Acariciar y besar los párpados. El dorso de la mano masculina o uno de sus dedos es apropiado para recorrer el rostro de ella.

Comenzar por el mentón, seguir por las mejillas y bajar hasta el cuello.

Senos. Se excitan con pequeños mordiscos y apretones; caricias y roces. Los pliegues submamarios generan excitación. Recorrer los pezones de modo circular con el índice mojado y apretando lentamente.

Abdomen. Zona para masajear en el sentido de las agujas del reloj. Pasar la lengua alrededor del ombligo y frotar la punta de la nariz sobre él. Se puede derramar vino y lamerlo.

Clítoris. Empezar la estimulación en otras partes del cuerpo para que exista una lubricación suficiente.

La lengua, la punta del pene o un vibrador son buenos cómplices para desarrollar una buena excitación de esta zona.

Muslos. Deslizar por la zona interior de los muslos las puntas de los dedos.

Tobillos. Sobre los hombros propios masajearlos de manera enérgica a la altura de la cara, combinando con besos alternativos de un lado a otro y caricias.

Efectuar pequeños círculos suaves con los dedos.

Pies. Tienen puntos eróticos incitadores que al presionarlos transmiten sensaciones a los genitales de ella. Usar algún aceite y frotar cada uno de los dedos hasta llegar al talón.

Cabeza. Jugar con el cabello, mientras se acaricia el cuello. Se puede tirar del pelo de una manera algo más enérgica, sin llegar a hacer daño.

Orejas. Susurrar para pasar a besar toda la oreja y mordisquear suavemente el lóbulo. Es importante moderar la respiración y no resultar excesivo presionando con la lengua ni en la salivación.

Cuello. Es extremadamente sensible y por tanto delicado. Besar reiteradamente desde la nuca hacia la garganta.

Espalda. Lamer y besar esta zona con la mujer tumbada boca abajo. El recorrido perfecto es comenzando desde la nuca y finalizando en la entrada de las nalgas.

Más intenso cuanto más lentos y suaves sean dichos lamidos y besos.


Por: ELIZABETH ARAUJO
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