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Thursday, November 21, 2024
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El Editorial: El sarcoma rojo; Adiós doctor

 

“El lado oscuro de
la enfermedad..”

 

El médico venezolano que se atrevió a decir lo que la mayoría de los oncólogos comentan en los pasillos de los hospitales y de las clínicas ha tenido que salir del país porque le teme a las consecuencias de unas declaraciones que dio a la revista Milenio, de México. Hace bien en irse porque ya la policía política del régimen militar lo había visitado y dado cita en las oficinas de la tenebrosa Sebin.

Poner tierra de por medio es lo más aconsejable dado que hablar en estos días de los males de salud del Presidente de la República no es precisamente una manera de seguir con vida. De manera que el doctor Navarrete tomó las de Villadiego con su esposa y sus hijos. Esto último es muy significativo porque, siendo un hombre de izquierda de larga data, debe haber recibido informaciones claves que lo llevaron a tomar la determinación de expatriarse.

Lo cierto es que Salvador Navarrete no puede ser acusado como agente de la CIA, ni como un instrumento de la oposición apátrida ni mucho menos como un profesional de medio pelo. En primer lugar, Navarrete pertenece a una familia de larga trayectoria marxista, vinculada al PCV y, desde luego, a los movimientos revolucionarios que se mueven en el escenario venezolano.

Su familia, casi todos médicos, se caracterizó por atender gratuita y generosamente a los pacientes de izquierda. Si algo se tiene hacia ellos es agradecimiento en aquellos años de violencia cuando solían socorrer a los heridos y las parturientas que no tenían a quién acudir. De forma que no estamos ante un “enemigo” perverso. Salvador Navarrete no es un advenedizo, un loco ni un improvisado en cuestiones médicas, sino el joven y lógico heredero de una familia luchadora. Que estemos o no de acuerdo con sus actuaciones políticas es harina de otro costal, pero por eso no hay que fusilarlo como si fuera un agente del imperialismo.

Por allí ha salido en un diario amigo una jirafa de mirada ambigua que acusa a El Nacional de ejercer un periodismo amarillista por el hecho publicar una noticia que interesa a los venezolanos, dicha por un venezolano y, desde luego, impresa en un periódico venezolano. No podía ser de otra manera porque la noticia tiene que ver con el lado oscuro de la enfermedad que padece el Presidente de la República.

Lo que este periodista debe atacar no es al médico Navarrete que pone en peligro su vida para decir lo que tantos oncólogos comentan entre sí, sino la presión deshonesta del Gobierno para que nada se sepa, obedeciendo a las directrices del servicio secreto cubano que le impide a los comunicadores venezolanos saber de qué se trata el problema de salud del Presidente.

Que quede claro que fue la respetable y reconocida agencia española Efe la que tuvo la agilidad periodística y profesional de dar a conocer esa noticia y El Nacional la recogió porque Efe, como siempre, es para nosotros una agencia seria y de confianza.

Creemos en ella.


Por: Redacción
Política | Opinión
EL NACIONAL