ALTO
La más elemental reacción ante la gravedad de las declaraciones de un exitoso médico cirujano bariátrico venezolano, de la clínicas Santa Sofía y Ávila de Caracas, haciendo público un primer diagnóstico -suyo- de la enfermedad de Chávez fue inmediata: “Que se cuide”. Esa angustia colectiva me puso a pensar un poco más allá del tubazo que este galeno criollo quiso dar a través de los caminos verdes aztecas y no nacionales.
En la entrevista que le hace el periodista Víctor Flores García al cirujano Salvador Navarrete Aulestia, traza el perfil del paciente Hugo Rafael Chávez Frías, y su diagnóstico no es bueno: “…el Presidente sufre de un agresivo tumor maligno de origen muscular alojado en la pelvis. La expectativa de vida en esos casos puede ser de hasta dos años…”. Haber cuidado la salud del presidente -en algún momento- no es el único mérito del cirujano Salvador Navarrete, especialista en laparoscopía formado en Venezuela, Francia, Estados Unidos y Cuba. Ha publicado una treintena de trabajos y videos científicos, y obtenido una serie de galardones; entre ellos el premio Sociedad Venezolana de Cirugía. Un detalle importante es cuando manifiesta su cercanía al verdadero origen del actual partido político chavista (PSUV) como lo fue el originario MVR, su militancia y el ejercicio por varios años, hasta julio pasado de una asesoría gubernamental, sin honorarios, en materia de salud: “Éramos tres médicos venezolanos, un cardiólogo, un gastroenterólogo y este servidor como cirujano del equipo. De los tres yo era el único con militancia política, como miembro de la Dirección Nacional Ampliada del Movimiento Quinta República (MVR), fundado por el presidente Chávez, como parte de la Dirección de Formación Ideológica, que fue un gran partido hasta su conversión en 2007 como núcleo del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV)”.
Más adelante confiesa Navarrete: “Yo lo tuve como paciente en el Palacio de Miraflores en marzo de 2002, en vísperas del golpe de Estado en su contra, porque él estaba muy angustiado. El ministro de la Secretaría de la Presidencia, Rafael Vargas, quien vivía en la residencia presidencial, nos pidió crear un reducido círculo de médicos venezolanos de confianza para tratar los padecimientos del Presidente, sometido a una intensa presión y desgaste físico”. Tras contar más detalles de su relación con el “impaciente paciente Chávez”, el galeno va directo al grano, a la interrogante sobre qué tipo de cáncer padece el Mandatario teniendo en cuenta su propia confesión de que el cáncer existe pero sin nunca revelar ni el tipo ni la zona de su organismo donde estaría alojado. Dijo: “Esa es un información que por el natural interés público la hemos ido integrando, construyendo poco a poco. Soy el cirujano de la familia y me reuní con otro de sus médicos (de la familia), compartimos la información disponible y coincidimos plenamente en este diagnóstico que estoy haciendo…Nosotros pensamos que el pronóstico del presidente Chávez no es bueno. Y cuando digo que el pronóstico no es bueno significa que la expectativa de vida puede ser de hasta dos años. Esto explica la decisión de adelantar las elecciones”. Tras releer la entrevista varias veces, y desearle pronta mejoría al caudillo para que compita en buena lid, se me vienen algunas interrogantes: ¿Por qué usa un medio de México para confesar su historia? ¿Se atrevería a contar detalles de la historia médica de uno de sus pacientes, más aún siendo el Jefe del Estado, un galeno que no se sienta apoyado o protegido? ¿Qué relevancia tendría a estas alturas del juego explicar que el paciente sufrió -o sufre- de enfermedad maníaco-depresiva o de trastorno bipolar o que el Caudillo oscila entre euforia, manía, hiperactividad o tristeza? ¿Al contar su militancia en el original MVR luego devenido en PSUV, y su pasantía por el Gobierno hasta el pasado julio en el ministerio de la Salud. no nos estará diciendo que aún mantiene su corazoncito rojo rojito? ¿ Querrá decirnos en nombre de algunos aspirantes dentro de la feroz pero callada lucha por la sucesión que el paciente tiene un cáncer terminal y por lo tanto hay que buscar un reemplazo cuanto antes? ¿Sería por eso que se refirió a la maniobra para adelantar las elecciones basada en lo que ya se sabe adentro de Miraflores? ¿Su crítica directa, al referirse al cargo que tuvo, a los ministros de Salud militares lo ligaría entonces hoy al ala civil? (” Era un cargo público honorario muy interesante que me mantuvo activo en la dirección hospitalaria, no obstante que pasaron tres ministros exmilitares no muy transparentes”); ¿Con quiénes, cercanos al Presidente, se ha reunido cuando desde el domingo en Barinas empezaron a desmentir su cercanía con los Chávez? (Hace un mes nos reunimos con gente muy cercana al Presidente y les dije lo mismo que le dije a él una vez en Miraflores, cuando fue mi paciente: que no hay conciencia del impacto político nacional del tema de la salud de Presidente… él no le hace caso a nadie, mucho menos a los venezolanos.) ¿A qué obedece insistir varias veces en que el Jefe solo acepta médicos cubanos? ¿Nos adelanta este doctor bien conectado que vendrá un golpe militar del entorno y quiere que nos preparemos? (“El Presidente puede morir y los militares tendrán que tomar el poder por un tiempo; o, si su enfermedad le impide ir como candidato, el oficialismo perdería las elecciones”)¿Ayer Cilia Flores, con cara perpleja, acusó a la oposición y la prensa de necrofílicos, pero no mencionó ni con el pétalo de una rosa al infidente que habría violado el código deontológico? ¿Ligando algunos detalles de antes, 2002, y ahora con el problema de la rodilla, 2011, previo a las operaciones, busca hacernos ver que sigue de cerca el desarrollo de la salud de su otrora paciente de hace 9 años? ¿Un médico exitoso, con varias cirugías de estómago diarias en clínicas de alto costo, va a arriesgar su prestigio tan solo por un afán narcisista como lo excusaron ayer algunos de sus colegas? Navarrete lanzó flechas por doquier. A veces confunde. No se sabe si está con los militares o con los civiles rojitos. Si bien es cierto que desde hace meses el régimen ha debido enterarnos de la realidad a la que le tiene miedo, y por eso la cantidad de especulaciones -en diarios como La Nación de Argentina, el pasado 5 de octubre, se refieren al caso como un sarcoma de psoas y en la prensa de Brasil a otro muy parecido- esta aseveración de un médico local en ejercicio dará tanto que hablar que hasta con la cuasi declaración del país como “Estado forajido”, al no aceptar el fallo de la CorteIDH a favor de Leopoldo López, quisieron ayer cambiar la matriz de opinión en cuanto al caso Navarrete. Si antes la procesión roja iba por dentro hoy queda desnuda en la calle ¿Quién nos dirá la verdad? ¿Cuándo hablará Zaratustra?
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NELSON BOCARANDA SARDI | EL UNIVERSAL
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martes 01 de septiembre de 2011