El Método del Discurso
El temor a perder las elecciones presidenciales obliga a Chávez a ocuparse de la inseguridad: los sicarios utilizan motos, el vehículo ideal para deslizarse entre las colas, para atracar en las autopistas. Tarde piaste. A las medidas para controlar a los motorizados no les harán caso los que utilizan las motos para asesinar y robar.
Los mensajeros y los que manejan las mototaxis aceptarán ser identificados.
Ya en Baruta, Sucre y Chacao los motorizados se ponen los cascos; en Libertador los motorizados andan por la libre. Como los demás venezolanos, saben de la anarquía y la impunidad que reina en el país. Recuperar la autoridad implica enviar un mensaje decisivo a los que matan en cualquier esquina, castigar y perseguir el delito en la policía. Por la asombrosa falta de autoridad de un gobierno autoritario, Chávez no impondrá el orden.
En el Gobierno están comprendiendo que la nueva ley de arrendamientos es un suicidio político, les dará unos cuantos votos pero movilizará en contra a cientos de miles de venezolanos, y en los barrios impondrá el cobro y aumento de alquileres a través del sicariato. De nuevo la ideología los ciega.
Diosdado declara que les darán incentivos a los constructores. Después de declararlos delincuentes quieren reanimar la industria que emplea a los venezolanos humildes. El Gobierno les dice a los inversionistas que coloquen su dinero en el negocio del petróleo y en la construcción; en el 2013 cambiarán las reglas del juego.
Tendrían también que privatizar las plantas de cemento y la CVG si quieren que haya cabillas y cemento para construir.
Me equivoco, esas fábricas ya están privatizadas, en beneficio de los que venden al doble o al triple de su precio regulado el cemento y la cabilla, igual que la producción de aceite y otros bienes de consumo que benefician a una mafia que los vende a través de los buhoneros. ¿Es tan difícil averiguar quiénes manejan ese mercado negro a la luz del día, exportan gasolina a Colombia? ¿Quién aconsejó a Pérez nombrar a sus enemigos en la Corte Suprema?, les entregó el máximo tribunal a los que buscaban sacarlo del poder.
En los últimos meses carecía de voluntad para defenderse.
Más tarde, algunos de sus colaboradores vivieron un real ostracismo, incluso se les dificultaba encontrar trabajo.
La lucha entre el presidente Pérez y el ex presidente Lusinchi contribuyó decisivamente a la crisis de Acción Democrática, una lección que olvidan en Colombia Álvaro Uribe y el presidente Santos.
La reelección presidencial ha sido una maldición en Latinoamérica, ha justificado dictaduras legales, permite el uso del poder para reelegirse, vuelve a los ex presidentes reyes en el destierro que aguardan recuperar su poder. Rómulo Betancourt fue el adversario callado de Pérez I.
Por defenestrar a Pérez se justificó el golpe de Estado de Chávez; por detestar a Chávez, esta semana acudieron a su sepelio enemigos de ayer. La ocasión unificaba a betancuristas, lusinchistas, perecistas y adecos humildes. El entierro de Pérez ha sido su victoria póstuma y anuncia que la oposición retomará las calles como hace diez años. El sepelio fue una gran manifestación, la primera de la campaña de oposición en 2012. Cambian los tiempos, una oposición democrática recuperará las calles.
El voto de José Vicente Rangel en el Congreso fue uno de los decisivos para salvar a Pérez I de la inhabilitación política.
Por: FAUSTO MASÓ
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