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El Editorial: Alza de la gasolina: Adiós, Alí

Adiós, Alí

 

El ministro de Energía Eléctrica (¿o de la oscuridad?), Alí Rodríguez, dio una rueda de prensa como despedida al dejar el cargo por el cual pasó con más penas que glorias y con más apagones que luces. Si el Presidente de la República lo quería “quemar” como político y como funcionario, pues lo logró sin lugar a dudas, y de qué manera.

Ha sido tan desastrosa su gestión como ministro que un problema como el del suministro eléctrico, que tres años atrás aparecía bien lejos en las encuestas, hoy está entre los principales asuntos que le amargan la vida a los venezolanos. Según Datanálisis, seis de cada diez ciudadanos entrevistados se mostraron insatisfechos con el servicio de electricidad y con el manejo que el gobierno bolivariano ha hecho de ese problema.

Esto da una idea de la dimensión del fracaso del ministro Alí Rodríguez, que fue traído como pitcher de relevo por el Presidente de la República y no logró hacer ni un out. Si se repasa su paquete de promesas para remediar la crisis cuando asumió el ministerio, se encuentra que anunció la reestructuración y modernización del manejo y administración del complejo de empresas de electricidad del Estado. Hoy, sin embargo, es más visible y palpable el despelote y el desorden en el sector.

Prometió la rehabilitación de Planta Centro, pero los problemas estructurales siguen vigentes y no se atiende con diligencia el plan de mantenimiento permanente, que es una de las causas del deterioro de los equipos y las instalaciones. Tampoco el plan de inversiones para ampliar la capacidad de Planta Centro se está cumpliendo y por ello la región central enfrenta una epidemia de apagones que generan un malestar ciudadano del tal magnitud que gobernadores y alcaldes bolivarianos no ven luz en su futuro electoral. Luego de la derrota en las elecciones venideras se acordarán mucho de Alí, de eso no hay duda.

También prometió grandes inversiones para “poner al día” las redes de transmisión que, como es lógico pensar, estaban en el suelo cuando él llegó al ministerio y, sorpresa, siguen en el suelo cuando “el hombre más serio del gabinete” (¿?) se despide públicamente de su cargo. Quedan a la deriva las famosas barcazas que se iban a instalar en el litoral central y que siguen en el misterio, el rescate de Tacoa y la construcción de otras plantas en la provincia para bajar la escasez y suplir la demanda ampliada.

Como un mago al que se le pierden los conejos del sombrero, Alí quedó a mitad del show sin saber cómo continuar; de allí que el dueño del circo haya ordenado apagar las luces y dar por concluido el espectáculo.

Pero así como un toro herido lanza una cornada mortal contra el torero, Alí puso en la mesa de la opinión pública el incremento del precio de la gasolina, y dijo que era “lógico ese aumento” pero que el presidente Chávez “no lo creía prudente”. Es decir, que él se lo había dicho, pero que el otro, el enfermo, sintió miedo. Flechas rojo rojitas.


Por: Redaccion
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EL NACIONAL