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Luis Alfredo Rapozo: A punta de Decreto

Los desgraciados,
pasan “raqueta”

 

Ya era hora para que el Ministro del Interior se pronunciara –me decía mi abuelita Pía del Carmen-, porque el hampa tenía “a pan y agua” a los pasajeros que viajan en las camioneticas que salen del Terminal del Nuevo Circo para Oriente, vía Uchire, Puerto Píritu, Valle Guanape, Caucagua, Cúpira y pueblitos circunvecinos.

En rueda de prensa el Dr, El Aissami anunció una disposición de la Comisión Presidencial para el Desarme, que expresamente “prohíbe el porte de armas de fuego en las unidades de transporte público y terminales”.

“La última vez que veníamos de Caracas-me contaba mi abuelita- con Valentina y mi nieta Isabel Teresa, unos “cacos”saltaron de repente de sus asientos al mejor estilo de los tiempos de “Guardajumo” con todo y pañueleta cubriendo sus rostros, nos sacaron unos pistolones de éste color-y hacía un idea del tamaño del armamento con sus manos, que asemejaba a un inmenso plátano verde-, entonces los desgraciados, pasaron “raqueta” de puesto en puesto, despojando a los cristianos, que viajaban adormecidos por el calor, de todo lo que tenían encima, mijo”.

-¿Y cuánto perdieron en ese atraco?- le pregunté con mi curiosidad de siempre, pues no sabía que la venerable anciana había entrado en las funestas estadísticas de víctimas de los asaltantes de caminos-.

-A mi me quitaron unos pocos billetes de baja denominación que tenía a la mano-respondió-; a Valentina le quitaron un pobre reloj que se había comprado en la plaza Miranda y a la despistada de Isabelita le quitaron el celular. Pero, la plata que llevábamos, ni la olieron mijo, porque esa, la tenía yo escondida en el sostén y en las bombachas-me dijo, mientras se reía con una carcajada cargada de picardía que tiene la mujer cumanesa-.

-¿Y usted cree abuela, que con ese decreto el hampa no saldrá a cometer sus fechorías rutinarias en el transporte colectivo?-le pregunté a la viejita, que miraba con sus ojos de dulce ancianita-.

No lo creo sinceramente, pero por algo se empieza mijo-me dijo en términos de burla-. Para no tener nada, es preferible tener un decreto. De repente-me decía-, se le prende la luz a la Ministro de Sanidad y decreta que los hospitales funcionen debidamente y el Ministro de Alimentación decreta que todos los Mercados estén completamente abastecidos y así sucesivamente, hasta que todos los problemas estén correspondientemente ensalmados con su decreto, para salvarnos de la debacle y el fin de mundo…

-Bueno, entonces viajarán mas tranquilas por esas carreteras de Dios –le dije-, ya que ustedes no se bajan de un autobús de Carúpano hasta Caracas, haciendo escala en Mariguitar, Cumana y Puerto La Cruz.

-No mijo, la cosa no llega a tanto- me dice, mientras se ríe con un acento de incredulidad-. Yo seguiré escondiendo mis “churupos” donde te conté. Tendrán que desnudarnos en plena

buseta y jorungarnos íntimamente . Y las probabilidades dicen que esos degenerados andan siempre apurados y “bajan de la mula” a los mas descuidados.


Por: Luis ALFREDO RAPOZO
luisrapozo@yahoo.es
@luisrapozo