Constructores calculan en 76% el
desabastecimiento de cabillas
● La prioridad dada por el Gobierno a la Misión Vivienda ha limitado el suministro a otros proyectos.
● En la primera mitad de este año, en conjunto, el sector público y el privado terminaron aproximadamente 25.000 viviendas.
● Un estudio de la CámaraVenezolana de la Construcción muestra que la mayor parte de los distribuidores a
escala nacional no están ofertando los productos de acero.
● La menor inversión y la falta de materiales afectan los resultados de la actividad privada del sector que, estiman, en el segundo trimestre del año tuvo una caída de 15%.
● “Es necesario que se importen al menos 100.000 toneladas y que se eliminen las restricciones a las empresas”, señala el presidente del gremio, Juan Francisco Jiménez.
Los proyectos de construcción de viviendas del sector privado así como las obras públicas de vialidad y electricidad avanzan a un menor ritmo por las fallas en el suministro de insumos, especialmente de cabillas.
Un estudio elaborado en julio por la Cámara Venezolana de la Construcción (CVC), revela que el nivel desabastecimiento de cabillas se encuentra en 76%, lo que indica que la mayor parte de los distribuidores a escala nacional no están ofertando los productos de acero.
El presidente de la organización, Juan Francisco Jiménez, señaló que la situación es crítica, debido a que apenas 24% de los establecimientos son los que están vendiendo.
La producción que se registra de cabillas en gran medida está destinada a la Misión Vivienda Venezuela y para atender esos proyectos el Gobierno ha creado centros de acopio, denominados Construpatria.
La prioridad que ha generado ese programa ha limitado el suministro a otros proyectos. Los constructores detallan que los desarrollos habitacionales privados se ejecutan lentamente y, agregan, existen casos en los cuales las empresas han paralizado las obras.
El efecto también por los materiales se extiende a los programas públicos, aquellos proyectos que realizan los entes oficiales en vialidad, electricidad, salud y educación no marchan al ritmo al esperado.
Jiménez comentó que durante la elaboración del estudio se detectó que “existen locales que no tienen cabillas desde hace dos años, no hay inventarios. Otros reciben cabillas, pero el producto está asignado”.
Fuentes oficiales han señalado que parte de la producción de Sidor y Sidetur al momento de despacharse ya tiene asignadas las empresas receptoras.
Debido a la irregularidad en el abastecimiento, Jiménez manifestó que es necesario que el Gobierno revise los canales de distribución y que además autorice las importaciones de cabillas. “Es necesario que se importen al menos 100.000 toneladas y que se eliminan las restricciones a las empresas”.
Las dificultades en el suministro no se limitan al acero, también en agregados el abastecimiento es irregular. El citado estudio indica que en piedra la escasez es de 58% y algunos locales están reportando restricciones en los despachos.
En arena no existen problemas, el 93% de los establecimientos consultados por el organismo cuenta con el insumo.
En cemento el suministro ha mejorado respecto al primer trimestre del año. El informe señala que el 75% de los establecimientos cuenta con ese material. Por períodos la existencia es irregular, pero las distribuidoras tienen stock.
En picada:
El presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción señaló que la menor inversión y la falta de materiales afectan los resultados de la actividad.
Según las estimaciones del organismo, el sector en el segundo trimestre tuvo una caída de entre 3 y 4%, y sólo la actividad privada cayó cerca de 15%. Jiménez comentó que el retroceso general no fue mayor por la actividad petrolera.
El organismo calcula que en la primera mitad del año el sector público y el sector privado terminaron aproximadamente 25.000 viviendas, ello reflejaría una caída de 10% respecto a igual lapso de 2010 cuando se culminaron 28.000 casas.
Los constructores señalaron que actualmente están en ejecución 75.000 unidades y paralizadas más de 30.000. La mayor preocupación se genera con los permisos que, tanto para obras residenciales como no residenciales, bajaron 60%.
Jiménez apuntó que las obligaciones con las contratistas persisten, lo que indica que los entes oficiales no han terminado de saldar sus deudas.
MAYELA ARMAS H. | EL UNIVERSAL
jueves 11 de agosto de 2011