“Pórtico…”
Tal cual y como lo hizo en su tiempo el rey del cuadrilátero Muhammad Alí, Cassius Clay, asimismo deberá hacerlo la dirigencia política representada por la Mesa de la Unidad Democrática.
La oposición está comprometida y fue elegida por los venezolanos para ejercerla. Oponerse a los desmanes de un gobierno despótico, criticar y hacer las consideraciones sin ningún tipo de cortesías compasivas en beneficio de la sociedad civil y así hasta el año 2012.
De manera que después de la presentación televisiva del presidente Chávez desde la ciudad de La Habana donde nos anunció lo que muchos sospechaban, es decir, la gravedad de su estado de salud, la oposición tiene que hacer lo que ha venido haciendo hasta ahora.
Aparte de seguir aferrada a la unidad, si acaso debe revisar las posibilidades de adelantar las elecciones primarias, sobre todo si se produce una decisión judicial este mismo año sobre la inhabilitación de Leopoldo López. Ello ha sido una de las razones por lo que la MUD decidiera realizar, en aras de la unidad, los sufragios internos el año 2012 y no en noviembre o diciembre de este año.
En suma, el problema político recae sobre el PSUV y continuará pendiendo sobre sus cabezas la cuchilla de la inseguridad, la inflación, las protestas de calle, el bandidaje, el afán insaciable de riqueza de los revolucionarios, la solicitud de viviendas, el caos de las infraestructuras y paremos de contar.
En cosa de pocos meses, quién lo sabe, Chávez quedará fuera de juego y su poder, su influencia, disminuirá notablemente en la misma medida en que mermará su salud, al margen de que se produzca o no su desaparición física.
De ahora en adelante Chávez es y será por siempre un organismo resentido y limitado, que tendrá que vivir lo que le reste de vida, poco o muchos años, da igual, amarrado de un tratamiento médico que no le dejará tiempo para otras cosas que no sea el cuido esmerado de su existencia.
De modo que al chavismo, que es un movimiento con raíces muy superficiales y que abandonó las ideas y sus principios originarios por el dinero fácil y abundante, le llegó el momento de ir a bailarlos en el imperio.
Ahora, las cosas no son tan apocalípticas afortunadamente para los venezolanos porque al frente de la dirección de la oposición están versados y expertos políticos que conocen muy bien su oficio y que evidentemente no van a cometer la torpeza de tomar atajos diferentes al camino que nos conduzca a las elecciones presidenciales del año que viene.
Lógicamente que el espejo que tenemos frente a nosotros es otro, desigual al de antes de la enfermedad que de manera intempestiva se sembró un día en la humanidad del presidente Chávez.
Pienso que ese mal en el organismo del líder que a algunos conmueve hasta las lágrimas y a otros contenta hasta desternillarse de la risa -esas son las consecuencias de la libertad de la razón y el corazón-, deteriora en sumo grado la figura del hombre duro que otrora cautivaba a los sectores populares.
No hay grado de comparación con la cuesta que le tocó subir al entonces teniente coronel el mes de febrero de 1992 cuando fue hecho preso luego de su fallido intento de derrocar al presidente Pérez o cuando salió victorioso del golpe de Estado que le propinaron el 11 de abril de 2002 como él mismo lo dijera desde La Habana, el jueves de la semana pasada.
Este es otro trance. Aquellas dos situaciones que Chávez señalaba no representaron una debilidad mayor de sus fuerzas, en todo caso fue una situación coyuntural, además de que tenía de su lado un pueblo que le apoyaba en su gran mayoría y una oposición que iba al garete dirigida por un grupo de empresarios inexpertos en estos avatares de la política.
Lo que es definitivo en todo caso es que los alacranes de Müller Rojas se alborotaron y comenzaron su lucha que no cesará hasta la destrucción de sus pretéritos compañeros.
Por: Rafael García Marvez
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@RGarciaMarvez