La epopeya está anunciada
en tiempos de debacle…
Como el discurso del Führer antes de caer…
Hola, buenos días mi Amada Patria! 27 de julio y aquí voy, casi llegando ya a mis 57 años! Iniciando una nueva vida, un nuevo retorno! Vivir viviendo!”. El texto es uno de los muchos saludos enviados por Hugo Chávez a través de su Twitter, repetidos en sus apariciones televisivas y en el “divinizado” culto a la personalidad difundido en cadena nacional por el Minci, donde se describe una Venezuela próspera, segura y feliz, gracias a la acción de un superhombre que ha sido capaz de salir triunfante de la muerte, estar ganando la batalla por la vida y seguir en el poder “hasta más allá del 2031”.
Desde que Chávez anunciase que tiene cáncer, el discurso público se sustenta casi exclusivamente en el referente de la enfermedad presidencial, convertida en asunto que debe angustiar a todo el país por encima de las escandalosas cifras de criminalidad y corrupción, de las muertes anónimas de los ruleteados en los derruidos hospitales públicos, de la inflación y desabastecimiento crecientes, del inaceptable endeudamiento en medio de una orgía de petrodólares, de los engaños de la insolvente Pdvsa y los apagones que coronan el Vía Crucis nacional. Para convertir su enfermedad en una “epopeya” han ocultado los detalles del supuesto padecimiento presidencial. Por eso no se ha hecho público ningún parte médico, sino las muy legas versiones oficiales: “Fidel me dijo -narra Chávez al llegar a Venezuela después de recibir la supuesta primera sesión de quimioterapia- ‘no tienes nada’. No se detectó en ninguna parte, en ningún órgano, ninguna célula maligna que se haya podido escapar del lugar donde estaba el tumor y en el lugar del tumor tampoco”. De nuevo el secretismo que no aclara. Así siguen teatralizando el “triunfo” de la batalla por la vida que le permitirá a Chávez urdir el “conjunto de hechos gloriosos en los que intervienen lo sobrenatural y maravilloso, dignos de ser cantados épicamente”, como define el DRAE la epopeya. ¡Y pensar que Chávez reclama a los demás que “dejen quieto” su cáncer¡
Toda mentira monstruosa, toda simulación perversa, todo engaño colectivo y hasta la deificación más aberrante se justifican para seguir en el poder. Chávez dijo esta semana: “Tengo razones médicas, científicas, humanas, amorosas, políticas, para mantenerme al frente del Gobierno y de la candidatura con más fuerza que antes–inmejorable en el espíritu, en el ánimo, en el alma, en el cuerpo, respondiendo de manera extraordinaria en todos los sentidos… en lo personal, no he pensado un solo instante en retirarme de la Presidencia… soy el candidato de la revolución y estoy absolutamente seguro que el pueblo me va a reelegir Presidente para el período 2013-19… comenzando la primera década del siglo, hablé de la década del bronce… estaríamos comenzando la década de plata: 2011-2020, y la de oro sería entre 2020 y 2030… estoy resuelto a llegar al 2031”. La epopeya, entonces, ya está anunciada en tiempos de debacle. Como el discurso del Führer pocos días antes de su definitiva caída.
La “batalla por la vida” no es una lucha de Chávez contra su cáncer devenido en espectáculo, sino de los millones de víctimas de su gobierno irresponsable. A Chávez no le importa la historia de Freddy Rebolledo, contada por Alberto Barrera Tiszka (“La Salud” EN 24-07-2011). Freddy recibió un disparo en Ocumare del Tuy. Lo llevaron de urgencia al hospital general de la zona. Allí no tenían como atenderlo. Luego a Cúa, con igual suerte. A Charallave y ¡nada!, de modo que corrieron a Caracas, al Hospital de El Llanito. Tampoco. Volaron hasta el Pérez Carreño, de nuevo fue inútil. Luego al Hospital Militar, convencidos de que, por ser militar, tendrían insumos y podrían atenderlo. No lo recibieron. Finalmente -narra ABT- Rebolledo murió al llegar al Hospital Universitario. Tenía 20 años. “¡Siete hospitales después del disparo!, y ya no pudo seguir. No lo mató la bala. Lo mató la salud del Estado venezolano”.
“¿Cuántos barriles se necesitan para abrir un quirófano?”, se pregunta ABT. Seguro que menos que los muchos regalados por Chávez a Bielorrusia. O que los $22 mil millones a Cuba y otros tantos a Nicaragua. “Es un gran honor aprobar recursos para Cuba (… ) no hay dinero que pueda pagar la felicidad de un pueblo” celebraba estos días en la AN el rojo diputado Faría. Que les pregunten Chávez y a Faría a los padres de Rebolledo y a los otros miles que mueren sin atención médica sobre su felicidad. O a los médicos dispersados violentamente por la PNB con el prohibido gas pimienta mientras reclamaban pacíficamente atención oficial a los hospitales y salarios dignos. O a los enfermeros, también con sueldos miserables. O a los damnificados que viven en caballerizas soñando con viviendas que son y serán una quimera. ¿Batalla por la vida?… ¿La vida de quién?
Por: MARTA COLOMINA
mcolomina@gmail.com
domingo 31 de julio de 2011
OPINIÓN| EL UNIVERSAL