Qué gratificantes días nos hizo
vivir la delegación Vinotinto
Demostró su calidad durante todo el desarrollo de la Copa América llevada a cabo en Argentina.
Progresivamente logró superar obstáculos y llegar a disputar los cuartos de final con la delegación de Paraguay en un partido angustiante, de infarto, jugado en el Estadio Las Malvinas que fue definido por penalti; ahí se vivió una guerra, pero deportiva.
La oncena Vinotinto mereció ganar, tuvo muchas ocasiones de gol, varios disparos pegaron en el travesaño contrario, e incluso uno de ellos logró penetrar a través de nuestro gran jugador Oswaldo Vizcarrondo pero fue anulado en una decisión milimétrica del árbitro por estar fuera de lugar, para posteriormente ir al punto penal donde lamentablemente perdimos, por detención de uno de nuestros balones por parte del excelente arquero contrario, y que el jugador nuestro a su retorno al país, con hidalguía pidió disculpas al pueblo por haberlo fallado, porque jamás debimos cuestionarlo, ya que eso forma parte del juego.
El equipo nacional ha demostrado haber adquirido experiencia, juega más aguerrido y sobre todo con mucha pasión. Todos los partidos fueron muy emocionantes y limpios, lástima que en este penúltimo encuentro se desbordaron las pasiones y se generó una innecesaria trifulca que fue apaciguada rápidamente, opacando la jornada y trayendo como consecuencia que ambos equipos fueran sancionados por la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol), suceso que debe ser olvidado rápidamente y solo dejarlo como un gran aprendizaje evitando futuras provocaciones, salvaguardando de esta manera nuestra imagen deportiva internacional.
Recuerdo hace algunos años cuando era niño y estudiaba en el Colegio Claret que había una materia obligatoria llamada Deporte y consistía en jugar fútbol, solo teníamos como referencia equipos de otros países, generalmente queríamos que ganaran Brasil, Argentina, Colombia, México, España y muchas veces cometimos la osadía de rayar nuestras franelas colocando los nombres de nuestros ídolos como el famoso Pele con su número 10.
En las calles solo se veían franelas verdeamarilla o albiceleste como suelen llamarla. Hoy día todo es tan distinto, muchos niños y adultos venezolanos portan con orgullo y honor la franela vinotinto, el color que sentimentalmente nos identifica y el cual la mayoría de la población pide no ser cambiado.
Nuestro equipo integrado en su generalidad por jóvenes entusiastas, nuevos talentos, que gracias a su esfuerzo, pasión y disciplina se han dado a conocer internacionalmente ganándose el respeto y reconocimiento y despertando en nosotros una gran esperanza y unión. Ya no estamos soñando, cada día estamos más cerca, nuestro deseo de participar en un mundial crece, ya estamos relativamente próximo del campeonato a celebrarse en Brasil en el año 2014, lo sentimos en la camiseta. Todos debemos apoyar a nuestra selección, ellos deben ser tratados como verdaderos profesionales.
El Gobierno Nacional debe alentar a sus jugadores como lo hacen en otros países del mundo, ofreciéndoles estímulos monetarios, vehículos, vivienda digna, condecoraciones y proporcionar a la directiva suficientes recursos en moneda venezolana y extranjera para que puedan tener más roce, más partidos amistosos internacionales y recurrir a buenos y decentes hospedajes en el exterior, cómodos buses para movilizarse y me atrevería a ir mas allá, sugerir el arrendamiento de un avión estéticamente decorado con el color de la vinotinto y la bandera grande de nuestra querida Venezuela.
Sobre este particular es bueno destacar todo el constante apoyo brindado por Empresas Polar en persona de su exitoso presidente Lorenzo Mendoza.
Ustedes amigos, lograron por unos días lo que hasta ahora era casi un imposible, la unión de los venezolanos, olvidando la diferencia política, color, credo y raza, reconciliaron a un país dividido uniendo los sentimientos. Llenaron plazas, restaurantes, colapsaron las vías con caravanas y las redes sociales, incrementando los mensajes de texto, de messenger, de correos electrónicos, las llamadas telefónicas, las fotos en los avatar, las ventas de franelas, la asistencia a misa y las oraciones por ustedes, enarbolar nuestra bandera, cantar el himno nacional con lágrimas en los ojos y pintar nuestros rostros con el tricolor patrio. Fueron 30 millones sincronizados en una sola petición: ganar.
Sigan entrenando y jugando en equipo, con compromiso y dedicación, con más toque, más ofensiva y estilo, mejorando la táctica y la estrategia, jugando con magia y amor a su país.
Tenemos muchos jugadores buenos, Miku, Maldonado, Arango, Gonzalez, Lucena, Di Giorgi, Cichero, Rosales, Perozo, Orozco, Vizcarrondo, Vega, Rey, Seijas, Rincón y otras figuras individuales, así como un excelente equipo dirigido por el apasionado Director Técnico César Farías.
Hemos dado un paso importante al ser una de la mejores selecciones de Suramérica, al escalar al número 29 en el conteo mundial de puesto de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y entrar por primera vez en la historia en el puesto 40 del Top de las 50 selecciones.
Sigan jugando con deber y honor, sigan marcando goles, gracias por unirnos a través de la pasión del fútbol, la afición se los demostró al recibirlos y acompañarlos con orgullo y solidaridad a su regreso.
De ahora en adelante la selección de Venezuela se respeta, pasamos de la ilusión a la realidad, nos quitamos el sombrero ante ustedes, que Dios los bendiga y continúen sus éxitos.
Por: Diputado Jose Sanchez “Mazuco”
Prisionero Político Ramo Verde
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@DiputadoMazuco
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