Aquí y ahora
Llaman poderosamente la atención las últimas actuaciones del régimen en materia de acorralamiento e intimidación de los adversarios políticos. Los dos últimos casos: el de Álvarez Paz y el de Capriles Radonski, son señales inequívocas del desespero en que se encuentra la dirigencia chavista, y la falta de rumbo, habida cuenta de la ausencia de su líder.
Por razones obvias, nunca antes el Gobierno había estado tan desguarnecido, tan transido de la palabra omnímoda y avasallante del presidente Chávez. La propia dirección del PCV ha reconocido que “la ausencia del primer mandatario sería un golpe significativo para la revolución bolivariana…”. Y añadió más adelante que la conducción del proceso “no puede descansar en un solo hombre”. “Los seres humanos son mortales”…
Después de Chávez, no existe reemplazo alguno o dirección colectiva (llámese partido político) capaz de sustituirlo, en caso de una eventualidad. La fortaleza del proceso bolivariano depende umbilicalmente de Chávez. Pero, paradójicamente, al mismo tiempo, esa es su mayor debilidad…
Chávez ha construido su liderazgo a punta de prebendas, recompensas y castigos, de acuerdo con el comportamiento de sus más fieles seguidores, sean estos civiles o militares; por lo tanto, no existe en el PSUV ni en el estamento militar chavista alguien con la capacidad política y el carisma para darle solución de continuidad a la revolución bolivariana. ¡Ojo!, con esto no quiero decir que el chavismo desaparecerá de la noche a la mañana. Eso no es posible…
De allí que la oposición tiene el compromiso y la necesaria tarea de delinear una plan estratégico para la integración, unión y reconciliación de la sociedad venezolana. El chavismo, como fuerza política, tal como ocurrió con el peronismo en Argentina, sobrevivirá a su conductor.
Fidel Castro tomó las precauciones pertinentes (durante 50 años) para fortalecer el Partido Comunista cubano. Él mismo ha citado en reiteradas oportunidades que el partido será capaz de suplantar la ausencia de los dos jefes de la Revolución cubana. Si eso ocurrirá o no, es harina de otro costal. La historia se encargará de ello…
La utilización grosera de la justicia como mecanismo de persecución y retaliación políticas en nada contribuye a generar un clima de normalidad.
Por eso, quienes tienen la responsabilidad de dirigir los destinos del país deben meter la cabeza en un tobo de agua helada para no seguir cometiendo desatinos que, por una parte, ya no meten miedo, y por la otra, sólo contribuyen a enrarecer el ambiente político en el momento menos propicio.
El propio Chávez, en un gesto, quizás originado por la enfermedad que padece, “recomendó” a los órganos jurisdiccionales tomar en consideración el estado de salud de algunos de los presos de conciencia que hay en Venezuela para que sean tratados en condiciones más humanitarias.
Con estas maniobras de acoso a Álvarez Paz y a Capriles Radonski, seguramente, en lugar de amilanarlos, lo que hacen es victimizarlos. Todos sabemos que nuestro pueblo favorece a aquellos que son hostigados o perseguidos por razones de carácter político.
Además, ambos tienen la característica común de que han dado la cara.
En relación con Capriles, el Tribunal Supremo de Justicia enmendó la plana, luego de que Aristóbulo Istúriz dijo que esa denuncia no había sido autorizada por el PSUV. Diosdado se quedó con los crespos hechos…
Por: FREDDY LEPAGE
freddylepage@cantv.net
@freddyjlepage
Política | Opinión
EL NACIONAL