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AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ: Hugo, ¡no sueltes nuestro coroto!

El poder uno contra otro
frente a Jaua, Diosdado

 

La pregunta del golpista-presidente (GP) al alto mando de Venecuba sobre las medidas a tomar a la hora de su regreso para seguir su tratamiento, recibió respuesta inmediata.

El Jefe Supremo de esta confederación fue muy claro: Hugo, no es bueno que, por razón alguna, sueltes nuestro coroto.

Y no lo puedes hacer porque tienes muchos problemas a lo interno de tu partido y con otros factores del mando-poder como las fuerzas armadas, sectores económicos, la oposición, y eso podría contribuir a aumentar una inestabilidad y ponernos en peligro.

En realidad, la enfermedad del GP acelera ese cuadro porque obliga a definir y determinar el entorno de los verdaderamente resteados con el Jefe Único (JU).

Y hay muchos que se creen con credenciales suficientes para ubicarse en ese entorno. Pero los canales de admisión no están libres de tropiezos. De allí que surjan diferencias y enfrentamientos, dado que quienes no han logrado acceder a ese posicionamiento, se dedican a cuestionar a quienes los ocupan hoy.

Esto lleva, por ejemplo, a muchos “miembros originarios” del 04F-92 a ver con resquemor y reserva que se deleguen funciones presidenciales en un advenedizo que ha logrado muy altos poderes al lado del JU.

Planteado así se apela al conocido esquema de la pugna-polarización. Un poder contra otro u otros. Frente a Jaua, Diosdado. El primero no calza con la definición y orientación de un régimen militar-civil, no es muy bien visto a nivel de las FAN, y su ascendencia a lo interno carece de mayor espacio.

Sin embargo, Elías Jaua, es el cuadro que el GP ha dimensionado. La autoridad que hoy detenta está por encima de sus predecesores.

Y esto obliga a pensar en las circunstancias que llevan al GP, más allá de sus males de salud, a crear a su lado una instancia con tanto poder.

La explicación podría verse en la necesidad de procurar un equilibrio de poderes a lo interno de su organización política y del propio gobierno, escenario en el cual surgieron fuerzas que no ha sido fácil controlar.

Por ello, el Jaua-poder significa una posibilidad de confianza para detener o enfrentar otras maquinarias que actúan en muchos aspectos por cuenta propia.

El caso más emblemático sería el de Diosdado Cabello, quien ha dado muestras de manejar los hilos del mando-poder militar y de la forma como se llega a la militancia de abajo, a los grupos radicales civiles como el que llegó a crear y comandar Lina Ron, La Piedrita, Tupamaros.

Agreguemos a esto que DC, el exvicepresidente y exsuperministro, aun relegado a simple diputado, mantiene el control en muchos de los espacios por donde ha pasado.

En todo caso lo esencial es plantearse lo relativo a la forma como se mueven los factores de poder a lo interno de la “revolución”. ¿Cuál es la clase que detenta hoy y aquí el mando-poder? ¿La burguesía o el proletariado?

Quienes se erigen como controladores o detentores de parcelas de poder ¿a qué intereses sirven? ¿Qué significa darle “mayor poder al pueblo” en medio de una implosión a cuchillo por el manejo-control del mando-poder?

Para Fidel Castro, como Presidente de Venecuba es indispensable luchar contra la inestabilidad por los peligros que acechan al régimen en lo político y, sobre todo, en cuanto a las huellas que marca en todas las facetas del cuadro histórico.

Inevitable entonces reflexionar sobre una difícil situación que apunta cada vez más hacia una mayor inestabilidad-confrontación y destrucción en el campo material, institucional y humano-espiritual.

En efecto, hoy nadie puede negar que “Venezuela cada vez menos existe en nación” pero si en enfrentamientos, descalificaciones, agresiones y acopio de tragedias y dolores.

Imposible dejar de lado la pregunta en relación al dónde habremos de llegar hoy cuando formamos parte de los pasajeros de ese inmenso abismo que es Venecuba.

Sin embargo, esta es una realidad que las oposiciones, en permanentes piruetas electorales, hasta el presente no quieren entender.

Les cuesta admitir que, en un régimen de legislación cubana, un expaís que ya no existe en nación, la salida electoral está controlada por los dueños del poder.

De modo que el alto mando venecubano no ve en este campo ningún peligro. Pero no dice lo mismo al examinar la creciente lucha de clases bolivariana que amenaza tanto la solidez de sus poderes como la capacidad de destrucción de Venecuba.

Hoy estamos ante el cuadro de muchos poderes afiliados a la polarización. Un Presidente disminuido que no podrá tener sosiego por la lucha a cuchillo que se genera a su alrededor y por un alto mando venecubano que le ordena no soltar los hilos de su mando-poder ni siquiera a los incondicionales que hay en Jaua y Giordani.

A ellos se les delega tareas del mando-poder y eso se deja en claro para que no se vea como privilegios que puedan aumentar la refriega a lo interno. Menos mal, dice la Dirección de Venecuba, que las oposiciones actúan a favor del Proyecto Revolucionario.

Es la parte que menos problemas le crea a la Confederación Revolucionaria de Venecuba.


Por: AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ
@ablancomunoz
abm333@gmail.com
viernes 22 de julio de 2011
Política | Opinión
EL UNIERSAL