Matraqueados por
los “gendarmes”
Una de las debilidades que más se evidencia en una democracia es la deficiencia del sistema de seguridad. De hecho, se dice que la policía es la primera carta de presentación de una nación y los que habitamos en esta parte del mundo sabemos muy bien de ello.
Sobran ejemplos de venezolanos matraqueados por gendarmes colombianos al cruzar la frontera así como de colombianos desplumados por policías nacionales al pisar tierra venezolana. Sin embargo, también existen testimonios de que eso no ocurre por ejemplo en Chile, y cada vez menos en territorio brasileño.
Pero el problema todavía es mayor cuando esa fuerza constituida por ley para defender a la ciudadanía se une a la delincuencia para perseguir a la gente honesta. Entonces es cuando nos volvemos completamente indefensos y el miedo se apodera de la sociedad.
Es lo que está sufriendo gran parte de la población venezolana y no se trata solo de una sensación de inseguridad porque existen casos verídicos en que, si no son los policías los autores, protegen a los ladrones para cometer sus fechorías. Hoy día, cuando uno ve por su urbanización una camioneta de la policía no sabe si están cuidando a la gente o espiando para informar a sus compinches. Paradójico y patético amigo lector.
Entre los males obviamente está el sistema corrupto que convirtió a una gran cantidad de miembros policiales en operadores de los delincuentes políticos que utilizaron y utilizan a la institución para negociar licitaciones o simplemente para tener a los jefes como recaudadores.
A partir de allí los titulares de las comisarías también se usurpan el derecho de convertir cada zona en una especie de chacra, como dicen en la jerga policial, y por supuesto, la mayor porción de la cosecha es para el comisario.
Otra causa que se arrastra desde la IV República es la selección inadecuada del personal policial. Antes, y hasta ahora, muchos jóvenes optan por ingresar a los cuarteles o a la docencia para asegurar un salario público, sin tener la menor vocación para ejercer la profesión. Por ello, es necesario que se tome una decisión sobre esta situación. Es necesario resolver el problema de la policía y su vínculo con la delincuencia.
De nada servirá el “supuesto crecimiento” de la economía venezolana, ni las promociones para atraer a inversores si el gobierno socialista-comunista, no ha sido ni es capaz de proteger al ciudadano común que no puede salir a la calle por temor a los ladrones. Así que este problema constituye una de las cuestiones vitales que se debe pactar entre el sector público y privado para garantizar una convivencia pacífica en nuestro país. Así sea.
Por: Zenair Brito Caballero
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@zenairbrito