El hermetismo total del gobierno
Por más vueltas que se le dé, por muy rico que sea el idioma, es difícil seguir esquivando el bulto: el teniente coronel ha sobrecogido al país con su enfermedad. Lo dice la prensa nacional y mundial más seria y reconocida y lo señalan las organizaciones de defensa de los derechos y libertades más respetables.
Pero, la enfermedad del comandante es ¿un secreto de Estado para los venezolanos? Se sabe que tiene cáncer, pero solo eso, ¿Dónde lo tiene? ¿En qué estadio? ¿Cuál es el tratamiento al que será sometido? ¿Dónde se recupera y sigue tratamiento? Unos dicen que en el Hospital Militar. ¡Vaya usted a saber ante tanto ocultismo!
Un hermetismo total del gobierno y sus más allegados seguidores, igualmente como sucedió años atrás con la enfermedad del dictador Fidel Castro. ¿Cuál es el temor de divulgar la realidad como si lo hizo y con lujo de detalles el Presidente Fernando Lugo del Paraguay?. No será temor acaso a Globovisión el único canal independiente que queda en Venezuela, o los pocos diarios opositores que quedan de verdad y que dignamente se debaten contra el hostigamiento económico y fiscal del Estado, para que no divulguen lo que le está pasando al Comandante, o a los que se le oponen o contra los estudiantes librepensadores que a través de internet en las redes sociales se comunican y transitan en libertad, para los cuales se han aprobado las leyes para acorralarlos y acabar con ellos?
¿Ni será temor contra gobernadores y alcaldes de la oposición a los que el gobierno socialista-comunista persigue, amenaza, ignora ilegal e ilegítimamente y asfixia económicamente? ¿Contra quién es entonces el miedo a que se sepa la enfermedad con detalles de la misma? Sin duda, no lo es contra el Poder Judicial, que responde amén a todas las órdenes del comandante y al que da mandatos en público y por TV en cadena nacional, y a cuyos miembros acaban de aprobarle 10000 Bs F de Cesta Ticket; ni mucho menos contra las genuflexas Fuerzas Armadas venezolanas, cuyo flamante máximo jefe, anunció semanas atrás que si en las elecciones del 2012 gana la oposición, El teniente coronel, igual continuará en el poder.
El comandante está enfermo con un cáncer. Y lo que hizo en el llamado Balcón del Pueblo con solo 20 días de operado enarbolando la bandera y cantando el Himno
Nacional, fue colocarse la careta de oveja para seguir manipulando las emociones del pueblo que le aclama, alzando un crucifijo, nombrando a Dios, a Jesús y al Manto de la Virgen como protección de su salud. Pregunto ¿cree un comunista en Dios, en Jesús y en la Virgen María? En momentos de agonía, de dolor y de sufrimiento hasta el ateo se hace cristiano, lo he visto muchas veces.
Fue un acto de sinceramiento a medias, con el que al mismo tiempo –esas cosas que tiene y dice el teniente coronel– le complica la vida a sus mentores y padrinos y también socios comerciales y privilegiados proveedores (a costo del sufrido pueblo venezolano que aun sigue creyendo en su demagogia y manipulación emocional politiquera). El comandante nunca ha pretendido engañar a nadie, muchos conocemos sus intenciones socialistas-comunistas a la cubana, desde que intentó el primer golpe de estado, en febrero de 1992. La culpa es de quienes han buscado presentarlo en todo momento como un Mesías, como un Dios infalible y en ese sentido, los Ministros genuflexos y las Fuerzas Armadas han sido sus más entusiastas promotores a cambio de millonarias prebendas.
El teniente coronel tiene, además, sus amigos extracontinentales e “iluminados” como él, y sus discípulos, “pichones” Rafael Correa, Evo Morales, Daniel Ortega y seguidores continentales. Pero aquellos le han dado el respaldo, como lo han admitido más de una vez y más de un vocero, por conveniencia –negocios son negocios–, aunque también el comandante ha contado con otros votos, que se los dieron por necesidad o por razones estratégicas, incluso para defenderse o equilibrar y frenar a “otros amigos”, respecto a la influencia de Brasil, por ejemplo).
¿Seguirán como hasta ahora todos sus llamados amigos asociados con el comandante apoyándolo y solidarizándose en su enfermedad?: ¿No se atreverán los allegados o el mismo Presidente venezolano a decir al pueblo venezolano la verdad verdadera de su enfermedad.
¿Quién se atreverá? ¡Amanecerá y veremos!
Por: Zenair Brito Caballero
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