“En este país pasa
cualquier cosa…”
El pasado jueves, un nuevo proceso administrativo fue abierto contra la televisora Globovisión, por informar sobre los sucesos que se han suscitado en la cárcel de El Rodeo y que al momento de escribir esta columna (domingo 3 de julio) no alcanza aún, una solución.
Conatel cuestiona que Globovisión “repitiera declaraciones de familiares de los presos angustiados por la situación dentro del penal”. ¡Qué cosa! Este gobierno que se hace llamar socialista y humanista en vez de preocuparse por las condiciones carcelarias y el respeto a los derechos humanos de los “privados de libertad”, por investigar cómo es que llegan a los recintos carcelarios armas largas y cortas, granadas y demás, persigue y amenaza a un medio de comunicación porque informa sobre una realidad palpable, que ha dejado en los últimos días más de 30 muertos y por ello causa legítima preocupación en los familiares de los más de dos mil “privados de libertad” que allí se encuentran.
Conatel ni otro organismo del gobierno o institución del Estado cuestiona que el titular de la cartera encargada de dar información oportuna, sobre el estado de los allí recluidos, haya incumplido con su deber.
Conatel no abre una averiguación del porqué el canal de todos los venezolanos -de los que transitan libremente y de quienes están presos- no comunica oportunamente sobre éste y otros acontecimientos, como por ejemplo, la salud del Presidente.
Es más, ¿por qué no se imponen medidas sancionatorias a los altos funcionarios públicos que nos cayeron a coba? Quién le abre un proceso al Canciller Maduro quien nos mintió al afirmar que el Presidente gozaba de buena salud luego de un “procedimiento quirúrgico correctivo”, o al ministro de Información Izarra que además de insultar a quienes en Venezuela y el mundo trataban de dar con lo que verdaderamente pasaba con la salud del señor Chávez, llamándoles “la canalla”, reiteraba que se “recuperaba bien”. Ni qué decir de las afirmaciones del diputado Diosdado Cabello quien aseguraba que todo “eran bolas de los amargados”.
El eléctrico Argenis Chávez también falseó la verdad al afirmar por Twitter que su hermano “estaba bien de salud”. Otro tanto hizo el hermano mayor, Adán, al atestiguar: “Doy fe de la salud del Presidente porque vengo llegando de allá”. Saúl Ortega garantizó que “el Presidente está muy bien y regresará en las próximas horas”.
La guinda al vaso de mentiras la colocó el Presidente de la Asamblea, Soto Rojas, al afirmar: “Si Chávez tuviera cáncer, yo sería el primero que le informaría al país”. Embusteros todos… Y el país en zozobra y angustia, sin saber qué pasaba realmente, sin conocer cuál era la afección que mantenía al Presidente fuera del país y de las cámaras que tanto le gusta utilizar. ¿Eso no es sancionable? ¿Qué opina Conatel? ¿Estos señores pueden caernos a mentiras sin que pase nada? Quien miente una vez, lo hace dos y mil veces más. No se nos olvide.
Globovisión seguirá informando veraz y oportunamente con o sin amenazas, porque esa es su razón de ser. La única forma de impedir que ese canal de información deje de comunicar es cerrándolo que es y ha sido la meta de un gobierno que aspira una hegemonía comunicacional para impedir que salga a flote la verdad de una Venezuela repleta de problemas como la falta de vivienda, crisis eléctrica y de agua, desempleo, inseguridad, escasez de alimentos, deterioro de la salud y educación, aunado al irrespeto de la legalidad y la Constitución que se traduce en corrupción.
¿Quién crea zozobra y angustia? ¿Quién informa o quién miente o niega información?
Por: NITU PÉREZ OSUNA
pereznitu@gmail.com
OPINIÓN | EL UNIVERSAL
miércoles 6 de julio de 2011