Y hablamos de un Chávez con salud, a quien
hay que derrotar con votos en 2012
Tanto insultar a los medios y periodistas nacionales e internacionales por informar que el presidente Chávez padecía cáncer de próstata (el ministro Izarra los califica de “canalla mediática”) para que casi tres semanas después de haberse divulgado, fuera el mismísimo Chávez quien, desde La Habana, visiblemente enfermo y desmejorado, confesase en cadena nacional que le habían extirpado un tumor cancerígeno .
“Tanto nadar para morir en la orilla” define el estruendoso fracaso informativo y la torpeza del combo revolucionario en momentos tan importantes para la supervivencia política del régimen como éstos de la espantosa crisis carcelaria y de la grave enfermedad presidencial, tan ramplonamente silenciada por el Gobierno y sus sesgados medios oficiales. A diferencia de Cuba o de las desaparecidas URSS y Alemania nazi, en Venezuela los intentos de silenciar la verdad están condenados al fracaso, a pesar de que el oficialismo controla más de 800 medios, amedrenta a los privados hasta lograr en no pocos la autocensura, cuenta con una tecnología mediática de punta y con un presupuesto sin límites. ¿De qué les ha servido esa “hegemonía comunicacional” si cuando deberían informar inteligentemente sobre asuntos de Estado, optan por un grotesco silencio mientras los gritos de los familiares de los reos traspasan las fronteras? ¿Qué han logrado con el protuberante ridículo de ocultar la grave enfermedad presidencial si las contradicciones entre los voceros oficiales y sus caras demostraban todo lo contrario, como quedó comprobado con la suspensión de tan importantes actos que serían presididos por Chávez y la posterior confesión del enfermo en cadena desde La Habana?
Los apagones peores que en 2010, inflación, desabastecimiento, inseguridad, presos alzados, médicos en paro, protestas laborales en todo el país, encuestas con resultados catastróficos, Pdvsa sin flujo de caja y, sobre todo, medios y periodistas dispuestos a correr los riesgos por difundir la verdad, son problemas que sobrepasan la acción de quienes solo saben obedecer a Chávez. “No hay rango político en el PSUV, ni siquiera rango entre tanto militar retirado. Necesitan a Chávez para calmar ciertas aguas” dice Juan Carlos Zapata al comentar las torpes declaraciones de Adán Chávez, sus peleas internas y la patética foto de la directiva del PSUV. Aturdidos como están, algo tenían que hacer para complacer al Jefe a su llegada (podría ser el 8 de julio). Así que Izarrita decidió que la “canalla mediática” no siga informando sobre el verdadero número de muertos de El Rodeo, ni de los militares y altos funcionarios culpables de que los presos tengan un arsenal de guerra, droga abundante y planifiquen sus crímenes desde la cárcel. Por eso, tan pronto el inepto del Minci dijo en su Twitter que Conatel abriría un procedimiento contra Globovisión por la cobertura de los hechos de El Rodeo, el presidente de ese organismo enviaba a sus mastines al canal y anunciaba que Globovisión “ha buscado generar zozobra en la ciudadanía” (… ) y por considerar que “transmitieron elementos que constituyen una apología al odio, intolerancia por razones políticas, incitación a la zozobra y alteraciones del orden público”. La sanción podría implicar un pago del 10% de los ingresos del canal y hasta un cierre temporal o definitivo. Es decir, que se castiga a Globovisión por haber cumplido con el deber omitido por los medios oficiales, de transmitir las declaraciones de los familiares de los presos de El Rodeo, desesperados por el silencio gubernamental en torno al número y nombres de los fallecidos y heridos. ¿Como calificaría Conatel la incitación al golpe de Estado expresada abiertamente por Adán Chávez, hermano del Presidente, cuando dijo públicamente que “sería imperdonable limitarse tan solo a lo electoral y no ver otros métodos, incluso la lucha armada, para obtener el poder”? ¿Y qué de la zozobra y lenguaje hamponil de ciertos programas vespertinos y nocturnos de VTV?
Mientras Conatel llegaba con la sanción a Globovisión, la Conferencia Episcopal Venezolana en su Pastoral instaba a los venezolanos a “no sucumbir a la tentación de la indiferencia, la resignación o la huida de la realidad” y a “no permanecer de brazos cruzados ante una situación que hiere las fibras humanas y espirituales más hondas de toda la sociedad venezolana”. ¿Vamos a permanecer indiferentes ante este nuevo ataque contra Globovisión, una de las pocas ventanas que nos quedan para defender la libertad, llevado a cabo por un gobierno agonizante, en minoría, incapaz, mentiroso, represor, que está arruinando el país? La Revolución ha sido una espantosa quimera que desaparecerá con Chávez. Y hablamos de un Chávez con salud, a quien hay que derrotar con votos en 2012.
Por: MARTA COLOMINA
mcolomina@eluniversal.com
OPINIÓN | EL UNIVERSAL
domingo 3 de julio de 2011