¿Dónde está el piloto que nos conduce
a la gran catástrofe del siglo XXI?
Con su ausencia se hace visible el horror. La extraña dolencia de Chávez agrava el clima político. No hay un segundo que tome el mando en el Partido Socialista Unido de Venezuela, a los gobernadores chavistas los quieren devorar los propios chavistas, brota el mal de fondo típico de todo partido caudillesco. La incertidumbre despierta los peores rumores, reforzados por el secreto que recubre su enfermedad: al viejo estilo soviético, en vez de partes médicos por profesionales autorizados se divulgan fotografías suyas con los hermanos Castro. Ese desconcierto abre las puertas para que Miraflores cometa las peores estupideces.
Chávez ha oscilado estos 13 años entre el autoritarismo y las muestras de apertura: pasar de prometer arrasar a la oposición a solicitar un debate de altura, pero últimamente su debilidad lo radicaliza. Las amenazas de sacar de la Asamblea Nacional a William Ojeda, las agresiones contra dirigentes obreros, la formación de bandas paramilitares que atacan concentraciones antichavistas, los ataques contra las televisoras y hasta las páginas en la Web, piden respuesta de una oposición fortalecida más allá de la Mesa de la Unidad, que ha realizado una labor apreciable.
Esa es la razón para adelantar las primarias, unificar de verdad verdad a la oposición alrededor de un líder que muestre grandeza de ánimo. Nos aguardan tempestades políticas. La única forma de fortalecer a la oposición es un proceso electoral asumido con conciencia de que nos estamos jugando el país. Resucitar el tema de la fecha de las primarias luce extemporáneo, pero las circunstancias exigen transformar la Mesa de la Unidad Democrática en una alianza que vaya mucho más allá de derrotar electoralmente a Chávez, volverla un pacto de hierro para impedir el avance del socialismo del siglo XXI. Se habla de formar un gran frente democrático, una excelente idea pero, ¿quién lo presidiría? Vivimos tiempos peligrosos.
¿Podemos esperar a febrero? No, necesitamos ese líder ya, hay demasiados peligros en el horizonte. El chavismo dispara a matar, no falta mucho para que este autoritarismo light se vuelva autoritarismo duro. El tono despreciativo e insultante del debate en la Asamblea anuncia intentos para defenestrar diputados, o cerrar medios.
El martes pasado se censuró a la propia Asamblea descaradamente, de ahí no hay más que un paso para cosas mayores.
Dicen que ya Un Nuevo Tiempo escogerá un candidato en los próximos días. De ser cierto esto se completarían las opciones en la oposición, no habría razones para aguardar nuevos aspirantes, se escogería entre Ledesma, Pérez Vivas, Eduardo Fernández, el candidato de Un Nuevo Tiempo y surgiría entre ellos un rival contra Capriles Radonsky que ahora cabalga solo. Sería mezquino apostar a un proceso de primarias infinito para derrotarlo, reducir la estrategia política a buscar fórmulas para detener candidatura, actitud contra la que reaccionaría disgustado el elector de oposición. No hay nada escrito sobre el resultado de las primarias, no hay razones para demorarlas y los que lo intenten hacer se suicidarán en primavera.
Celebremos las primarias en noviembre, y hasta antes.
¿Por qué no? Además, probablemente el CNE dividirá las elecciones para que Chávez no cargue con sus bacalaos, y ya se asegura que elegiremos primero a los alcaldes.
Por: FAUSTO MASÓ
El Método del Discurso
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