Apagones mentales
El Gobierno de la revolución bolivariana tiene un complejo que no le permite resolver ninguno de los graves problemas que acechan al país, ni la inseguridad, ni la crisis eléctrica, ni la inflación, ni el desempleo, ni la infraestructura vial. El Gobierno padece de un apagón mental, y esto lo inhabilita para trabajar con orden y con autoridad.
Todo lo convierte el Gobierno en un desafío político. Se ha llegado al exceso, por boca de un alto funcionario, de decir que en la campaña habrá sabotajes.
La crisis eléctrica no parece ser algo provisional, sino una catástrofe que se reparte por todo el país y que amenaza convertirse en problema sin solución. En los últimos días, los estados Zulia, Mérida, Táchira y Barinas han padecido persistentes y prolongadas crisis de electricidad.
El apagón mental del Gobierno le impide asumir la crisis, y lo más grave es que se crea la impresión de que los problemas que padecen las colectividades tienen sin cuidado a los ministros. No sólo no aciertan en las soluciones de mediano y largo plazo, sino que llegan, incluso, a buscar excusas para los incidentes del futuro inmediato alertando a la ciudadanía de que en la campaña electoral se pueden producir sabotajes. Extrañas conclusiones que si algo traducen es una convicción de impotencia.
Bien haría el Gobierno en afrontar estos dilemas sin convertirlos en duelos políticos. No deja el equipo ministerial su tono polémico. Si las comunidades se quejan de tan insoportables largas horas sin el servicio eléctrico, no hay comprensión sino respuestas altaneras. Además de padecer los apagones, el Gobierno da la impresión de que espera que la gente calle y se alumbre con velas. No reconocen lo que esto significa para el trabajo cotidiano, la pérdida sistemática de aparatos eléctricos que las amas de casa deben reponer para que vuelvan a dañarse al poco tiempo.
Ya basta de que los informes y las advertencias de técnicos competentes sean echadas a la basura. Quizás en esto radique el meollo del asunto. El Gobierno discrimina a los técnicos y prefiere a los que tengan el carnet rojo, a pesar de que conozcan poco o nada.
Todo el sistema eléctrico nacional está en crisis. No se advierte un plan general de desarrollo, ni siquiera las tareas ordinarias de mantenimiento. Ocurren con frecuencia accidentes en Guri, la central de la cual depende gran parte del país.
El Gobierno haría bien en comprender que la repetición cotidiana de apagones en las diversas regiones indica que el sistema, como anotamos, anda mal y anuncia tiempos peores. No se trata de confrontaciones oposicionistas. La crisis afecta a todos, incluidos los rojos, porque las amas de casa que puedan militar en el PSUV también pierden sus aparatos.
Es urgente, por todas estas consideraciones, que el Consejo de Ministros reconozca la gravedad de la crisis y se disponga a afrontarla con criterios técnicos, sin convertirla en otro duelo político.
Por: Redacción
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EL NACIONAL