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PEDRO LLORENS: ¡Ñeque, que se vaya el ñeque!

¡El usurpador de la
gloria de Bolívar!

 

Tanto se ha empeñado en copiar, succionar, apoderarse de la gloria de Bolívar que a nadie debe extrañar que se haya llevado y no devuelto algo más que la espada del Libertador. “Allá, en su triste habitación sombría / de un cirio fúnebre a la llama incierta / sentó a su lado la osamenta fría” (Carlos Borges, sacerdote venezolano, 1867-1932).

De un autócrata puede esperarse cualquier tipo de psicosis, las propias de un sepulturero y las de un exhumador. Francisco Franco, más que autócrata, dictador, y más que dictador, déspota (alguien recogió las 100 mayores ofensas en todos los idiomas y todas ellas las merecía el autonombrado caudillo de España por la gracia de Dios), dormía con el brazo “incorrupto” de santa Teresita de Jesús (o de Ávila) o eso creía.

Pocos conocen la habitación del autócrata endógeno y ninguno de los pocos dirá nada de lo que ha visto. “¡Ñeque, que se vaya el ñeque / güije, que se vaya el güije!” (Nicolás Guillén, 19021989). Quién sabe qué aquelarrescos pucheros de humos, cenizas, rayos, truenos y centellas habrán cocido allí los babalaos cubanos…

El fracaso del sepulturero-exhumador, y el de sus raros, terroríficos, extravagantes asesores, puede explicarse, sintetizarse y finalmente calificarse en una palabra, o tres para escoger una: derroche (a todo nivel), latrocinio (generalizado), devastación (total); y no hay institución, industria, servicio que se salve del hundimiento (BCV, Pdvsa, empresas de Guayana, fincas, bancos, supermercados…).

Del país entero brotan las protestas de millones de engañados, a los que insisten en prometer la vivienda que durante 12 años se han negado a construir, y a los que prometen luz cuando sólo saben dar apagones. “La moribunda lámpara que ardía / trémula lanza su postrer fulgor / y en honda oscuridad, noche sombría / la misteriosa calle encapotó” (José de Espronceda, 18081842).

El Gobierno que ha tenido los mayores ingresos (per cápita) en la historia del país, quizá de Latinoamérica, tiene también el mayor endeudamiento (de 30 millardos de dólares en 1999 pasó a 120 millardos) y las demandas por montos superiores: entre 4 millardos y 5 millardos de dólares, que no tiene, deberá pagar Pdvsa a Exxon-Mobil, por una bravata nacionalista del autócrata, lo que probablemente obligará a entregar (entre otras cosas) la refinería de Chalmette (Luisiana, Estados Unidos).

“Anoche soñé que oía / a Dios gritándome: ¡Alerta! / Luego era Dios quien dormía, / y yo gritaba: ¡Despierta! (Antonio Machado, 1875-1939).


Por: PEDRO LLORENS
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