“Siente alegría en su corazón,
amor por su pueblo…”
De manera impresionante concentró en este mes de junio la celebración de la solemnidad cristiana. Las adversidades que hemos vivido, tal vez fueron ofrendas para recompensarnos con noticias que alegrarán nuestro corazón. No se por qué escribo esto, pero siento que algo hermoso va a suceder en Venezuela, gracias a Dios y a la Virgen.
Dios desea hablar con todos nosotros, porque ve que la fe en Él cada día crece más. Nos contará su historia, la de su hijo, la de su Espíritu, la de sus apóstoles, la de María, la de su Iglesia, nuestra Iglesia. Tal vez nos aconseje qué debemos hacer con el mal, para que deje de hacer tanto daño y, se acercará a los jóvenes, en especial a los estudiantes y jóvenes sacerdotes, para felicitarlos por su valentía, por su coraje y por su amor a Él.
Podríamos hasta afirmar que este mes de junio no tiene precedentes en la celebración cristiana. El Santoral destaca para este domingo (5) la Ascensión del Señor; domingo (12) Pentecostés; Corazón de Jesús (Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote), Jueves (16); Santísima Trinidad, domingo (19); Natividad de San Juan Bautista, viernes (24); Corpus Christi (Cuerpo de Cristo), domingo (26); San Pedro y San Pablo, miércoles (29). Y como para que no quedara dudas de la importancia de toda esta sucesión de hechos cristianos, la Iglesia Católica venezolana anuncia la celebración del IV Congreso Eucarístico Nacional que se realizará en Caracas del jueves (23) al domingo (26) del presente mes, donde participarán delegaciones de todas las diócesis del país.
Nosotros los creyentes que somos cristianos por bautismo y por fe, debemos prepararnos para recibir al Espíritu Santo. Él nos ayudará. Para la Ascensión del Señor, este domingo nos llama para mirar al cielo y contemplar la Gloria de Cristo, que desapareció de la tierra para velar por nosotros desde el cielo. Cuarenta días después de su resurrección, Jesús llevó a sus discípulos al monte de Los Olivos, hacia Betania, y, “mientras los bendecía, se separó de ellos y fue elevado al cielo” (Lc 24,50-51). Ellos se quedaron mirando hacia las alturas, pero inmediatamente 2 ángeles les preguntaron: ¿Qué hacéis ahí mirando al cielo? El mismo Jesús volverá como lo habéis visto marcharse” (Hch 1,11).
A los diez días de la Ascensión de Jesucristo, y los 50 de su Resurrección, que transcurren en la pascua, se produce Pentecostés, dando comienzo al nacimiento de la Iglesia. Dios envió ese día al Espíritu Santo para santificar continuamente la Iglesia, por Cristo, “para que los fieles tengan acceso al Padre por un mismo espíritu” (Ef 2,18). “De repente vino del cielo un ruido, como de viento huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban. Aparecieron lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el Espíritu les permitía expresarse” (Hch 2, 2,4). Los apóstoles experimentaron ese día el Espíritu Santo y se convirtieron en testigos de Cristo muerto y resucitado, en misioneros por los caminos y mares del mundo.
Dios todo lo ve, Dios todo lo ha visto. Siempre nos ve con amor. Escuchémoslo en este mes especial para nosotros. La liturgia prevé además en el tiempo ordinario, tres solemnidades del Señor: La Santísima Trinidad, Corpus Christi y la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, en esta última se destaca la Santificación Sacerdotal, considerado el corazón de Cristo en la Iglesia. Oremos para que se haga la voluntad de Dios.
Por: Lenín Valero
Periodista leninvalero1@hotmail.com
@valeromarquez