Chávez tiene 12 años
y 4 meses en el poder
Son 4500 días en el gobierno. 108 mil horas exactas. Estas cifras hay que recordarlas porque alguna gente cree, erróneamente, que el excomandante golpista llegó a Miraflores ayer.
Uno observa al Presidente Chávez prometer y prometer cosas como si su gobierno hubiese comenzado la semana pasada, cuando en realidad su administración va en camino a cumplir 14 años, es decir, casi tres veces más de lo que tardaba un período gubernamental en la mal llamada cuarta república.
El último invento de este encantador de serpientes se llama La Gran Misión Vivienda. El presidente le ha prometido al país que construirá 2 millones de casas en los próximos 6 años. Las matemáticas no
mienten: cuando uno multiplica 6 años por 365 días obtiene inmediatamente 2190 días. Y acto seguido, cuando divides 2 millones de casas entre 2190 días, obtienes un promedio de 913 casas por día.
Eso significa, simple y llanamente, que para que Hugo Chávez pueda cumplir su fantasiosa y engañosa promesa de construir 2 millones de casas en los próximos 2 años, tendría que entregar 913 casas todos los días, de domingo a domingo, sin parar.
Para ir un poco más allá y demostrar, una vez más, que la Gran Misión Vivienda, es una Gran estafa Propagandística y Electorera, veamos lo siguiente: entre Enero y Mayo de 2010 transcurrieron 151 días. Si Chávez estuviera cumpliendo su promesa de manera religiosa, a esta fecha, su gobierno ha debido haber entregado 137 mil 863 casas en todo el país, manteniendo el promedio de 913 casas por día. Pero la verdad es otra, porque en los primeros 5 meses de este año, Chávez apenas ha logrado entregar, según las cifras que publican algunos medios impresos, poco menos de 13 mil unidades habitacionales, es decir,
apenas el 10 por ciento de lo que ha debido entregar.
Todas estas cifras nos demuestran, de manera palpable, que estamos una vez más frente a un Gran Engaño, que sólo busca atrapar incautos. El Presidente Chávez, que se sabe perdido frente a las próximas elecciones que han de venir en 2012, ha ideado una novedosa y poderosa arma electoral, jugando como siempre con las grandes necesidades del pueblo. Chávez sabe perfectamente que la mayor ilusión y que el gran sueño de toda familia venezolana es tener una vivienda propia. Y a sabiendas de eso, ha ideado la Gran Misión Vivienda convirtiendo esa ilusión y ese sueño en una nueva promesa electoral, con la cual trata desesperadamente de captar votos y de ganar puntos en las encuestas.
Como suele ocurrir en estos casos, hay un sector de la población que le ha comprado la promesa a Hugo Chávez. La prensa informaba hace un par de semanas que cerca de un millón de familias venezolanas se habían inscrito en La Gran Misión Vivienda, con la esperanza de que esta vez, la promesa de Hugo Chávez se haga realidad. No hay de que alarmarse: es absolutamente normal que la gente, desesperada y con ganas de tener un techo propio, acuda masivamente a llenar unas planillas con la esperanza de que algún día le cumplan.
La gente tiene derecho a soñar. Quien no tiene derecho a jugar con esos sueños es Hugo Chávez. Lo que está pasando con quienes se
inscriben en La Misión Vivienda, ya ocurrió con los damnificados. Una parte importante de ellos fue llevado a refugios, a hoteles, a La Casona, a Miraflores, al Palacio Blanco y al Poliedro, donde las primeras cuatro semanas fueron atendidos de mil maravillas. Tiempo después fueron abandonados a su suerte. La gran mayoría de esos damnificados todavía están arrimados, esperando una casa. Muchos de ellos ni siquiera se dieron cuenta que los estaban utilizando como arma electoral y propagandística.
Una propuesta concreta para dar casa a los venezolanos es esta: compremos las casas y apartamentos que están en alquiler. La prensa informa que hay un millón quinientas mil casas y apartamentos en alquiler en todo el país. El gobierno tiene dinero para comprarlas.
Chávez ha gastado 17 mil millones de dólares en armamento militar. Con esa cantidad de dinero podríamos comprar todas las casas y apartamentos en alquiler y otorgárselas a igual cantidad de familias.
Eso puede hacerse no en 2 años, sino en 8 días, sin tanta habladera de paja y sin tanto papeleo. Sólo es cuestión de voluntad política y de un gran corazón, algo que lamentablemente Hugo Chávez no tiene.
Por: Gustavo Azocar
Política | Opinión
junio 4, 2011
EL UNIVERSAL