Un buen guiso en “el hueco millonario”
Pasar por Boca de Uchire y no comerse un lebranche guisado con pimentón rojo es una tentación difícil de poner a un lado. Igualmente, sucede cuando se va por Valle de Guanape donde, si no se come una ternera guisada con tomate rojito, es posible que se sufra de pesadillas posteriormente. No hay carretera donde no se consiga un buen guiso, es decir que no se pasa hambre con plata por delante.
-¡Por cualquier carretera se puede conseguir un buen guiso! –eso me decía recientemente mi amigo Lino de Mendonca-, que vive en Valle de Guanape, donde las carreteras están deshechas y con el desvío que hacen permanentemente del fuerte tráfico de la trocal 9 a la 11 (vía a los llanos), debido al colapso recurrente de la alcantarilla de Boca de Uchire, el estado normal de deterioro se complica considerablemente.
Lino me pregunta casi ingenuamente:
-¿Yo te pregunto… si será que las personas encargadas de velar por el perfecto estado de las carreteras de oriente, no se han dado cuenta, que no solo la alcantarilla de Boca de Uchire causa problemas, sino que también el resto de las alcantarillas están en mal estado?
-Yo le respondí que “…claro que se dan cuenta, porque no son niños de pecho, lo que sucede es que no ha habido real interés en resolver el mal mantenimiento de las vías…”
Pero, mi amigo está molesto y me cuenta, que en Valle de Guanape hay un paso que le llaman “el hueco millonario”, porque le han metido mucho dinero y el problema no se arregla. “…Ese bendito hueco -dice Lino- duró año y medio sin atención y había un desvío de tierra –provisional-, que arreglaron con unos tubos de concreto, pero el trabajo quedó mal hecho y al mes comenzó a ceder y a los tres meses volvieron a habilitar el camino de tierra. Entonces, los ingeniosos constructores, llegaron en medio de una caravana que parecía que iban para un mitin y sacaron los tubos de concreto y dejaron eso así, sin dolientes, ni respeto a la comunidad, ni a los fondos gastados allí, como si el dinero no duele.”
-Yo le dije a Lino que en la carretera Boca de Uchire-El Hatillo, la cosa es peor, porque parece que muchos funcionarios ni siquiera saben que esa vía existe y allá nos acostumbramos -desde hace años- a vivir con nuestros cráteres en la vía, con los vehículos deteriorándose de hueco en hueco y no hay ni un “restaurancito” para comerse unos camarones con pimentón.
Entonces, Lino se viene por la calle del medio y me dice: “… que tiene que haber un guiso con esto, porque no se arreglan las alcantarillas en forma preventiva, sino a medida que van colapsando y parece que hay un negocio del contratista con el Estado y que le gustaría ver las valuaciones por esos trabajos, que seguramente facturan por el triple…”
-Yo le dije a Lino, que allí, si se le pasó la mano. Yo no dudo que halla guiso, pero tampoco creo que facturen por el triple, porque eso sería muy vergonzoso.
Entonces Lino se ríe y me dice que no sea ingenuo.
Por: Luis ALFREDO RAPOZO
luisrapozo@yahoo.es
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