Como en los carnavales de antes…
“Hay que decirle a Chávez cada vez que ofrezca algo, aquí es…”. Aceptándole todos los caramelos que lance hasta agotarle la existencia durante el jolgorio electoral, ellos servirán para resarcir parte de la deuda social pendiente con el pueblo venezolano.
Nunca me sedujo la llamada Mesa de la Unidad, aunque estimo que en estas nuevas elecciones nos va la vida y lo imperativo es la templanza en aras de la unidad. Solamente La Unidad será obligatoria para devolverle la libertad a Venezuela, su reconstrucción y su reencuentro fraternal. Por ello, creo que al final se logrará lo que antes no se pudo encaminar en un proceso electoral para acabar con una autocracia militar velada de república. Será la propia base social quien lo determinará con su escogencia, con la concreción de un solo candidato y una única tarjeta. Sin embargo, debo reconocer algo en torno a la Mesa de la Unidad, cuando en principio me manifesté contrario a las elecciones primarias para la selección de un candidato, y de la necesidad que fuera este año; pues pienso ahora que, la decisión fue acertada al fijar las primarias para el año entrante y darle chance a los participantes de conocerlos con sus reales intenciones, poseyendo la congruencia de afinar sus maquinarias para llegar definitivamente a la unitaria candidatura. Estamos persuadidos que quien ose ir en contra de esto, estaría suicidándose no solo políticamente sino quizá materialmente. Entretanto, el candidato oficialista andará desequilibrado disparándole a muchos blancos a la vez y haciendo ofertas ilusorias. En la disidencia nadie violará lo que se considera un compromiso tácito y de alta dignidad, conociendo que no es proyecto etéreo ni de visión exógena cuando está en juego la salvación de la nación.
La unidad de acción viene ejerciéndose y debe profundizarse en cada acto, advirtiendo como va progresando el descontento entre la población no alineada con un “socialismo” ruinoso y entre los partidarios del oficialismo. Venezuela siempre fue una tierra integrada, con antecedentes étnicos y sociales que nadie pondría en duda para que actualmente estemos parcelados en dos pedazos sin que haya razón alguna de este enfrentamiento tan amorfo e irreal que poco a poco nos vamos reencontrando y dándonos cuenta de la basura mental de quien sembró el odio entre los venezolanos. Que por cierto hasta debemos “quererlo” en cada una de sus ofertas y “planes”. Cuando este ciudadano prometa algo hay que tomarle la palabra y acercarnos para exigirle lo realice. Tenemos ejemplos precisos con la “Misión Vivienda” allí no hay credo político ni “revolución” que valga, quienes necesiten viviendas que son muchos, deben ir a instar se les cumpla con lo no realizado durante doce años. Todos a hacer colas junto a los chavistas en una misma fila, solicitando lo que nos corresponde, igual lo será con la “Misión mi casa bien equipada” con 50% de descuento y fiao. ¿A quién no le hace falta electrodoméstico en su casa?, creo que a todos nos interesa esta oferta y debemos participar masivamente en ella sin ningún ocultamiento ni “pena”. Este país no es de nadie en particular, sino de todos los venezolanos y siempre hemos sido revolucionarios desde nuestras raíces para que venga un impostor a creerse el paradigma de tal dignidad.
En adelante hay que “querer” unidamente a Chávez no permitiéndole que sus palabras se las lleve el viento o que nos mame el gallo, atiborrándonos de ofrecimientos y al final incumpliéndolos o cumpliéndolos a medias. Lo que lance en sus fastidiosas cadenas para allá iremos, viviendas, lavadoras, cocinas y alimentos es lo que exigen los compatriotas y “Venezuela es de todos”.
Hace tiempo se acabaron muchas cosas en este país, lo dejaron en el abandono y trataron de inculcar una inexistente revolución, marxismo pirata combinado con mucha paja para idear un sofisma enunciado como socialismo del siglo XXI, que por cierto casi al presente ni se mienta, estamos en la etapa de lo practico y en plena campaña electoral cuando el oficialismo intenta seguir embaucando a la gente como si fuera algo nuevo lo que comienza, y como sino se hubiese malgastado un centavo y la corrupción no acabara con nuestras reservas monetarias.
Venezuela es otra después de doce años desandados y de infortunios permanentes, y debemos demandar con tenacidad esos artefactos que traerán de China, si es que los traen, serán para todos los venezolanos y esas casas de igual procedencia también lo serán, así que, quien promete y gobierna se obligará a cumplir aunque su plazo venza en el 2012, siendo el pueblo soberano quien acometa tan honrosa providencia.
Por: Francisco Alarcón
14 Mayo, 2011
