Éxtasis revolucionario tiene tres significados:
En el Diccionario Ideológico de la Lengua Española: uno teológico, uno médico y uno mundano.
Es este último el que nos interesa a los fines de este artículo: Estado del alma enteramente dominada por intenso y grato sentimiento de admiración. Este éxtasis fue el que dominó a nuestro máximo líder en su discurso del Primero de Mayo de 2011.
Una vez más, Hugo Chávez Frías destacó los grandes logros de su “revolución bolivariana” en todas las esferas de la sociedad venezolana, elogió los aumentos de salarios y sueldos decretados por él unos días antes, reiteró sus promesas de la construcción de innumerables viviendas en los próximos años y les prometió otra vez la felicidad eterna a todos los venezolanos. Si todos estos anuncios y promesas no reflejan un intenso y grato sentimiento de autoadmiración, no sé qué es el éxtasis mundano.
Peor que la transmisión original fueron las repeticiones en los días siguientes. En ellas, se presentaba cómo el teniente coronel abrazó y besó a los niños y mujeres presentes en la Gran Marcha del Primero de Mayo en la capital de la república venezolana, y cómo obedientemente le respondieron con besos y abrazos, además de con frases recortadas de agradecimiento y admiración.
Para nadie, ni siquiera para la clientela de Chávez, es un secreto que todo este show fue parte de la campaña electoral del máximo líder para su reelección a finales del año 2012.
Tampoco es un secreto para nadie que dicha reelección sería una verdadera catástrofe para la sociedad venezolana sí, para cada uno de sus miembros, por más jóvenes o viejos que sean.
Sería la prolongación de un éxtasis revolucionario ad eternum.
Esta reelección impediría que se restituyeran las instituciones políticas de modo democrático, las relaciones entre los sectores público y privado de la economía, la civilidad como norte de la convivencia humana, la subordinación de las Fuerzas Armadas al poder civil y, en general, la cohesión de los venezolanos en un clima de armonía y solidaridad.
El objetivo secreto del éxtasis revolucionario, tal y como está siendo expuesto por el máximo líder y sus acólitos más cercanos, es, desde luego, su continuación en el poder con todas las prerrogativas de las que gozan desde hace doce años.
¿Cómo lograrían el aumento de sus cuentas en dólares en los paraísos financieros del mundo capitalista? El objetivo obvio es la destrucción de la república y la eliminación de la democracia liberal como sistema político de convivencia política.
Ya han avanzado demasiado en alcanzar este objetivo.
Urge el tiempo de pararlos y echarlos para atrás hacia de donde venían: del éxtasis revolucionario.
He aquí la gran tarea de la alternativa democrática, desde la Mesa de la Unidad Democrática hasta los numerosos movimientos de la sociedad civil organizada.
En esta última, en la sociedad civil organizada, reposa, si a contar vamos su número y su talento, la tarea de reconstruir la sociedad venezolana, sus instituciones, sus valores, su cohesión y su solidaridad.
Por: HEINZ R. SONNTAG
heinzsonntag@elnacional.com
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