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OBAMA vs OSAMA. Toda la operación con la que exitosamente el domingo, tras casi diez años de paciencia y perseverancia, EEUU pudo eliminar al terrorista más grande la historia mundial, Osama Bin Laden (OBL), había comenzado hacia ocho meses cuando la confidencia de un detenido en la muy criticada base militar de Guantánamo asomó los datos claves para llegar a la enorme casa en Abbottabad donde finalmente fue abatido el cerebro de los criminales ataques terroristas que dejaron más de 3.000 víctimas en el 2001. El camino a Osama arrancó con la detención de otro de los conspiradores del 9/11, Khalid Sheikh Mohammed, en 2007 tras el asesinato con decapitación filmada del periodista americano Daniel Pearl. En interrogatorios con varios detenidos se coló el nombre de un protegido de Khalid que a su vez se había convertido en un hombre de absoluta confianza para Abu Faraj al Libi capturado en 2005 y también enviado a la base militar en Cuba. Este libio era el segundo de Khalid y había asumido el manejo de las operaciones terroristas en su momento. Al Libi vivió en Abbottabad en el 2003 y el nombre del mensajero que usaba con Bin Laden se supo en el 2007. En el 2009 se le ubicó y se comenzó el seguimiento. El pasado mes de agosto fue grabado entrando a la casa donde “supuestamente” estaba Bin Laden del que ni siquiera, hasta el momento de la irrupción de los comandos el domingo, se tenía una foto o certeza de que estuviera dentro de la enorme edificación para el estándar de la urbanización en esa ciudad favorita por los recién casados pakistaníes para pasar su luna de miel. Confiando en las informaciones grabadas a distancia de los mensajeros fue que se tomó la decisión el pasado viernes de proceder con el operativo. La casa, con amplio terreno al lado usado para el rudo aterrizaje de los helicópteros, ya que prefirieron no deslizarse en rappel, estaba a menos de 2 kilómetros de la academia militar de Pakistan, cerca de una vía principal pero sin televisión ni teléfono para evitar intercepciones y toda la basura que producían la quemaban en el patio interno. Por eso la operación de los SEALs demoró 40 minutos. Diez para enfrentar los terroristas y 30 para vaciar los cuartos, llevarse dos computadoras, los papeles que estaban listos para ser quemados y el cadáver de Osama. Aunque dijeron que podían haberlo capturado vivo la realidad contemplada era otra: matarlo para no tener más problemas con sus seguidores y darles la excusa de más atentados para su liberación. Como hubo enfrentamiento, un certero disparo a su cabeza acabó con su vida tal y como se planificó pues había el temor de que tuviera chalecos suicidas con bombas. Otro disparo igual aseguró su muerte. Todo fue transmitido directamente al Pentágono y la Casa Blanca en tiempo real y observado con nerviosismo en vivo por el presidente Obama y sus más cercanos asesores. Tras certificar que era Osama con el ADN tomado del cerebro de una de sus hermanas -que había fallecido de cáncer en el Boston Hospital y de la que el Gobierno estadounidense pidió a su familia ese órgano para el momento requerido- el estallido de alegría inundó la sala situacional de la presidencia en Washington. El alto de las paredes con las que se protegía la casa, tres metros y alambre de púas, pudo haber sido para permitir que Bin Laden, con casi dos metros de estatura, pudiera salir al jardín interno. Quince frascos con medicinas fueron indicativos de que el terrorista sufría de algunas dolencias serias. Con los seguimientos a los dos mensajeros, muertos en la operación pues vivían con sus familias en un anexo, se determinó que alguien importante estaba en contacto con otros jefes terroristas y por eso se dedujo, sin una foto o evidencia mejor, proceder a destruir ese “alto valor” allí alojado. Hace 2 meses se pensó en lanzar un ataque quirúrgico con bombas desde un par de aviones B-52 Stealth pero como no había la seguridad de reconocer un cadáver tras ese bombardeo siempre quedaba la duda sobre si de verdad era Bin Laden uno de ellos. La CIA fue responsable de “encontrar” y “fijar” el objetivo y los militares de “terminar” el trabajo. Gracias a los satélites de alta precisión se pudo “replicar en tamaño real” todo el complejo habitacional en una base militar de la Armada, componente de donde los SEAL son parte clave, y así con varios meses de práctica se “conocían hasta los closets, baños y garajes” de la edificación. Con la visión térmica se detectó cual era el dormitorio más usado y fue allí donde se toparon con el objetivo. Para la salida del helicóptero con el cadáver y los militares se encendieron desde otro avión estadounidense las llamadas “interferencias” de la señal de la fuerza aérea pakistaní por si acaso interceptaban el vuelo rasante hacia Afganistán. Al tocar suelo en éste país fue que se avisó al presidente de Pakistán Asif Ali Zardari de la operación. Sin embargo éste dijo que la operación había sido conjunta. Bin Laden y otros hombres usaron a las mujeres como escudo. Una de ellas, la que estaba en la cama con él murió. Las otras dos resultaron heridas y los niños se salvaron. Una de ellas certificó que el muerto era el terrorista buscado. Ante el drama de que ningún país quisiera enterrar en su territorio al terrorista y mucho menos permitir que su tumba se convirtiera en santuario para sus seguidores y admiradores (no nos extrañe que a lo mejor aquí le hagan una estatua y homenajes en la Asamblea Nacional) la única opción fue enterrarlo en el mar de conformidad con la práctica islámica a las 2 am de ayer, hora de Washington, el cuerpo de Bin Laden fue llevado al portaviones U.S.S. Carl Vinson, en el Mar del Norte de Arabia, y de acuerdo a los funcionarios su cuerpo fue lavado y envuelto en una sábana blanca como está prescrito por el Islam. Un oficial del ejército leyó las oraciones que fueron traducidas por un nativo de habla árabe antes de que los restos de Bin Laden fueran enviados a las profundidades. Vale la pena señalar lo importante que para las redes sociales y los medios de comunicación globales fue el fin de semana pasado. Iniciando con el matrimonio real (no se fueron de luna de miel pues estaba alertado el Reino Unido del caso Osama) pasando por la beatificación del Papa Juan Pablo II y concluyendo con la muerte confirmada de Bin Laden. Sobre todo para Twitter y Facebook fue definitivo una vez más. Con orgullo de padre invitó a leer los trabajos que sobre esta nueva irrupción tecnológica, transparente y en tiempo real, escribió mi hijo Nelson Eduardo, comunicador especializado en redes sociales, para nuestra página www.runrun.es. bajo el título “La fuerza de las redes sociales vs. los medios tradicionales: la boda Real y la muerte de Bin Laden”. Allí verán que la noticia de Osama le da una ventaja de casi un 24% a Twitter (37.34%) por sobre los medios tradicionales como TV (13.86%). Facebook obtuvo 19.41%. El nuevo mundo informativo…
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NELSON BOCARANDA SARDI | EL UNIVERSAL
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martes 03 de mayo de 2011