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PEDRO LLORENS: Todo el poder para los Chávez

La mosca en la oreja

 

No hay nada que le guste más al autócrata que hablar, predicar, arengar, perorar, proferir, vociferar… y lo hace mal y pronto o a tontas y a locas, como chicharra o a borbotones, por decir algo o por no callar… y cuando no miente embustea, con toda la boca (y la cara dura) o a media boca (y un falso rubor), delatado a veces por un tic en una de las comisuras (la extrema derecha).

Un informe de la Corte Interamericana de Derechos Humanos advierte que el derecho a ordenar cadenas de radio y televisión para transmitir mensajes presidenciales no puede ser absoluto, transferible (¡muchachos les regalo una cadena!) o avasallante… y “debe destinarse a situaciones que atiendan a necesidades urgentes de información en materia de claro y genuino interés público y durante el tiempo estrictamente necesario”.

Las cifras que se manejan sobre cadenas presidenciales (1.923 intervenciones desde 1999 hasta 2009) son reveladoras de un atropello mediático sin precedente en la historia de los abusos autocráticos… y no incluyen las interminables no cadenas de Aló, Presidente ni las cadenas inventadas para impedir la transmisión de eventos de la oposición.

Y qué diría la CIDH de Venezolana de Televisión, supuesto canal del Estado, la estación televisiva favorita del autócrata, su segunda casa, donde habitan sus payasos(as) favoritos(as)…¡Dime tu canal, tus programas, tus personajes, quién te hace reír, quién te informa, quién te dice los embustes que quieres oír… y no hace falta que me digan quién eres! Ya sabemos que anda con chaleco protector y una legión de babalaos, guardia cubana y anillos de seguridad… y no es necesario que nos describan la “diarrea paroxística que sufre el gallo de pelea cuando pierde” (Diccionario de venezolanismos, pág. 316) que suele experimentar Tribilín (así lo llamaban cuando era capitán y andaba rompiendo los candados de las fincas de Barinas porque ya atisbaba la posibilidad de abrir el pecho pa’ echar este grito: “¡Todo el poder para los Chávez!”).

Aprovechó la agonía de una democracia bipartidista para hacerse de todos los poderes y de todos los reales… que hubieran bastado para las obras que promete y no cumple en su pequeño reino… pero resultan insuficientes para sentirse líder mundial, a cargo de un gran imperio en el que, como el de Carlos V, nunca se pone el sol y siempre es verano sin dejar de ser invierno (de Bielorrusia, al cono sur de América y de allí a Centroamérica o el Caribe).

Todo a cambio de que escuchen sus predicaciones y sus embustes.


Por: PEDRO LLORENS
pllorens@el-nacional.com
Política | Opinión
EL NACIONAL