Es necesario determinar si la
“molestia” es física o mental
■ La afección es más frecuente de lo que se cree y muchas veces se origina en trastornos psiquiátricos.
■ Así como hay quienes se envician con el alcohol, cigarrillo o juego, la adicción al dolor es una afección frecuente en personas que buscan agredirse para sentir placer.
Es común, por ejemplo, en aquellas parejas que a través del sufrimiento obtienen un mejor desempeño sexual o cuando el individuo siente la necesidad constante de mejorar su imagen corporal y se somete a procedimientos quirúrgicos dolorosos y cruentos.
Esos son algunos de los casos que cita el médico psiquiatra José Miguel López, quien afirma que la adicción al dolor es mucho más frecuente de lo que la gente se imagina. “Está presente no sólo en pacientes con trastornos mentales, sino también en personas que se sienten atraídas por el dolor físico y el maltrato, bien sea autoinfligido o causado por otros para obtener gratificación”.
En la amplia gama destacan las personas que son capaces de tolerar el dolor durante semanas: “Existe una negativa o miedo irracional al consumo de medicamentos, y entonces prefieren esperar largo tiempo antes de consumir un analgésico u otro tipo de fármaco y dejan que se desarrolle un cuadro grave que amerita hospitalización”.
En el campo sexual, hay casos en los que para obtener mejor desempeño tienen que recurrir a comportamientos que están al margen de la normalidad, entre los cuales destacan las llamadas parafilias, como el sadomasoquismo.
El especialista, que forma parte del equipo multidisciplinario del grupo médico En Persona, refiere los casos de dolor psicológico o dolor psicógeno. De acuerdo con estudios científicos recientes, se trata de un sufrimiento que tiene las mismas características del dolor físico.
“Existe cierta adicción en las sociedades contemporáneas a mantener cierto grado de dolor emocional, que puede ser causado por conflictos de pareja, conflictos emocionales o problemas laborales, y que mantienen a la persona en un estado de constante sufrimiento; se acostumbran y lo hacen como una herramienta para facilitar la comunicación como, por ejemplo, ocasionarse o infligirse dolor psicológico a través de las descalificaciones”, indicó.
La depresión también tiende a producir sufrimiento físico, sobre todo muscular, fibromialgia e, inclusive, gripe: “Es un dolor que tiene su origen en el estado de ánimo o en la angustia”. Se puede originar dice toda una gama de afecciones indistinguibles entre lo emocional y lo físico, que van desde dolores de cabeza hasta dolencias similares a un infarto al miocardio, abdominales, incluidos cólicos, en las piernas y hormigueos, entre otros.
Trastorno psiquiátrico. La adicción al dolor puede estar enmarcada dentro de ciertos trastornos psiquiátricos. En el caso de la esquizofrenia, la persona se inflige maltrato físico, y mientras sufre una alucinación puede recibir la orden de cortarse una parte del cuerpo porque considera que es dañina.
En estados depresivos, la persona se maltrata o se causa dolor cuando le falta autoestima y, por lo tanto, maltratarse es parte de su propio desempeño. El individuo también se inflige dolor en casos de trastorno obsesivo compulsivo: “Para quitarse los pensamientos y obsesiones tan severas que padece, puede llegar a cortarse o hacerse daño, ya que el dolor le mitiga el pensamiento y obtiene un alivio a su ansiedad”.
Se han descrito agresiones autoinducidas por fanatismo religioso o político, en las cuales se causa dolor como una forma de ofrenda o de penitencia y forman parte de los llamados trastornos de personalidad, explicó López.
Cirugía tras cirugía:
El psiquiatra José Miguel López recuerda que hay quienes están inconformes con su imagen corporal y hacen uso abusivo de procedimientos como las cirugías plásticas (de senos, retoque de nariz, refrescamientos, glúteos) y los tratamientos cosmetológicos y se someten a inyecciones de relleno, liposucción, realce de los labios, maquillaje permanente como dermoabrasiones e inyecciones de líquidos que supuestamente destruyen la grasa corporal y lo que sirven es, en algunos casos, para originar trombos que pudieran alojarse en algún vaso sanguíneo, bien sea en el cerebro o en el corazón y causar un infarto al miocardio o un accidente cerebrovascular.
Sufrimientos verdaderos:
Es necesario descartar la procedencia y el origen del dolor porque es la primera causa no sólo de consulta médica sino también de sufrimiento personal, ausentismo laboral y de grandes pérdidas económicas.
La Asociación Venezolana del Dolor se fundó en 1994 por iniciativa de médicos del hospital Miguel Pérez Carreño, el Hospital de Clínicas Caracas y el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicos. En su página web, la asociación señala que tiene como objetivo fomentar un mayor conocimiento de los aspectos neurofisiológicos, farmacológicos, clínicos y epidemiológicos, que tienen que ver con el complejo mundo del dolor, causas, consecuencias y tratamiento. Ello es importante porque el dolor es la primera causa de consulta médica.
En centros públicos y privados hay especialistas en el tratamiento del dolor, que tratan al paciente de manera multidisciplinaria para determinar el origen del sufrimiento.
Existen muchas clasificaciones del dolor; las más frecuentes se refieren al dolor crónico, presente por más de seis meses en casos de traumatismos, complicaciones quirúrgicas, fibriomialgia y contracciones musculares, entre otros.
En cambio, el dolor agudo es corto y cede ante los tratamientos.
Por: MARLENE RIZK
Salud | Política
EL NACIONAL