HomeElecciónesEl Editorial: Cuba y su crisis; Espejo para Chávez

El Editorial: Cuba y su crisis; Espejo para Chávez

Reformas de Raúl Castro dividen a cubanos entre optimismo y resignación.

Los mayores temen suspensión
de la libreta de racionamiento

 

Después de catorce años, el Partido Comunista Cubano celebró su VI Congreso. Es como si los ríos se hubieran detenido. Como si el mundo se hubiera congelado. La cúpula de los comunistas cubanos parece despertar de un gran sueño. Y despiertan a una realidad que desconocen. Una realidad que rechazan pero que fatalmente los atrapa.

Contra los dogmas del pensamiento único, el mundo cambia y nadie lo detiene. No importa que Cuba haya tardado medio siglo para desnudar lo que significa el comunismo como sistema sin destino. Sucedió en la Unión Soviética todopoderosa, en la gran potencia nuclear de la era bipolar. Sucedió en todas las naciones que ocultó la Cortina de Hierro, incluidas las industrializadas como la República Democrática Alemana. Todas se vinieron abajo, y los pueblos estallaron en entusiasmo y asumieron la libertad y la democracia.

El fracaso de Cuba era, por tanto, un fracaso anunciado. Como todos los derrumbes de la historia, este del comunismo cubano los sorprende sin defensas posibles. Ni ideológicas, ni económicas ni humanas. Cuba tiene sólo dos líderes históricos, y ambos, Fidel y Raúl, están viejos. El primero entregó las armas, el segundo se prepara para hacerlo, pero ha confesado que no tiene a quién entregar el poder. Así son los derrumbes. Los hermanos Castro no dejaron que otros líderes surgieran.

El personalismo dinástico se acaba y los dos líderes se irán sin saber en qué manos quedará Cuba. No hay mejor lección para los caudillos personalistas como el presidente de Venezuela, el comandante Hugo Chávez. Adoptó el modelo cubano cuando el modelo comunista se venía abajo. Falta de percepción, falta de cultura, falta de autenticidad.

Mientras Hugo Chávez anuncia que ha decidido por su cuenta y riesgo y por qué a él la da la gana lanzar su candidatura para otra reelección, en Cuba el general Raúl Castro le advierte sobre la locura del poder. Castro, con la trágica experiencia a cuestas, a la hora de reconocer que no hay a quién entregarle el poder porque no hay generación de relevo en Cuba, propone que las altas funciones políticas no se prorroguen más allá de diez años.

Si en Cuba lo hubieran practicado, al menos no enfrentarían tan lamentable incógnita.

Para salvar o tratar de salvar el comunismo, el Gobierno cubano abre las puertas de la empresa privada que llama pequeña, porque no tiene cómo subsidiar a la sociedad y debe despedir a un millón de empleados públicos a los cuales no tiene cómo pagar sus míseros salarios. Cuando esto ocurre en la isla, el Presidente de Venezuela pretende implantar en nuestro país el régimen que fracasó en Cuba.

Mientras en Cuba tratan de liberar la economía gota a gota, aquí Chávez se empecina en abolir la empresa privada y estatizar hasta el aire de la nación. Es una tragedia. Se metió en el bolsillo a todos los poderes del Estado, creó las milicias como su guardia pretoriana, y se siente como Fidel en 1959.


Por: Redacción
Política | Opinión
EL NACIONAL