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MIGUEL BAHACHILLE M: El síndrome de la Palometa Peluda

Para justificar la “ineptitud” del gobierno

 

“Nada más conveniente para este gobierno que las ayudaditas que dan los ocasionales desarreglos de la naturaleza para justificar su ineptitud. El síndrome de la evasión afecta esencialmente al jefe quién discurre en los anocheceres no para buscar soluciones sino para inventar testimonios que justifiquen su fracaso.…”.                        

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ientras La Dirección de Salud Ambiental se propagandeaba con verborreas inservibles la Palometa Peluda, por falta de fumigación oportuna, se extendía con todas sus secuelas a los estados Sucre, Monagas, Amacuro, y ahora al Zulia. La excusa es que la empresa de fumigación contratada se presentó con 2 semanas de retraso como si se desconociera que este fenómeno cíclico ocurre en esta época del año desde principios del siglo pasado. Otra es que los cambios climáticos direccionaron el vuelo de la palometa hacia las escuelas de Sucre. ¡Por Dios!

Síndrome: “cuadro clínico que resulta de la combinación de síntomas disparejos”. Venezuela está aquejada por el síndrome-coartada que amenaza con desintegrarla. Veamos los testimonios oficialistas.

1.- Los 1.250 reclamos registrados en el primer trimestre de 2011 de los cuales 533 fueron del sector laboral, 322 por viviendas, 189 por seguridad ciudadana y 206 por mejoras educativas, no se justifican. Ello forma parte del diabólico plan capitalista que no ha entendido que Venezuela está feliz porque ahora pertenece a la esfera revolucionaria socialista de la que no se devolverá jamás.

2.- La huelga de hambre estudiantil, en la que 5 estudiantes se cosieron los labios, es una acción conspirativa de la derecha retrograda si se considera que el sistema educativo guiado por directrices cubanas es reconocido como el más equitativo y de excelencia. Así pues la protesta de 700 alumnos de la Unefa en Barinas (por cierto creada por el régimen) por violación de sus derechos y falta de profesores, es un atentado y desamor a los principios socialistas.

3.- El racionamiento eléctrico en todo el país, eufemísticamente llamado por Alí Rodríguez como cortes necesarios, no es responsabilidad del Gobierno sino por los irreverentes que a troche y moche abusan del consumo. El régimen, con gran esfuerzo, ha dispuesto de gigantescas inversiones para mantener y preservar la eficiencia del sistema. En todo caso la culpa es del consumidor.

4- La criminalidad desamarrada en todo el país no es culpa del Gobierno sino que es una responsabilidad de todos. Pareciera que los cuerpos policiales corruptos, la proliferación de armas de alto calibre en mano de facinerosos, desarticulación progresiva del cuerpo de investigación (anterior PTJ), la impunidad jurisdiccional reconocida por la mismísima Fiscal General, la existencia de cuerpos parapoliciales oficialistas como la piedrita, la falta de un plan de seguridad integral, son débitos del ciudadano; no del régimen.

El síndrome de la palometa también afecta la producción de viviendas, inflación, caos del tránsito, corrupción, anarquía, etc. La culpa la tiene el otro. Vale preguntar entonces ¿para qué elegimos al Presidente y legisladores del PSUV si no se sienten responsables de la gestión de gobierno? ¿Cuál es la idea que tienen respecto a la administración y manejo del Estado? ¿De dónde salieron y para qué asumieron la carga de un peso con el que no podían?

El síndrome de la palometa está enclavado en la mollera de los oficialistas tal como sucede con los enajenados cubanos con la cartilla marxista. Improvisan con testimonios rústicos tratando de descargar su responsabilidad respecto del cargo que sustentan. La coartada siempre viene precedida por un digno halago al infalible comandante presidente y jefe del proceso como quien busca muletas para esquivar el bulto. La cuestión clave es si esos personajes confían en sus propias coartadas e inocencia o están conduciéndose de acuerdo a un plan ladino en resguardo de sus beneficios. De cualquier modo, el pecado es grave.

Así pues la MUD está obligada a marcar el contraste, actuar con pudor, ponderar sus valores, y no incurrir desde ya en el síndrome-evasión para justificar cualquier yerro. Buena prueba de ello sería realizar las Primarias, como exige la mayoría y lo señalan las encuestas, este año.

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MIGUEL BAHACHILLE M. |
EL UNIVERSAL
miguelbm@movistar.net.ve
lunes 18 de abril de 2011