La mosca en la oreja…
La emergencia eléctrica sobrevivió a la sequía y a las inundaciones, a El Niño y a La Niña, a los remiendos de Alí y a los embustes de Hugo, y se nos presenta de nuevo, enterita, repuesta, retadora: ¡Aquí estoy! El comandante en jefe líder presidente lo hace ante el médico, ante las cámaras de su telemandato y lo hará ante jueces honestos, algún día, cuando los haya, y les echará las culpas a los medios, a la burguesía y al imperialismo…
No se hicieron las obras previstas por anteriores gobiernos y los créditos aprobados por su Asamblea Nacional desaparecieron (están bajo un colchón o en el Fonden o esparcidos por el mundo), y tampoco se hicieron las obras cacareadas el año pasado (las de la termoeléctrica de Ciudad Guayana fueron paralizadas porque el Gobierno no tenía los 187 millones de dólares para continuarlas)…
Y es que en esta dictadura o dictablanda, dictagallina o dictagallo, dictabilluyo o dictapobreza, totalitaria de cabo a rabo, el que dicta lo dicta todo, leyes y sentencias, y dispone de villas y castillos y también de todos los fondos, por más que se empeñen en ponernos el bolero “Quinto patio” (música y letra de Luis Alcaraz y voz de Emilio Tuero): “El dinero no es la vida / es tan sólo vanidad”…
El dictafinanzas se apropia de las divisas del Banco Central, de los ingresos del petróleo, de lo recaudado por el Seniat y hasta de las utilidades de la arepera bolivariana, y tan excluyente como la lista de Tascón, compromete y otorga recursos a diestra y siniestra, dentro y fuera del país (si cumple o no ya es otro problema) y funcionarias como Jacqueline Faría ya no hablan de presupuesto, partidas aprobadas o créditos otorgados sino de: “Los 10 millones que nos dio (otorgó, mandó) el comandante en jefe presidente”…
La veterana probablemente sabe lo que ocurrió con el periodista Jorge Molina, amigo personal de Chávez y hombre clave de su campaña (se llamaban a diario), cuando inmediatamente después del triunfo electoral de 1998 fue a saludarlo y lo llamó, como de costumbre, Hugo, obtuvo la siguiente respuesta: “¡Presidente para otra ocasión!”, y le volteó la cara.
Alí Rodríguez ha ocupado casi todos los cargos (diplomacia, economía, petróleo, electricidad…) sin éxito en ninguno: inició la quiebra de Pdvsa con el despido de 20.000 trabajadores (lista de Chávez) y marcha decididamente hacia la destrucción de la industria eléctrica (75% de las plantas que se adquirieron el año pasado, a un costo de 1,3 millardos de dólares, dejaron de funcionar por mal uso y falta de mantenimiento).
Por: PEDRO LLORENS
pllorens@el-nacional.com
Política | Opinión
EL NACIONAL