“El Tejado Roto…”

La información es desgarradora. Soldados y policías del gobierno de Bashar al Assad dispararon contra miles de personas que acudían a los funerales de las víctimas de las manifestaciones que, a pesar de la sangrienta represión, se recrudecen y multiplican en Siria. Las protestas no son reprimidas con perdigones, como en Caracas, sino que con saña disparan municiones de guerra y bombas lacrimógenas. Para salvarse, más de 300 personas se refugiaron en la mezquita Al Omari, pero fueron obligados a salir con fuego de alto calibre. Una ambulancia fue atacada y 4 personas murieron, incluido el médico que prestaba primeros auxilios. Fue decretado toque de queda por tiempo indefinido. Salir a la calle sin salvoconducto tiene consecuencias irreversibles.

Al Assad vino a Venezuela en junio de 2010 y entre bromas y chanzas nombró al Coba criollo secretario general del Eje del Mal. Por supuesto que ambos se burlaban de George W. Bush y su apropiación del lenguaje de ese emblema de la Guerra Fría que fue Ronald Reagan. Ninguno dijo que desde 1963 Siria vive bajo la ley de emergencia y con las garantías ciudadanas suspendidas.

Nada de trancar la vía para presionar que cancelen los salarios vencidos.

En Siria, no hay democracia de la burguesa ni de la “verdadera” ni nada parecido. Desde hace 47 años manda un régimen personalista, una dinastía familiar, que se define como socialista, aunque reconoce la propiedad privada. La Constitución garantiza que los 3 poderes del Estado los controle el Baaz, cuya jefatura, obviamente, está en manos de Al Assad. Junto con otros 6 partidos políticos menores, el Baaz integra el Frente Nacional Progresista, cuyos miembros son los únicos autorizados a expresar las ideas políticas de los ciudadanos sirios.

En Damasco, que es la capital, las mujeres son obligadas a ocultar sus formas y el esplendor de su rostro con velos, nigab y burkas, a caminar 3 pasos más atrás del marido y con la vista fija en el piso. ¿Socialismo humano? Venezuela firmó con Al Assad 5 tratados cuyo contenido se mantiene en secreto. Se sabe de uno para la construcción de una refinería, a un costo de 4,7 millardos de dólares, para procesar 140.000 barriles diarios de petróleo; de otro para importar aceite de oliva y plantar algodón en las tierras expropiadas en el llano, pero lo que se oculta más es el memorándum en que la civilización suramericana y la árabe se comprometen a la liberación del mundo del imperialismo y de la hegemonía neocapitalista. Al Assad lo hace a plomo limpio contra su pueblo, aquí no se escucha a los estudiantes.

Cerrado por duelo.

Por: RAMÓN HERNÁNDEZ
@ramonhernandezg
Política | Opinión
EL NACIONAL