“Debemos rechazar la cultura de la persecución”
El ex líder del movimiento estudiantil que irrumpió en la política en 2007, considera que los médicos integrales comunitarios no están preparados para ejercer la medicina de choque en las emergencias de los hospitales.
José Manuel Olivares tuvo razones para celebrar el Día del Médico, el jueves 10 de marzo. “No pienso como algunos que no hay nada qué festejar. Estoy aquí luchando por Venezuela y con la intención de reconstruir el sistema de salud, para que el país sea como lo fue una vez: referencia para América Latina”, afirma.
Igual que otros líderes del movimiento estudiantil que surgió en 2007 tras el cierre de RCTV, Olivares, de 25 años de edad, ya está graduado.
Trabaja en el ambulatorio de Tacarigua de Mamporal en el periodo rural de la carreray milita en Un Nuevo Tiempo. La política y la Medicina, piensa, son mundos conciliables. “Me gusta la comparación que hace Henry Becque, un dramaturgo francés, entre la salud y la libertad. Dice que se parecen mucho porque sólo las apreciamos cuando las perdemos”.
Con un primer revés político a cuestas perdió la candidatura a diputado por el estado Vargas- continúa trabajando en la entidad con ideas para un proyecto de país.
-Es un proceso que se da en todos los estados, con eso alimentaremos el gran documento nacional que presentará UNT a mediados de año. Allí estarán las líneas estratégicas de la agenda de país que propondremos para contribuir con la unidad y derrotar a Chávez en 2012.
Esta es una fecha en la que el país debe cambiar. El sonido del tic tac del reloj suena muy fuerte en Miraflores y en los ministerios.
–¿Cómo recibieron los médicos del estado Vargas su día?
-El jueves celebramos de una manera no muy honrosa para José María Vargas, médico y presidente del país, que nació hace 225 años en La Guaira.
Siguen los problemas básicos de vialidad, vivienda, drenajes, pobreza y enfermedades.
La Gobernación quiere cambiar la historia. Ya lo hicieron con la ruta tradicional del desfile. Ahora quieren cambiar el nombre del estado.
La propuesta fue hecha en la Asamblea Legislativa pero, por fortuna, encontró mucha resistencia en la población. A José María Vargas lo acusan de pitiyanqui y neoliberal, igual que a nosotros. A pesar de lo que nos diga el presidente Chávez tenemos el privilegio de estar con la gente en momentos duros y ayudarla a superarlos. Eso es lo que nos anima.
–Hay gran preocupación por los médicos comunitarios que comienzan a graduarse, que son tantos como los de las escuelas tradicionales, 22.000. Hay quienes abogan por acogerlos y guiarlos y otros por rechazarlos. ¿Qué piensa?
-La medicina integral comunitaria no es un invento del Gobierno. Fue una iniciativa de la Declaración de AlmaAta (Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Alma-Ata, realizada en Kazajstán, en 1978).
La idea que al principio promovió el Gobierno fue la de formar jóvenes durante tres años para que ofrecieran una medicina simplificada en los sectores rurales. Muchos lo aplaudieron. Luego a Chávez se le ocurrió alargar la carrera a seis años. Uno de los grandes engaños que este Gobierno le ha hecho a la juventud venezolana. Con todo el respeto que merecen, esos estudiantes no tienen las herramientas para aplicar una medicina de choque, la que se hace en las emergencias de los hospitales del país, donde hay heridas por armas de fuego.
–¿Por qué?
-No es que no tengan capacidades sino que no han tenido la formación necesaria. A pesar de que están en su último año de carrera nunca han visitado un hospital o visto pacientes. Sólo han recibido clases virtuales con profesores sin credenciales. Hay una gran oportunidad para que el Gobierno reflexione sobre la evaluación que han hecho los profesores de estos jóvenes, que es muy deficiente, para que entienda que no puede poner la salud de los venezolanos en manos de personas no preparadas. Para que deje la salud al hacer proselitismo político. Una alternativa es formarlos durante unos años más. Desde la UCV se ha intentado tender puentes para eso.
–¿Qué opina del sistema público de salud?
-No existe un gran sistema, con lo cual estamos en deuda con la Constitución. Existen muchos sistemas paralelos: el tradicional de hospitales, el del Seguro Social, Barrio Adentro, Sanidad Militar, Ipasme y la salud privada. Si unificamos la salud y obligamos al sector privado a hacer una contribución social, no tendríamos esas cifras epidemiológicas de dengue. En las interpelaciones en la Asamblea Nacional la ministra de Salud dibujó un país de maravillas, pero que visite un hospital público y vea que no hay tubo de tórax para atender una herida de fuego; ni antibióticos de tercera generación para un diabético con neumonía, ni tomografía de emergencia para ver una herida en la cabeza. Es el engaño de las megacifras.
–¿Por qué entró en la política?
-La cuarta república fue una realidad que no viví ni voté, pero el Gobierno nos quiere achacar sus fallas. A nosotros nos toca reconstruir eso. De ahí viene la idea que tuvimos muchos dentro del movimiento estudiantil de refundar los partidos políticos. Hay que cambiar la manera de hacer política en el país, enfatizar lo social y desarrollar un proyecto que defina la Venezuela que queremos dentro de 15 años, con la participación de todos y tomando en cuenta que parte del país quiere un socialismo, nos guste o no.
–¿Qué rescataría del chavismo?
-Que politizó a los venezolanos y empoderó a la gente de sus problemas, derechos y soluciones. Yo reivindico la figura del consejo comunal, pero lamentablemente ha sido politizada y manipulada. También creo en el sistema Barrio Adentro.
–La actual generación estudiantil utiliza la huelga de hambre para exigir la libertad de los presos políticos y últimamente para reclamar un mejor presupuesto universitario. ¿Cómo ve esa lucha?
-Surgen dos sentimientos.
Como médico sé lo que significa un ayuno prolongado para la salud. Al mismo tiempo considero que es la misma lucha que dimos nosotros en 2007. La que se da a los 24 años de edad, cuando sientes que te arrebatan el país, te empujan a irte y lo que quieres es quedarte para formar una familia y crecer.
Respaldamos a los estudiantes plenamente, porque son la reserva moral de la nación y la voz que reivindica los derechos de todos los venezolanos. Eso no debe ser empañado por los partidos políticos.
–¿Considera que hubo errores en el movimiento estudiantil que comenzó en 2007?
-Sí, pero creo que hubo más aciertos. Fue muy difícil mantenernos inmunes al acecho político y mediático sin estar preparados. En algunos momentos debimos ser más contestatarios cuando algunos sectores nos decían que tal acción no era correcta.
Siempre recuerdo un ejemplo: la marcha de la avenida Bolívar. Nos dijeron que no la llenaríamos, pero lo hicimos.
Aprendimos a hacer política a golpes.
–¿Cómo afectó su vida familiar?
-Fue muy fuerte. Mis padres tenían miedo de que me pasara algo o que perdiera la carrera. Más allá de eso, les generaba mucho orgullo porque ellos protestaron en su época. También me marcó el despido de mi padre de Conviasa, donde era director de operaciones. Un día le dijeron: “Tu hijo deja de protestar o te vas de aquí”. Él respondió: “A mi hijo yo le compro la cama, pero no el sueño ni el amor que tiene por su país.
No lo voy a obligar a hacer nada”.
Sentí que fue por mi culpa.
Luego entendí que esa petición es parte de una cultura de persecución que debemos rechazar y nunca repetir cuando lleguemos a instancias de poder. No se debe jugar con el hogar de las personas ni usar la política para criminalizar la protesta.
Ficha personal:
· MÉDICO (UCV, 2010)
· PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN
· MANOS PARA VARGAS EX PRESIDENTE DEL CENTRO DE
· ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE MEDICINA JOSÉ MARÍA VARGAS (UCV)
Por: FABIOLA ZERPA
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