La burla a la buena fe de
un pueblo, crea desilusión
Además, si es sarcástica e intenta humillar y ridiculizar al otro, hace sospechoso al autor de que algo malo hay en su conciencia o una amargura destruye su alma. Mas que irritarnos, como respuesta a su conducta, debemos suplicarle a Dios que le brinde más amor, y nosotros por nuestra parte, entender que no es su culpa, porque alguien dañó su mente.
Hay cosas que se ofrecen y no se cumplen. Eso podría no ser burla, sino se ha actuado de mala fe, porque pudo haber sido por otras razones, pero igualmente crea desilusión en la gente. Se ofreció la construcción de la vía alterna al Puente sobre el Lago, se instaló la piedra fundacional, lo llamaron Puente “Cacique Nigale”, una parte estaría por debajo de las aguas del Lago. Eso hace 5 años y no se ha hecho nada. A los pueblos que bordean la carretera Panamericana de los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Zulia y Lara, se les ofreció el plan ferroviario y tampoco se hizo nada. Pensemos que no fue por burla.
El pueblo puede sentir que no es burla, porque siempre ha tenido buena fe, ha creído en la promesa. Ha visto que han dado hasta recursos, pero no hay las obras. Dos mil y tantas viviendas para los damnificados en la Guajira y sólo han construido una; La carretera Boconó-La Marqueseña, no ha abierto paso entre Portuguesa, Barinas y Trujillo; el sistema de transporte de Barquisimeto, junto con la nueva terminal de pasajeros, tienen años paralizados. Nadie puede paralizar un país para burlarse de él, porque no sólo irrespetaría a sus conciudadanos, sino que se irrespetaría él mismo.
Hemos visto si, conductas inapropiadas en la Asamblea Nacional. Expresiones burlescas. Pareciera que se quisiera sembrar la cultura de la burla. Eso sería ir mucho más allá de las ofertas incumplidas, porque entonces nos llevaría a pensar que las conductas asumidas son una especie de burladero para ocultar la incapacidad de la oportunidad que se les dio para gobernar.
La burla la sufrió Jesucristo en el vía crucis: “Entonces los soldados del gobernador condujeron a Jesús al pretorio y reunieron en torno a él a toda la guardia. Lo desnudaron, lo envolvieron en un manto escarlata, trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y pusieron una caña en su mano derecha. Después, burlándose, se arrodillaban ante él y decían: ¡Salud, rey de los judíos!. Le escupían, le quitaban la caña y le pegaban con ella en la cabeza. Terminada la burla, le quitaron el manto y lo vistieron con su ropa. Después lo sacaron para crucificarlo”,Mt.27,27.
Dice la hoja parroquial del domingo pasado: “A veces en la vida manejamos palabras muy fáciles de pronunciar, pero no tan fáciles de vivir. Asumir el desprecio con paz; devolver el bien a quien te daña la vida; ser generoso con quien no confías; rezar por el que te calumnia (…)”
Por: Lenín Valero
Periodista leninvalero1@hotmail.com
@valeromarquez